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La política del gas de PPK

Imagen de la planta Malvinas, destinada a la extracción de gas en la región Cusco.

En su más reciente entrevista, el presidente Pedro Pablo Kuczynski habló sobre la necesidad de masificar la distribución del gas de Camisea que se transportará a través del Gasoducto Sur. No obstante, este megaproyecto sufrirá una fuerte modificación entre sus gestores ante la salida de Odebrecht y el inminente ingreso de la norteamericana Sempra. ¿Podrá el actual gobierno democratizar el uso del gas al interior del país?

Por José Carlos Díaz Zanelli

Servindi, 30 de agosto, 2016.- “Masificar el gas genera un montón de bienestar”, dijo durante una entrevista el último fin de semana el presidente Pedro Pablo Kuczynski. Con esa frase saltó a la palestra uno de los temas de los que más se había hablado durante la campaña: el destino del gas de Camisea.

Como se recuerda, durante la campaña presidencial, una de las personas que se vio más involucrada con el tema vinculado a la explotación y distribución del gas de Camisea fue el hoy mandatario, a quien se le recordó ser primer ministro del gobierno de Alejandro Toledo cuando se firmó el contrato que definiría la gestión del gas natural hallado en la región de Cusco.

Hoy en día el tema reflotó a raíz del proyecto del Gasoducto Sur, cuya desembocadura estará en la región de Arequipa. Cabe recordar que de momento, tal y como está planteado el proyecto, el gas que viajará por ese ducto solo se distribuirá en la costa del país.

El futuro del gasoducto

A propósito de la futura venta de parte del accionariado del Gasoducto Sur –que de momento sigue en manos de la polémica compañía brasileña Odebrecht–, Kuczynski aseguró que la venta debe ser aprobada por el Poder Ejecutivo.

“Básicamente, Odebrecht tenía que vender sus acciones porque los bancos no querían apoyar la construcción hecha por ellos. Hay otros socios como (la peruana Graña y Montero, y la española Enagás que se quedan y entra Sempra”, reveló este último fin de semana el Jefe de Estado.

Cabe mencionar la importancia de esta venta, en tanto que el porcentaje de Odebrecht representa el 55% del Gasoducto Sur. Es decir que, cualquier plan para redistribuir el gas al interior del país que está planeando el actual mandatario, tendrá que tratarse con la compañía entrante, muy posiblemente, Sempra de capital norteamericano.

Durante los últimos años, la distribución del gas de Camisea ha generado problemas sociales en la región de Cusco.

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