Peas Peas Ayui, presidente de la FENAP
Servindi, 28 de febrero, 2014.- El Tercer Congreso Interétnico de Pueblos Amazónicos convocado por la Federación de la Nacionalidad Achuar (FENAP) reafirmó el compromiso de luchar por la defensa de su territorio libre de contaminación.
El magno evento se llevó a cabo del 15 al 20 de febrero en la comunidad de Washinsta, provincia de Andoas, región Loreto.
El Congreso contó con la participación Peas Peas Ayui, presidente de la FENAP y dirigentes de las comunidades del pueblo Achuar, de la Coordinadora Regional de los Pueblos Indígenas (CORPI), así como del pueblo Awajún, Quechua, Shapra, entre otros.
Los asistentes destacaron la importancia del territorio como espacio para su sobrevivencia física, cultural y espiritual. Recordaron que ellos dependen de los bosques, el agua, los animales y las plantas.
Contaminación
Los representantes advirtieron que el peligro de la contaminación está cada vez más presente en sus territorios y que ésta significa la muerte para los pueblos indígenas debido a las enfermedades, hambre y desplazamiento que origina.
Especial atención tuvo el caso expuesto por Aurelio Chino Dahua, presidente de la Federación Indígena Quechua del Pastaza (FEDIQUEP).
El dirigente dio cuenta de la lucha y sufrimiento de su pueblo por las actividades petroleras que desde hace décadas se desarrollan en territorio quechua y que han impactado negativamente en la salud, vida e integridad de este pueblo.
Contaminación por hidrocarburos en la cuenca del Pastaza
Está comprobado que en esta parte se registran altos niveles de plomo, cadmio y otros metales pesados en agua y suelos.
Es por esto que Chino Dahua se preguntó qué herencia los nativos les pueden dejar a sus hijos si todo su territorio está contaminado.
En esta cuenca el Estado declaró el año pasado el estado de emergencia ambiental. Pese a ello, el Gobierno y la empresa Pluspetrol no han puesto en marcha acciones significativa para combatir esta contaminación.
Aurelio Chino Dahua, presidente de la FEDIQUE
Espacio para compartir
Los que habitan más lejos llegaron a Washinsta luego de varios días de viaje. En algunos casos algunos solo tuvieron que desplazarse a pie; sin embargo, otros tuvieron que hacerlo por chalupa, avión, avioneta, carro o peque-peque.
Los asistentes además de intercambiar experiencias compartieron expresiones propias de su cultura. No faltó el refrescante masato servido en vasijas de barro en cada mesa.
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