Un discurso a la defensiva del presidente y un ministro relegado solo a participar para responder preguntas de la prensa. Pequeños detalles que nos dejó la última conferencia de prensa brindada por el gobierno.
Servindi, 30 de abril, 2020.- La última conferencia de prensa brindada por el presidente y sus ministros ha dejado algunas señales para la interpretación. Cosas que no se dijeron, pero que se dejan entender si se analizan.
Más allá de haber sido una jornada en la que el presidente confundió a la jefa del Comando de Operaciones COVID-19, Pilar Mazzetti, llamándola «ministra de Salud» o denotó su cansancio al no poder recordar el día actual en el que estábamos porque «uno pierde la noción del tiempo».
La sesión del miércoles 29 de abril se vio marcada por dos aspectos claves: el discurso a la defensiva del presidente y el nulo protagonismo del ministro de Salud, pese a haber sido una jornada cargada de información sobre este sector.
Vizcarra y su discurso a la defensiva
Foto: El presidente del Perú, Martín Vizcarra, mostró un tono defensivo en su última conferencia de prensa / Fuente: Gobierno del Perú
El presidente puso un pie adelante e inició su discurso defendiéndose.
Los últimos días, las imágenes de ciudadanos movilizándose a pie dentro del país para volver a sus regiones desesperadamente y los motines en las cárceles que dejaron 9 muertos, habían puesto la responsabilidad absoluta de estos hechos sobre el gobierno.
«Los esfuerzos que estamos haciendo —y lo dijimos desde un inicio— no son con la intención de evitar daños, sino de disminuir [el daño] todo lo que sea posible», dijo Vizcarra a los pocos segundos de iniciar su alocución.
«Ahora hay daño, sí, lo reconocemos; hay dolor, por supuesto; hay hambre, hay muerte; pero, de no haber tomado todas las decisiones como lo hemos hecho, el daño hubiera sido mayor», agregó.
Sin saberlo aún, sería un argumento que se extendería a lo largo de la conferencia más larga —duró 2 horas y 10 minutos— que ha dado hasta ahora el mandatario. Vizcarra y el «si no hubiéramos hecho esto, si no hubiéramos hecho lo otro…». Una y otra vez.
El mandatario iría un paso más allá.
Un día antes, el martes 28, el portal de investigación IDL-Reporteros reveló que las autoridades del Perú no estaban siendo sinceras con las cifras de fallecidos por COVID-19. Mientras al 24 de abril el gobierno registraba 330 fallecidos en Lima y Callao, los datos hallados en el registro de dos centros funerarios de estas regiones, triplicaba la cifra: 1.073 fallecidos.
Entonces Vizcarra se defendió una vez más.
«Si no hubiéramos tomado las medidas que hemos tomado ya desde hace 45 días que empezó el estado de emergencia, no estaríamos ahora hablando de si son 800 o 1.200 fallecidos. De ninguna manera. El debate sería […] cuántos son los muertos: ¿10 mil o 15 mil?».
La incomodidad del gobernante ya era notoria.
El periodista de La República, Enrique Patriau, también lo advertiría a mitad de la conferencia: «La molestia en el gobierno y en el equipo médico por las críticas de los últimos días es muy obvia. Un poco de calma», escribió en su cuenta de Twitter.
Sin embargo, lo que pocos esperaban era que el presidente contradijera su palabra e hiciera lo que en jornadas anteriores él mismo había descartado: comparar las cifras de muestras, contagios y muertes de Perú con la de otros países.
Pero Martín Vizcarra lo hizo. Comparó la tasa de infectados y muertes de Perú con las de España, Italia y Estados Unidos. Y comparó la cifra de muestras realizadas, con las que se tomaron en Chile, Colombia, Argentina y Ecuador. En defensa vale todo, se dice.
Lo que vendría después sería un mensaje dirigido a un grupo receptor directo: sus detractores. Y Vizcarra aprovechó las críticas que ha recibido sobre el manejo de la crisis en los penales para responderles.
«En la historia reciente hubo cantidad de indultos de narcotraficantes y sin pandemia, y muchos de ellos ahora nos critican, muchos de los que han estado a cargo de la institución, del Ministerio [de Justicia], del INPE. Bienvenidas sean las recomendaciones, los aportes, pero no sean frescos queriendo dar lecciones los que tuvieron su oportunidad y no hicieron nada al respecto”, dijo.
El hashtag “NoSeanFrescos” se convirtió en tendencia en Twitter de inmediato. El mensaje caló y con ello su postura a la defensiva.
Un ministro relegado
Foto: Ministro de Salud, Victor Zamora / Fuente: Gobierno del Perú
Esa fue la impresión que dejó el ministro de Salud, Victor Zamora: una participación nula en una conferencia que estuvo cargada de información sobre la situación sanitaria del país, los protocolos para personas con síntomas de COVID-19 y la capacidad de camas de hospitalización.
Si bien desde un principio Vizcarra es quien informa sobre los números de casos confirmados y muertos por COVID-19; en palabras del ministro solían quedar resueltas las demás dudas sobre las medidas en el sector Salud.
Esto cambió hoy. Pilar Mazzetti, exministra de Salud y jefa de Comando de Operaciones COVID-19 —a quienes las redes sociales le reconocen una mejor empatía—, fue la encargada de brindar detalles sobre los protocolos para atender a personas con síntomas COVID-19.
Más adelante, cuando llegó el momento de informar sobre la capacidad de camas de hospitalización y camas UCI en el país, el presidente le cedió la palabra al doctor Frank Britto, miembro del equipo liderado por Mazzetti, quien se encargó de explicar detalladamente la situación.
El ministro de Salud quedó relegado a una participación mínima y solo tomó la palabra cuando le tocó responder la última pregunta de la prensa casi al final de la conferencia.
¿Será esto un mensaje para el ministro de Salud? No sabemos si el presidente ha empezado a desconfiar de la capacidad de respuesta de su ministro; pero lo cierto es que son señales que no pasan desapercibidas.
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