Servindi, 19 de abril, 2021.- "No podemos ni lavar la ropa en el río porque sale más sucia" dice un poblador en el reportaje audiovisual difundido por Plan V sobre las secuelas del derrame de petróleo en el río Coca.
El desastre ocurrido el 7 de abril de 2020 dejó contaminación y erosión en el nororiente amazónico y los pobladores asentados en la cuenca aún esperan atención.
El reportaje muestra impactantes imágenes de lo ocurrido y recoge testimonios de la población que hoy sufre de agua y hambre debido a que el río era su sustento.
Lamentablemente, el derrame más grande de los últimos 15 años en Ecuador de dejado inutilizable el río para el consumo de la población y el río Coca ya no es su aliado para la vida.
Cabe recordar que las organizaciones indígenas presentaron una demanda contra el Estado ecuatoriano exigiendo la remediación de la catastrófe.
Se estima que el impacto afecta a cerca de 120 mil personas de 22 parroquias rurales a lo largo de las orillas de los ríos Coca y Napo, además de comunidades río abajo en el Perú.
La ruptura del Sistema de Oleoductos Transecuatorianos (SOTE) y el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) pudo ser evitado pues el gobierno ecuatoriano fue advertido por científicos y expertos de que esta tragedia podría suceder.
La inacción negligente del gobierno que no tomó ninguna medida para disminuir la probabilidad de una ruptura del oleoducto ha agravado la actual crisis generada por la pandemia del COVID-19 .
Ecuador registra una de las tasas de mortalidad por el coronavirus más alta del mundo, pero en la Amazonía indígena el riesgo de infección es mayor debido a la falta de infraestructura, de pruebas y de acceso a los suministros básicos.
Hasta el momento, la respuesta del Estado ha sido inadecuada y poco transparente. Cientos de comunidades indígenas se enfrentan a la escasez de alimentos ya que dependen de estos ríos para obtener alimentos y agua dulce.
Añadir nuevo comentario