Los seres salvajes actúan por reacción ante la dinámica de la naturaleza pues no tienen capacidad cognoscitiva para superar su situación. Los animales de granja no saben para qué los crían. Si pudieran razonar, seguramente se rebelarían. Así también hay humanos que ignoran su razón de ser y actúan por reflejo condicionado por el sistema sin lograr ver a sus domadores. ¿Somos conscientes de esto?
Por Milciades Ruiz*
23 de agosto, 2022.- Liberar a la humanidad de la alienación sistémica es una cuestión de poder. Un poder predominante solo puede ser contrarrestado si encuentra una resistencia contraria con capacidad de frenarlo; es decir, un contrapoder. Este es un principio universal que se manifiesta en las ciencias matemáticas, físicas y químicas. No obstante, no lo aplicamos en las ciencias sociales, en las que también rige dicho principio.
Si la dominación social no encuentra resistencia seguirá rodando como la pelota hasta que un poder contrario la haga rebotar o detenerse. Todas las revoluciones sociales, desde los orígenes de la humanidad, se han producido cuando la resistencia contra el sistema alcanzó mayor poder que la dominación. Sucedió con el esclavismo, el feudalismo, la monarquía, el régimen colonial y sucederá con el capitalismo.
También es un principio universal que toda acción genera reacción, que todo problema engendra solución y que todo tiene su contrario que lo niega. La negación puede crecer e imponerse; por esto, todo régimen dominante procura eliminar la semilla de su negación reprimiéndola de toda forma. Es lo que hacemos para no morir. La república triunfó sobre la monarquía absolutista cuando los derechos humanos enarbolados por los ilustrados del siglo XVIII cobraron fuerza incontenible.
La negación del sistema capitalista es el socialismo. Quienes descubrieron esta verdad y la dieron a conocer fueron declarados enemigos del sistema y satanizados de toda forma para acallarlos.
La negación del sistema capitalista es el socialismo. Quienes descubrieron esta verdad y la dieron a conocer fueron declarados enemigos del sistema y satanizados de toda forma para acallarlos, pero no pudieron por la contundencia científica de los fundadores del socialismo científico. Desde entonces todo aquel que sigue esas enseñanzas es reprimido y vilipendiado, como sea, para evitar que prenda la llama de la negación capitalista. En Cuba prendió el socialismo y este fuego tratan de apagarlo los opresores por más de medio siglo, sometiéndola a un criminal bloqueo sin poder doblegarla.
Son muchísimas las formas empleadas por el sistema para bloquear las ideas socialistas: desde las culturales hasta los asesinatos. El poder del sistema capitalista ejerce represión encubierta al menor indicio de rebeldía, por eso actúa contra los movimientos populares aunque no sean socialistas. Se utilizan medios de prevención educativa, distorsión de información, programas sociales y muchos otros estímulos condicionados que impactan nuestro cerebro.
Así, cada cual tiene una perspectiva de vida según su capacidad de procesamiento de conocimientos adquiridos. Pero estos pueden ser pocos o muchos, de buena calidad o no, inducidos por intereses ajenos o por adiestramiento educativo. Quien no responda estrictamente a ese encasillamiento mental no tendrá la certificación de su grado de instrucción para escalar posiciones laborales. Está conminado a someterse o perderá en todo si no acata el orden establecido.
Se ha determinado que el dólar es la moneda internacional de cambio. Contra nuestra voluntad tenemos que comprar dólares por diversas razones. A mayor demanda de dólares mayor es el tipo de cambio. Eso eleva el valor del dólar en beneficio de EE UU., pero en perjuicio de nuestra moneda y de nuestra economía. Sin embargo, la población no se percata que con ello empoderamos el erario del país que nos depreda.
Es de interés de los dominadores que los dominados no se enteren de la verdad de su condición y se comporten sumisamente conforme al molde que se les ha predestinado.
Estamos condicionados también por un estado que no es neutral, pues responde a intereses políticos de dominación. Es de interés de los dominadores que los dominados no se enteren de la verdad de su condición y se comporten sumisamente conforme al molde que se les ha predestinado. En esta situación, son muy pocos los que se interesan por saber por qué razón la humanidad es como la conocemos.
Los dominados no ven el sistema de dominación ni saben para qué los domestican los dominadores. Los pobres no saben que en el sistema imperante comparten la misma unidad con los ricos, de modo tal que no puede haber ricos sin que haya pobres. Para ser rico se necesita acumular a costa de los demás y, cuanto más sea la cantidad de riqueza que se succiona, mayor será su poder económico y mayor la pobreza. Esta es la lógica de las corporaciones capitalistas.
Los pobres no saben que en el sistema imperante comparten la misma unidad con los ricos, de modo tal que no puede haber ricos sin que haya pobres.
Por simple matemática sabemos que lo que restamos a una parte pasa a sumar a otra. Lo que poseen los ricachones proviene de la mayoría a la que se le ha quitado riqueza, de lo contrario nadie sería rico. Pero los beneficiarios del sistema dicen: “No se trata de quitarle riqueza a los ya la tienen, sino de crear riqueza para los que todavía no la tienen”. Falacias como estas llevan a muchos electores a encumbrar a sus opresores sin percatarse que se están poniendo la soga al cuello.
Tener consciencia de vida es pues identificar las razones por la cuales hemos llegado a la actual situación social en el mundo, en nuestro país y, en nuestro caso, lo mínimo que podríamos preguntarnos es: ¿Cómo se define la vida que llevo? ¿Es el destino? ¿Hay un ser supremo malvado que decide quienes serán ricos y quienes pobres? ¿No será que estamos condicionados para pensar, obrar y ser a conveniencia del capitalismo?
Es lo que llamamos tener consciencia política a diferencia de los seres que no logran entrever los barrotes de la prisión social en que se encuentran, pues no han logrado liberase de los grilletes que condicionan su mente y su vida cotidiana. La ventaja de los socialistas es que tienen acceso a las ciencias exactas de la naturaleza aplicadas a la vivencia humana; eso los distingue del resto de izquierda en la que hay muchos que no tienen solidez ideológica.
Es lo que llamamos tener consciencia política a diferencia de los seres que no logran entrever los barrotes de la prisión social en que se encuentran, pues no han logrado liberase de los grilletes que condicionan su mente y su vida cotidiana.
Las ciencias solo tienen validez si se comprueba lo que sostienen, se rigen por realidades y no por creencias ni alucinaciones. Todo cálculo matemático es comprobable, como toda reacción química, física y biológica. La historia es comprobable por las ciencias que nos revelan muchas mentiras históricas. Son los principios de la dinámica del universo los que dan fundamento al socialismo; de allí la certeza de esta concepción.
Numerosos científicos cuyas certezas han sido comprobadas fueron condenados a morir en la hoguera acusados de herejía por sostener estos principios: contra las creencias en un estado de derecho con predominancia del poder religioso. En nuestro tiempo es la opresión capitalista la que acaba con la vida de luchadores sociales que amenazan el sistema. Los científicos sociales no van a la hoguera, pero si dicen la verdad de sus investigaciones, son satanizados.
Si no hay claridad de que frente al poder opresor solo corresponde construir el contrapoder de los oprimidos, entonces todo lo que hagamos carecerá de horizonte.
De lo dicho podemos concluir que no basta la voluntad ni las arengas. Si no hay claridad de que frente al poder opresor solo corresponde construir el contrapoder de los oprimidos, entonces todo lo que hagamos carecerá de horizonte. Hay que trabajar para que el poder popular vaya de menos a más hasta alcanzar las condiciones de vencer al poder dominante. Eso no se puede hacer si no contamos con un plan y una estrategia de acción política.
Tenemos que prepararnos para esta guerra de poderes en todo ámbito. Si no nos preparamos, si no elevamos nuestra capacidad operativa, no tendremos el éxito esperado. Nuestros combatientes en las letras y ciencias, en el campo laboral, movilizaciones sociales, en la tecnología, en la política y demás frentes de acción deberían estar óptimamente capacitados para cumplir eficientemente su rol histórico. ¿O no? Ustedes qué dicen.
(escrito el 23 de agosto de 2022)
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*Milcíades Ruiz es especialista en desarrollo rural. Dirige el portal República Equitativa: https://republicaequitativa.wordpress.com/ - http://www.gestiones-rurales.
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