Espacios fueron usados por actores armados para perpetrar su avance en un conflicto que aún mantienen a 68 comunidades indígenas en riesgo de exterminio físico y cultural.
Servindi, 27 de octubre, 2020.- La Comisión de la Verdad de Colombia identificó 17 corredores geográficos habitados por pueblos indígenas que han sido usados por diversos grupos en el conflicto armado interno.
Algunos de estos corredores donde convergen comunidades de frente con la violencia armada son el Corredor Sierra Nevada y serranía del Perijá; el Corredor Nudo de Paramillo; y el Corredor norte del Cauca.
Las afectaciones del conflicto armado en las comunidades ancestrales son de tal magnitud que, de los 115 pueblos indígenas en Colombia, 68 están en riesgo de exterminio físico y cultural.
Víctimas del conflicto
Según la Unidad para las Víctimas, en las comunidades indígenas de Colombia hay 384.886 víctimas del conflicto armado, lo que representa un 4.25% del total de esta población a nivel nacional.
En un reporte publicado por el diario El Espectador, se agrega que el desplazamiento forzado, las amenazas y el confinamiento son los hechos victimizantes que han azotado mayoritariamente a estas poblaciones.
El 25 de julio de 1997, un grupo de guerrilleros de la Farc, asesinó al padre de los hijos de Miriam Piranga Cruz, y a todos sus primos. Foto: Comisión de la Verdad
La situación de seguridad en estas poblaciones es crítica. Solo entre el 2014 y 2016 —en el marco del proceso de negociación entre el Estado y las antiguas FARC— fueron asesinados 58 indígenas.
En este mismo periodo, además, se registraron 1.644 violaciones a los Derechos Humanos contra sus comunidades.
Debido a la disputa y el control de los corredores por parte de grupos armados ilegales, los territorios ancestrales se convirtieron en zonas de guerra con presencia permanente de militares.
Los corredores de la muerte
En total, fueron 17 los corredores del conflicto armado interno identificados en territorios indígenas.
Entre los corredores geográficos identificados por la Comisión de la Verdad se encuentra el Corredor Sierra Nevada y serranía del Pejirá, Guajira, que cruza los departamentos de La Guajira, Cesar y Magdalena.
Se trata de un lugar estratégico utilizado para el control y desarrollo de economías ilegales, como el contrabando de electrodomésticos, alimentos, gasolina, el tráfico de armas, narcotráfico y otras actividades ilícitas.
El Corredor Nudo de Paramillo, ubicado en los departamentos de Córdoba y Antioquia, fue otro de los blancos de disputa entre los grupos armados por sus condiciones territoriales.
También figura el Corredor de Serranía del Darién y los lazos estrechos con Centroamérica (norte del Chocó), por sus altos niveles de narcotráfico, economías extractivas como la minería ilegal y la explotación maderera de selvas y bosques.
En el Corredor norte del Cauca también se desataron conflictos producto de actividades de narcotráfico, tráfico de armas y municiones, y trata de personas con fines domésticos, sexuales y mano de obra.
Allí también se registran actividades de minería legal e ilegal a pequeña y mediana escala y denuncias por reclutamiento forzado.
Según cifras del Registro Único de Víctimas, desde 1985 se han registrado en contra de la población indígena del país 29.688 amenazas, 409 torturas y 548 lesiones personales. Foto: Comisión de la Verdad
Otro de los corredores que aparece en la lista es el de la Cordillera Occidental y Serranía del Baudó, conectada con el Océano Pacífico, en los departamentos del Valle del Cauca, Risaralda y Chocó.
En esta zona se evidencia minería ilegal, explotación de madera y articulación de territorios estratégicos y de interés, tanto para los grupos armados como para los empresarios legales e ilegales que buscan colonizar, dominar y controlar esta macro región.
En tanto, el Corredor bajo Caquetá, Mirití Paraná y Apaporis es identificada como el centro de retaguardia de los grupos armados y, en especial, de lo que en su momento se conoció como el Frente Amazónico del Bloque Sur de las FARC.
Ellos, hallaron en esta región varios puntos nodales para el desarrollo de sus planes y apuestas militares, económicas y de control territorial, situación que provocó hechos de violencia y afectaciones a los pueblos indígenas y sus territorios.
Otro de los corredores violentos identificados son el Vaupés conectado con Brasil; el Sur Colombia y conexión con Perú; y el Sur de Nariño conectado con Ecuador.
Integran la lista también la Región Altillanura; el Parque Nacional de Cocuy; el Catatumbo; y el Corredor Río Guaviare en conexión con Venezuela.
Todos estos datos se dieron a conocer en el marco del Sexto Encuentro por la Verdad “Pueblos indígenas en situación y riesgo de exterminio físico y cultural: su dignidad, resistencia y aportes a la paz”, realizado el 23 de octubre.
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