Por Florencio Compte Guerrero
6 de julio, 2018.- Cuando nos referimos a la modernidad estamos pensando en algo actual o reciente, de vanguardia, innovador, contrario a la tradición o adecuado al gusto y a las necesidades del momento, a lo avanzado de una época, a mirar hacia el futuro.
La modernidad como época supone determinar desde cuándo históricamente empezó y hasta cuándo termina. Para la mayoría de los autores el inicio de la modernidad se liga a diferentes sucesos históricos que se dieron en Europa: como la Reforma protestante, la Ilustración, la Revolución francesa o la Revolución Industrial. Sin embargo, para pensadores latinoamericanos del colectivo Modernidad/Colonialidad, la modernidad se inició con el descubrimiento de América y el colonialismo español del nuevo continente. En lo económico, según el recientemente fallecido sociólogo peruano Aníbal Quijano (1928-2018), miembro de dicho colectivo, porque la producción “principalmente metalífera de América, estuvo en la base de la acumulación originaria del capital (...) fundamento material de la producción de la modernidad europea”.
Sin embargo, para pensadores latinoamericanos del colectivo Modernidad/Colonialidad, la modernidad se inició con el descubrimiento de América y el colonialismo español del nuevo continente.
Quijano planteaba que la globalización es la culminación de un proceso que se inició “con la constitución de América y la del capitalismo colonial/moderno y eurocentrado como un nuevo patrón de poder mundial”, sustentado en la clasificación social de la población sobre la idea de raza que, a partir de diferencias fenotípicas entre los conquistadores y los conquistados, habría dado lugar a “identidades sociales históricamente nuevas: indios, negros y mestizos” que sostuvieron la supuesta legitimidad de la dominación europea.
... a partir de diferencias fenotípicas entre los conquistadores y los conquistados, habría dado lugar a “identidades sociales históricamente nuevas: indios, negros y mestizos” que sostuvieron la supuesta legitimidad de la dominación europea.
Afirmaba Quijano que la modernidad surgió por el contacto europeo con los pueblos americanos, que devino en la expansión del circuito comercial del Atlántico y por “la incorporación de lo que será América Latina al mundo dominado por Europa”.
La independencia y surgimiento de los países latinoamericanos habrían terminado con el colonialismo pero no con la colonialidad y la dependencia. El pensamiento de Quijano sigue hoy más vivo que nunca.
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