Por Wilfredo Ardito Vega
El miedo, otra vez
-¡Golpe, golpe! –pedían sollozando las mujeres, vestidas con el hábito del Señor de los Milagros, ante las cámaras de televisión.
Ante el local donde Mario Vargas Llosa esperaba ganar la segunda vuelta del año 1990, se acababan de enterar que había sido elegido Alberto Fujimori, quien para ellas era un terrorista, un resentido social, alguien que les quitaría “todo” a los peruanos privilegiados.
Dos años después, las mismas señoras estaban muy contentas con Fujimori cuando cerró el Congreso y expulsó a cientos de jueces, realizando en la práctica el golpe que ellas estaban pidiendo.
Sin embargo, la escena del pánico electoral parece una película que se repite varias veces, incluyendo el año 2011, cuando Ollanta Humala ganó las elecciones. Recuerdo que el hijo de unos amigos exclamó a punto de llorar:
- ¡Ahora solo nos queda morir!
Él tenía seis años entonces y había escuchado en su colegio de Monterrico que Ollanta exterminaría a “la gente como nosotros”.
En aquella ocasión, muchos repetían que Humala haría fusilar a homosexuales y adultos mayores y que el tercer hijo de cada familia se lo llevaría el Estado “como ocurre en Venezuela”. Al menos, así me dijo un taxista aterrorizado por sus hijos.
En las últimas semanas, el ascenso de Verónika Mendoza en las encuestas viene generando similares expresiones apocalípticas por parte de personas que están dispuestas a creer y difundir los rumores más descabellados.
La verdad es que si Mendoza ganara las elecciones sería un gobierno con pocas posibilidades de conseguir todos los cambios estructurales que quisiera promover, como la ampliación de derechos sociales en la Constitución y la mayor regulación de los actores económicos, pero tengo la impresión que los congresistas de su bancada tendrán más formación y coherencia que quienes asumieron con Humala el año 2011. De esta manera, es posible que por fin puedan ponerse en debate temas fundamentales sobre el país que queremos, como la criminalización de la protesta social, la unión civil, el aborto, las actividades extractivas o los derechos de las poblaciones indígenas.
Es verdad que para los peruanos más conservadores ninguno de estos temas es importante. Tampoco les ha interesado mucho que el gobierno actual lleve a cabo políticas hacia las zonas más pobres como los Tambos y las PÍAS, así como toda la labor en Educación Bilingüe Intercultural o formación de intérpretes indígenas.
Dudo que cualquiera que sea el nuevo gobierno pueda pretender cortar estas iniciativas, pero sí temo que el equipo de Fujimori emplearía los programas sociales para desarrollar prácticas de clientelaje. De hecho, lamentablemente, quienes votan por Keiko Fujimori suelen ser quienes han aceptado el clientelaje como una forma “normal” de hacer política.
Yo creo que una campaña electoral debería procurar discutir todos estos temas, pero esto no ocurre en nuestro país. Las discusiones durante la campaña se centran en aspectos secundarios de la personalidad de los candidatos, sus rasgos físicos, el origen de sus padres o inclusive su forma de vestir. No faltan quienes caen en expresiones racistas y discriminadoras.
Algunos se asustan cuando señalan que Verónika Mendoza tiene un discurso “confrontacional”, porque en el Perú tememos confrontar ideas y programas. Por eso es que las discusiones “políticas” caen en lo anecdótico o se restringen a la descalificación personal, llamando a Mendoza “terruca”, acusándola de pretender imponer el chavismo en el Perú y de ser la candidata de Nadine.
En mi opinión, una de las explicaciones para los temores irracionales es la inseguridad respecto a perder posibles privilegios, reales o ficticios. Por eso es que surge la sombra de Velasco, como un tenebroso fantasma (nacionalizaciones, control de precios, uniforme único, oficialización del quechua, etc.)
En mi opinión, una de las explicaciones para los temores irracionales es la inseguridad respecto a perder posibles privilegios, reales o ficticios. Por eso es que surge la sombra de Velasco, como un tenebroso fantasma (nacionalizaciones, control de precios, uniforme único, oficialización del quechua, etc.)
“Me sorprende que algunos de los más asustados o violentos hayan salido de buenos colegios”, comenta un amigo. En realidad, en esos colegios a veces se enseña a tener miedo/asco/recelo del otro. De hecho, hay quien coloca a sus hijos en ciertos colegios para aislarlos de otros peruanos y luego mantiene el aislamiento ubicándolos en ciertas universidades.
Lamentablemente, en nuestro país, la educación política es sumamente escasa. Mientras los obreros de Los Dorados Años Veinte estaban al día con la problemática de México o Italia (revisé las revistas obreras de la época para esa parte de la novela), actualmente aún muchas personas con acceso a educación siguen asociando una alternativa de izquierda a la restricción de derechos fundamentales y las estatizaciones
Lamentablemente, en nuestro país, la educación política es sumamente escasa. Mientras los obreros de Los Dorados Años Veinte estaban al día con la problemática de México o Italia (revisé las revistas obreras de la época para esa parte de la novela), actualmente aún muchas personas con acceso a educación siguen asociando una alternativa de izquierda a la restricción de derechos fundamentales y las estatizaciones.
-Es simple pereza –señala un colega—. Cualquier persona podría en esta época buscar informarse sobre los planteamientos de los diferentes grupos políticos.
Parece más fácil caer en el prejuicio, lo anecdótico y el temor.
Además...
- Felicitamos a la Defensoría del Pueblo por comenzar la difusión de los derechos fundamentales en quechua. Este es el primer video: https://www.youtube.com/watch?v=asfP-E9OkBI
- Felicitamos a EsSalud por el convenio que ha suscrito con el Ministerio de Cultura para la atención al público en el idioma indígena predominante de cada zona y evitar las prácticas discriminatorias.
- El Sodalicio decidió expulsar a su sucesor Luis Fernando Figari, después de recibir más de 100 testimonios sobre abusos de todo tipo. Felicitamos a Pedro Salinas y Paola Ugaz por su valentía para difundir estos hechos.
Aportes y comentarios:
- ¡Qué alegría saber que tuviste este encuentro personal! Se trata de un cuestionamiento sobre lo que como creyentes, que deseamos seguir Cristo estamos llamados a hacer... El solo pensar en que Cristo está presente en el rostro de nuestro prójimo sufriente nos invita a pensar... ¡Cuántas veces fuimos como ese pueblo que le adoró con palmas el domingo y el viernes lo condenaba a gritos a la crucifixión! ¡Cuántas veces somos ese Judas que traicionó o ese Pedro que decía amarle pero le negó! Es precisamente en ese tiempo de cuestionamiento donde renovamos nuestro compromiso de amor a Dios y a su Pueblo (Un agente pastoral de San Juan de Lurigancho).
- Esto muestra que en Lima existe el espíritu de la Semana Santa, pero también la forma cómo los operadores turísticos la venden. El mercado impone rutas, viajes, horarios, tarifas. Hasta la jerarquía limeña entra en la danza, al hacer salir en procesión al Señor de los Milagros.. Sin duda es estremecedor sentir en las iglesias antiguas el fervor popular ingenuo, más allá de las recomendaciones de ritos sin mensaje, de ceremonias sin sentimiento ni convicción y sermones, que distan mucho del verdadero espíritu de la iglesia y su pastor el Papa. El tiempo para meditar no está considerado, lo hemos ido olvidando, o se ha ahogado mediante la estandarización de protocolos que no están en la liturgia. El espíritu cristiano debe estar presente y practicante no sólo en la Semana Santa (Un comentario en el Facebook).
Un testimonio:
El jueves 31 de marzo del 2016 mi esposa y yo fuimos testigos de un acto de racismo y clasismo terribles a la entrada del Tottus de la Molina (el que se encuentra por la USIL y por el Colegio Raimondi).
Una mujer de sesenta años, que imagino se consideraba muy de élite y pituca, se puso de discutir de forma muy agresiva con una de las trabajadoras de ahí (el trabajo de la chica era pedir los tickets a los clientes que salían, imagino para prevenir robos de mercadería). Ella sólo estaba haciendo su trabajo como cualquier trabajador, pero cuando le requirió a la mujer su boleta de compra, ésta se puso de gritarle, aduciendo que la chica le había faltado el respeto. Eso es mentira, yo vi a la mujer antes de llegar a la salida, y ya estaba por lo que parece furiosa y enojada antes, y sólo se descargó con la señorita. Simplemente fui testigo de como le armó un escándalo para descargarse.
A la hora que había empezado a gritarle y faltarle el respeto a la chica, vino la hija de ésta también alterada y empezó también a colaborar con su madre, armando el escándalo y la hija sacó un celular para filmar a la joven. La vendedora levantó la mano pero no en forma agresiva sólo para hacer el gesto que no la filmaran, pero las dos mujeres empezaron a gritar que les había querido pegar. La muchacha a esto se desdecía diciéndoles que sólo estaba haciendo su trabajo, y que ello no era así. La mujer dejó a la hija increpándole a la muchacha, después de decirle “ahora te fregaste, porque voy a hablar con el gerente, ya vas a ver”. El día siguiente fui, y me enteré que a la señorita la habían despedido.
Yo estuve ahí, yo ví a las dos mujeres “cargando” despectivamente contra la chica, y abusando del concepto de “buen trato al cliente” para tratar de hacer una pataleta, y forzar a la tienda a despedir a la señorita, que sólo hacía su labor encomendada por la tienda. Yo les dije que no filmaran, y que la tienda también tiene las imágenes que prueban su conducta, y la hija de la mujer me dijo: ”No te metas”.
Me causa mucha rabia ver a dos mujeres tan prepotentes, que parecieran acostumbradas a mandar y cholear a medio mundo y que se salgan así de fácil con la suya, porque extorsionan al administrador con hacerle una pataleta y quejarse en las redes sociales para que las vea rajando de Tottus todo su “té de tías”. Y pues claro ¿no? con toda esa actuación, griterío y “escandalete”, pues al administrador seguro “arrugó”, y la pita se rompe por el lado más débil, en otras palabras: la chica paga.
Lo que vi ayer me hizo recordar a la mujer que empujó a los vigilantes en Metro, la que hizo un escándalo en Wong, la que le dio un cachetada a la chica de Claro ¿Quién protege a los vendedores de estas personas abusivas, prepotentes que creen que el Perú es suyo?
¡Qué frustración ver la actitud de Tottus, que en lugar buscar una salida salomónica y ver lo que hay detrás de este incidente, favorece a una histérica y no investiga la verdad de los hechos!
Edgar Villegas Vásquez DNI 07500475
LA FRASE W:
Curioso país donde los que a unos causa esperanza a otros causa terror
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