El pensamiento complejo nos invita a salir de la media, de lo establecido, de lo instituido, para mirar y sentir la realidad ampliando nuestro espectro de percepción. Es aquí cuando entendemos el carácter transformador del pensamiento complejo que en mundo dominado por los pensamientos únicos tanta falta hace.
Por Rodrigo Arce Rojas*
18 de junio, 2019.- En cualquier campo que nos desempeñemos la gestión de las ideas es fundamental. Nuestra forma más común de pensar está muy marcada por una visión de la ciencia normal que es disyuntiva, reductiva, mecanicista, lineal y determinista. La lógica clásica y la geometría euclidiana nos imponen además una forma de pensar que no necesariamente responden a la realidad que es multidimensional y no se ajustan necesariamente a la riqueza de comportamiento de los fenómenos.
Propongo por tanto reconocer que nuestro acercamiento geométrico a la realidad influye significativamente en la forma cómo la concebimos. Está claro que la forma cómo la concebimos influye en cómo pensamos, cómo sentimos y cómo nos manifestamos en términos de discursos y narrativas, nuestras prácticas, nuestras actitudes y comportamientos. En función a esta premisa alcanzo cinco modelos de pensamiento que se muestran en el cuadro 1.
Cuadro 1:
Modelos de pensamiento
Veamos en qué consiste cada modelo de pensamiento.
Pensamiento lineal: Es el pensamiento unidimensional en el que existe una correlación absoluta entre la causa y el efecto que se ubican en una realidad continua. Aquí se inscribe el pensamiento polarizador, dicotómico, binario. Este tipo de pensamiento da pie a dogmatismos, fundamentalismos, radicalismos pues adopta una lógica excluyente en la que una perspectiva subestima o desconoce a la otra.
Pensamiento tipo circunferencia: Es el pensamiento unidimensional en el que una idea siempre termina relacionada a otra idea porque forman parte de un continuo. No importa en qué parte de la curva se ubican las ideas porque al final todas terminan interrelacionadas.
Pensamiento tipo cinta de Moebius: Es el pensamiento multidimensional en el que se entiende que una idea, independientemente de la posición que tenga en la banda, siempre conforma parte de una sola realidad. Es similar al pensamiento tipo circunferencia pero a diferencia de éste en este caso es multidimensional.
Pensamiento tipo estructuras imposibles: Es el pensamiento multidimensional cuyo conjunto de ideas no encaja en la lógica clásica. No obstante, son ideas que existen y están interrelacionadas más allá que aparezcan como contraintuitivas. Como tal, aquí tiene cabida las lógicas no clásicas y la geometría no euclidiana.
Pensamiento tipo cosmos: Es el pensamiento multidimensional en el que todas las ideas están interrelacionadas en un espacio sin límites. Para poder abordarlo se establecen sistemas artificiales que lo delimitan artificialmente pero no se pierde la interacción entre los sistemas al interior y al exterior del sistema delimitado. Es el campo del pensamiento sistémico y relacional por excelencia.
Veamos los fenómenos que suceden en el modelo 1 de pensamiento. Bajo el pensamiento lineal polarizador se generan una serie e antagonismos tales como producción-conservación, optimismo-pesimismo, individualismo-colectivismo, egoísmo-altruismo, naturaleza-sociedad humana, naturaleza-cultura, orden-caos, entre otras. Los que llevan al extremo el pensamiento dicotómico se aferran a su propia verdad y descalifican a la otra. Esta forma exacerbada de asumir la consistencia de tu verdad ha provocado una serie de problemas, malos entendidos y conflictos. El problema es que nada asegura que tu perspectiva sea verdadera porque puede estar afectado por dogmatismos, racionalización incluso apelando a razones religiosas, económicas, políticas, científicas o populares.
Para gestionar esta forma de pensamiento tenemos que aceptar que no necesariamente tengo la verdad y eso implica la humildad y la grandeza de escuchar al otro, de sentir al otro y abrirme a la posibilidad que la verdad o parte de la verdad también puede estar en la otra parte. El pensamiento complejo, y la complejidad en general, me indican que debo valorar a todas las personas y a todas sus ideas, y a todos sus sentimientos y reconocer que formas parte de una realidad interrelacionada.
Asimismo, me recomiendan reconocer el principio de dialogicidad, recursividad y retroactividad para no quedarme en mis casillas sino dejar que la mutua permeabilidad permita generar sinergias y emergencias que me lleven a una situación superior a la de la condición inicial de desentendimiento. Esta forma de pensar también es coherente con el juego de la entropía y neguentropía que permite que un sistema dinámico alejado del equilibrio mantenga su capacidad adaptativa y evolutiva. En esta misma perspectiva se suma el enfoque de sistemas caórdicos que nos dice que la gestión de ideas no significa quedarte en tu campo de comodidad sino reconocer que la verdad se mueve entre el caos y el orden, sin que necesariamente tenga que estar en el medio, en ocasiones se moverá hacia el caos, en otras hacia el orden.
Reitero que esta posición no significa que la verdad sea la media aritmética entre dos verdades ni que tampoco en todos los casos tiene que lograrse el enfoque de ganar-ganar. Hay situaciones en las que irreductiblemente las significaciones son incompatibles. La diferencia con enfoques polarizadores radica en que explicitamos nuestras diferencias, la reconocemos y aceptamos pero no lo llevamos al plano personal.
Aunque las posiciones conciliadoras y sincréticas son plausibles, hay que ser extremadamente cuidadosos que en nombre del acuerdo se terminen imponiendo, abierta o soterradamente, injusticas epistémicas, lingüísticas o de rango. Este fenómeno es muy común cuando uno de los actores se ubica en una posición clara de poder, y no cede en nombre de un mundo único y conceptos acabados, avalados inclusivo por la institucionalidad y la ciencia. El diálogo no es ingenuidad.
Lo anteriormente mencionado nos lleva a valorar conceptos tales como el pluriverso y las ontologías relacionales a través de los cuales reconocemos que existe una diversidad de formas cómo se concibe la realidad, de relacionarse con la naturaleza. Reconocemos por tanto que hay múltiples mundos, múltiples realidades y múltiples verdades y eso es lo que fundamenta el diálogo de saberes o la pertinencia y el respeto al pensamiento del sur. No es que se imponga una de las formas de concebir la realidad sino que se reconocen estas múltiples concepciones de la realidad y se establecen relaciones respetuosas de convivencia. No es diálogo o confrontación, sino procesos genuinos de diálogo realmente orientados a la sustentabilidad, la justicia, la equidad y la paz.
El otro grupo de modelos inscritos en la mirada multidimensional es altamente sugestivo e implica incorporar formas de pensamiento tridimensional o multidimensional en el que escapamos de las dimensiones planas de los papeles, de las pizarras o las pantallas de las computadoras para abrir la percepción en 360° y reconocemos que todo está interrelacionado y que no siempre juegan las lógicas y geometrías clásicas y las matemáticas continuas. Estas formas de pensamiento se inscriben en el marco de la complejidad no solo por la cantidad de elementos, tangibles e intangibles, que están presentes si no por los comportamientos que se generan a partir de las interacciones.
Aquí es donde el enfoque de sistemas adaptativos complejos entra a tallar con todo su potencial reconociendo el dinamismo alejado del equilibrio, la irreductibilidad, la impredicibilidad, la no linealidad, la autoorganización y las emergencias. Para favorecer la mirada multidimensional se requiere convocar al pensamiento crítico, pensamiento filosófico, pensamiento creativo, pensamiento convergente-divergente, pensamiento sistémico, pensamiento relacional, pensamiento en red, entre otros. Ello nos permite reconocer las limitaciones del pensamiento lineal útil para ciertas cuestiones sencillas pero insuficientes para situaciones complejas.
El pensamiento complejo nos invita a salir de la media, de lo establecido, de lo instituido, para mirar y sentir la realidad ampliando nuestro espectro de percepción. Abrir la caja de pandora estructurada por la ciencia normal y la institucionalidad asociada, implica aceptar que vamos a tener que afrontar las crisis, las irregularidades, los quiebres, las incertidumbres. Es aquí cuando entendemos el carácter transformador del pensamiento complejo que en mundo dominado por los pensamientos únicos tanta falta hace.
Notas:
- Cinta de Moebius: https://www.bbc.com/mundo/noticias-45661039
- Estructuras imposibles: http://www.blogodisea.com/estructuras-imposibles.html
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*Rodrigo Arce Rojas es Doctor en Pensamiento complejo por la Multiversidad Mundo Real Edgar Morin. Correo electrónico: [email protected]
Comentarios
Muy bueno, ingeniero.
Muy bueno, ingeniero.
Brillante!!
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