Cuánta falta hace una auténtica coordinación focalizada y transversal entre los gobiernos federal, el estatal, el municipal y las autoridades comunitarias. Guerrero y la Montaña los necesita a todos.
Por Marcos Matías Alonso*
8 de octubre, 2019.- Con viento, precipitaciones pluviales, inundaciones y sin disiparse el paso de la tormenta tropical “Narda”, la mañana del martes 1° de octubre, en el 93 Batallón de Infantería de Tlapa, se instaló la “Mesa de Coordinación para la Seguridad y la Paz” (MCSP), copresidida por Julio Lázaro Bazán, Subdelegado Regional de los Programas del Gobierno Federal, el responsable regional de la Guardia Nacional y por Ireneo Mejía Banda, Coronel de Infantería, responsable de la Zona Militar de Tlapa.
Dados los graves efectos ocasionados por “Narda”, fueron invitados 17 Presidentes Municipales de la región Montaña y los representantes del gobierno federal/estatal de la zona de Tlapa. Adelfo Regino, en su carácter de Director General del INPI, fue recibido por la Mesa de Coordinación, como invitado especial.
Escuché múltiples intervenciones. El Dr. Marcelino Milán (Tu’un Sávi), jefe de la Jurisdicción Sanitaria de la Montaña, hizo énfasis en los problemas de salud pública ocasionados por le depresión tropical. Los presidentes municipales de Metlatónoc, Malinaltepec e Iliatenco enfatizaron en el tema de los caminos, carreteras y puentes destruidos, las viviendas colapsadas, los cultivos dañados, la infraestructura educativa desplomada, los centros de salud con paredes agrietadas, etcétera.
Por consenso emergente, la MCSP acordó cerrar el “diagnóstico de escritorio” y salir en alguna de las rutas que reclaman atención prioritaria. La breve explicación que hizo Abel Bruno Arriaga, presidente municipal de Malinaltepec, fue suficiente para acordar la salida de la caravana hacia su municipio.
Malinaltepec es un municipio indígena enclavado en la Montaña de Guerrero y habitado por pueblos Mep’phaa (tlapaneco) y Ñuu Savi (mixteco). De acuerdo al “Informe Anual sobre la Situación de Pobreza y Rezago Social” (CONEVAL), en el 2010 la población municipal era de 25 mil 600 ciudadanos, de los cuales, el 81.1% se encontraba en situación de pobreza; el 25.7% se hallaba en pobreza moderada y el 55.4% sobrevivía en pobreza extrema.
Son alarmantes los indicadores con porcentajes elevados de analfabetismo, carencia de electricidad, caminos deteriorados, viviendas sin piso firme ni techos adecuados, limitado acceso a los servicios de salud y educación. En síntesis, Malinaltepec representa un reto para abatir los índices de pobreza y disminuir el rezago social. La siguiente gráfica muestra la pobreza indígena municipal.
Malinaltepec: pobreza indígena en 2010
En Malinaltepec, las instituciones del gobierno federal, estatal y el municipal, no han logrado abatir la pobreza indígena, la cual se empeoró por dos factores fundamentales: desastres ocasionados por la naturaleza y corrupción en la obra pública realizada en la región.
En la caravana rumbo a Malinaltepec, por iniciativa de Javier Hurtado Catalán, presidente municipal de Atlamajalcingo del Monte, visitamos la cabecera municipal y la casa del Niño Indígena “General Vicente Guerrero”, cuyas instalaciones se encuentran en condiciones óptimas; también verificamos daños moderados al cultivo de maíz.
En el Tejocote, municipio de Malinaltepec, fue la segunda reunión de trabajo de la MCSP. Abel Bruno Arriaga, en su carácter de presidente municipal, con más de 800 ciudadanos, dieron la bienvenida del contingente. La autoridad municipal y varios representantes comunitarios presentaron un primer diagnóstico de los daños ocasionados por la tormenta tropical “Narda”.
Es visible el grave deterioro de la carretera que conecta del Crucero de Malinaltepec a la cabecera de este municipio. Son 22 km de pavimentación de la carretera que sucumbieron, no sólo por “Narda”, sino también por los estragos que sufrió desde septiembre del 2013 por los huracanes “Ingrid” y “Manuel”. Mi hipótesis es que la pavimentación de esta carretera, con un costo de 62 millones de pesos, se arruinó no sólo por los desastres naturales, sino también por ser una obra que se construyó con pésima calidad técnica y sin cumplir con los requerimientos preventivos que demanda la topografía de la zona.
La gráfica que sigue indica que el ancho de la corona de la carretera debió hacerse de 6 m, más la obra de drenaje de 1 m de cada lado, dando un total de 8 m del ancho de la carretera. También da las especificaciones del grosor de la mezcla asfáltica, la base hidráulica, el sub rasante, las obras de drenaje y los muros de contención. Bajo la responsabilidad de SCT, no más de trece años duró la pavimentación de esta carretera con un costo de 62 millones de pesos.
Dimensiones del proyecto carretero de Malinaltepec
Malinaltepec tiene una topografía abrupta e intrincada. Su toponimia lo dice todo: “cerro torcido” o “cerro enredado”. El siguiente glifo de Malinaltepec aparece en el Códice Mendocino del año 1540.
Equivocado fue el estudio del impacto ambiental del proyecto que, previo a la pavimentación de la carretera, señaló: “el tipo de roca que ha conformado la región se comporta como una barrera impermeable al paso del agua y, por lo consiguiente, no pueden prosperar corrientes de agua profunda”. Hoy, las montañas de este tramo carretero se han convertido en una hoya con escurrimientos que han provocado fuertes derrumbes.
En la asamblea comunitaria de El Tejocote, Abel Bruno Arriaga tuvo una excelente capacidad de convocatoria. Dio un recuento de los daños ocasionados y exigió que Malinaltepec sea parte de la declaratoria de emergencia por el paso de la tormenta “Narda”, para acceder a los recursos del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN). Demandó no volver a repetir la experiencia de los huracanes “Ingrid” y “Manuel”, que no llegó un solo apoyo a La Montaña de los 45 mil millones de pesos del Plan Nuevo Guerrero, que debió usarse para la reconstrucción. Los gobiernos federal y estatal dilapidaron estos recursos financieros y los pueblos indígenas quedaron excluidos del apoyo gubernamental.
Adelfo Regino, Director General del INPI, anunció que, de acuerdo a las observaciones en su viaje, informará al presidente de la República de la situación en que se encuentran los pueblos indígenas de la Montaña y entregará un primer reporte de los daños ocasionados por “Narda”. Movilizó sus buenos oficios para que la CFE restablezca el servicio de electricidad en las comunidades dañadas. Instruyó a SCT para la apertura de caminos, a SEDATU le pidió hacer un censo de las viviendas dañadas y a SADER le requirió una cuantificación preliminar de los cultivos dañados. La contingencia obliga hacer esfuerzos interinstitucionales y aplicar los programas de forma transversal en un municipio o región determinados. También la contingencia obliga focalizar áreas de acción y sumar la austeridad financiera.
En El Tejocote, el gobierno federal estuvo plenamente representado con Adelfo Regino y Pablo Amilcar Sandoval (Coordinador de los Programas Federales en Guerrero). Del gobierno estatal estuvo presente Javier Taja (CICAEG), Mario Moreno (SEDESOL) y Alejandro Bravo (Jefe de Oficina del Gobernador). Del Congreso local, el Diputado Luis Enrique Ríos, de la fracción parlamentaria de MORENA, hizo el acompañamiento en Malinaltepec.
Javier Taja informó que los principales accesos carreteros de la Montaña han sido abiertos y se han movido toneladas de piedra y tierra para abrir paso a la comunicación. Los servidores federales y estatales, en el ámbito de su competencia, se comprometieron a movilizar los recursos técnicos, humanos y financieros para afrontar la secuela ocasionada por el paso de “Narda”.
Entre lodo, lluvia y nubosidad llegamos a la cabecera municipal. Los derrumbes y deslaves hicieron “patinar” nuestros frágiles vehículos. La penumbra, la oscuridad y la niebla, cobijaron nuestra salida de Malinaltepec. Mientras nosotros batallábamos con el lodo, charcos e inundaciones, seguramente J. Taja y M. Moreno, con el vuelo de su helicóptero, ya se encontraban en la capital del estado.
Es bueno tener el pulso en el terreno, y quizá también es necesario observar el entorno agreste de la Montaña desde las alturas de la Sierra Madre del Sur. Son necesarias ambas visiones. Todo se complementa. Cuánta falta hace una auténtica coordinación focalizada y transversal entre los gobiernos federal, el estatal, el municipal y las autoridades comunitarias. Guerrero y la Montaña los necesita a todos.
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*Marcos Matías Alonso es investigador titular del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).
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