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El pueblo Nutabe resiste la construcción de una mega represa

Guardia indígena, alrededor de árbol de Tamarindo en Orobajo. Foto: Cortesía Jorge David Higuita y Neyla Castillo

Esta comunidad ancestral está asentada en el Cañón del Río Cauca, área de influencia de HidroItuango. ¿Quiénes son los Nutabes y por qué es importante su reconocimiento como comunidad indígena? ¿Por qué persiste la tensión ante el proyecto hidroeléctrico más grande de Colombia? Cultura y biodiversidad, amenazadas

Por Fernanda Sánchez

Claves 21, 25 de junio, 2017.- La Resolución 0071 del Ministerio del Interior del 19 de mayo de 2017, que conoció en exclusiva Claves21, reconoció a la comunidad de Orobajo del Pueblo Nutabe, en el departamento de Antioquia, y la inscribió en el registro de comunidades indígenas.

La resolución reconoció 57 familias con unidades familiares en las veredas Orobajo, La Loma, La Aurora, y La Meseta, en el municipio de Sabanalarga; en las veredas Llanón Cañanoa, Guayabal y La Bastilla, en el municipio de Peque; y en las veredas El Tinto, La Florida, La Honda y La Hundida en Ituango en el departamento de Antioquia.

Edelider Zapata Valle, Gobernador del Cabildo Nutabe de Orobajo, recibió con alegría la noticia. Zapata tiene 42 años y vive en el municipio de Ituango (Antioquia), área del proyecto hidroeléctrico.

“Siempre hemos estado organizados. Conservar nuestros usos y costumbres es lo más importante para que no desaparezcan. Nuestros abuelos estaban en el Cañón del Río Cauca pero tuvieron que salir a causa del conflicto armado”, añade Zapata.

En esa zona, describe los Nutabes sufrieron persecución. Ellos han sido víctimas de varias masacres incluida la Masacre de Orobajo de 1998, en la cual Don Virgilio Sucerquia, fue masacrado junto a otras personas por paramilitares.

Así recuerda el hecho Isabel Zuleta socióloga del Movimiento Ríos Vivos:

Dos de las consecuencias del ataque contra esta comunidad indígena fueron sido, el desplazamiento forzado desde Orobajo, en el municipio de Sabanalarga a otros municipios de Antioquia y el silenciamiento de otros líderes que temen hablar.

No obstante las dificultades para mantenerse unidos y la supuesta extinción de este pueblo y de una inicial negativa por parte del Ministerio del Interior a reconocerlos, ellos sobreviven.

Arquitectura propia de Orobajo, casas en bareheque. Foto: Jorge David Higuita.

Para el antropólogo, Jorge David Higuita, asesor del Cabildo Indígena Nutabe de Orobajo y experto en esta comunidad, es fácil rastrear su existencia en el Cañón del Río Cauca. Los españoles reseñaron su presencia y se refirieron a ellos como un pueblo numeroso, organizados en cacicazgos en el cañón del río de donde extraían oro y sembraban algodón, entre otros productos.

Este registro, explica Higuita, los convierte en la comunidad indígena número 103 de Colombia.

Para el Ministerio del Interior, esta comunidad ha vivido un proceso de recuperación de su identidad étnica que satisface el criterio de auto reconocimiento y cumple con los mínimos exigidos como comunidad indígena indica la resolución ministerial.

Este pueblo, agrega la resolución, reúne los cuatro aspectos para su definición como comunidad indígena: 1) ascendencia amerindia 2) conciencia de identidad 3) cultura representada en valores y 4) formas de gobierno, gestión y control social, expresados en sistemas normativos propios y distinción respecto de otras comunidades.

“A través de las tradiciones orales este colectivo se ha autodenominado como cañoneros y montañeros, cañoneros por estar en el cañón del río y montañeros, por la montaña”, describe el Ministerio.

Actualmente, los rasgos característicos de los Nutabes, explica a Higuita, están relacionados con la práctica ancestral del barequeo, minería artesanal, heredada desde antes de la Conquista.

Adicionalmente, se destacan por estar siempre cerca del río, su hábitat principal, y practicar la pesca, cultivar maíz, frijol; además, por sus relaciones de compadrazgo, institución y vínculo entre individuos, parejas, señala el experto.

Tensión por proyecto hidroeléctrico

Aún antes de ser oficialmente reconocidos como comunidad indígena, los Nutabes han solicitado la protección de los recursos naturales, del área donde han habitado desde siempre.

Bosque seco tropical en Orobajo en época de invierno. Foto. Jorge David Higuita.

El cañón del Río Cauca donde se ubica HidroItuango ha sido parte del territorio ancestral de esta comunidad. “La zona donde tradicionalmente han habitado los Nutabes es muy importante en términos ecosistémicos. Estamos hablando del bosque seco tropical, de los más escasos en Colombia y Antioquia, algunos de sus remanentes están precisamente en esa zona del Cañón del Río Cauca”, dice Jorge David Higuita.

El río Cauca no es una arteria fluvial que separa asentamientos de uno y otro lado. Es un espacio de encuentro y sociabilidad de quienes lo habitan en donde se encuentran a barequear, a pescar, a recolectar recursos del bosque, o cultivar, indica la antropóloga de la Universidad Nacional Neyla Castillo.

“Perder el río, las playas, los bosques y las tierras que el embalse inundará y las que Empresas Públicas de Medellín ha comprado para hacerlas parte de la zona de protección provoca una fuerte ruptura del tejido social y de los referentes simbólicos de la cultura de los barequeros”, agrega Castillo.

La relación de los Nutabes con el bosque ha sido de conservación, de cuidado. Estos bosques han sido poco intervenidos pues han extraído madera solo para construir casas y balsas, entre otros productos necesarios.

La conservación ha sido posible porque son comunidades de barequeros y de pescadores las cuales no realizan talas para siembras, excepto en pequeñas áreas.

Sus actividades han sido de autoconsumo, no generan grandes impactos ambientales sobre los ecosistemas boscosos y aunque realizan cacería ocasional, se mantiene en niveles adecuados.

Otro elemento muy importante son las representaciones que hacen las comunidades cañoneras sobre estos espacios no domesticados: “Un mundo en el cual cada ser, cada forma que lo integra y cada hecho inusual responde a la lógica de seres, entidades y fuerzas sobrenaturales, que se consideran dueñas y protectoras de aquello que los humanos toman para su beneficio”, describe Neyla.

En los montes estas entidades están representados por la madremonte, los duendes, y espíritus protectores de las plantas y los animales “que tienen sus misterios donde se encuentran tesoros, “santuarios” y viveros –sostiene la antropóloga Neyla- también están las casas donde nacen y se crían las aves y los animales del bosque.

La guacamaya verde , “Ara militaris”, gran símbolo cultural para los Nutabes.

HidroItuango se localiza en el “Cañón del Cauca”, tramo en el cual este río corre a través de profundos cañones y desciende unos 800 metros. Está será la hidroeléctrica más grande del país, entrará en operación en diciembre del año 2018 y comercializará energía, según lo indica su página web.

El proyecto ubicado en el noroccidente del departamento de Antioquia, ocupa predios de los municipios de Ituango y Briceño, donde están las obras principales, Santa Fe de Antioquia, Buriticá, Peque, Liborina, Sabanalarga, Toledo, Olaya, San Andrés de Cuerquia, Valdivia y Yarumal. (Al cierre de este reportaje no se recibieron las respuestas a las preguntas hechas a la empresa).

En el desarrollo de este proyecto no han faltado las tensiones entre las Empresas Públicas de Medellín, responsable del mismo, y las comunidades campesinas además de los Nutabes.

Remigio Moreno Rueda, lo llaman “El Cacique” porque le dice a las personas de su comunidad que no les dé pena ser descendientes de Nutabes. Tiene 73 años y vive en el municipio de Sabanalarga (Antioquia).

Remigio relató que los aspectos más lamentables que han ocurrido con este proyecto son: el desplazamiento forzado de la comunidad donde habitaban, por ejemplo, de las veredas de Orobajo y Barbacoas, ya no queda, nada, los ranchos desaparecieron.

Otras dificultades –agrega- son la pérdida de la práctica del barequeo, en las riberas de los ríos, las semillas de ajenjos*, limoncillo y pronto alivio usadas como plantas medicinales, las cuales desaparecen por la necesidad de talar bosque para inundar la zona para la represa.

Además la tala de bosques ahuyenta a las aves que pierden sus hogares, dice nostálgico, al pensar en el Tucán limón (Rhampastos vitellinus citroelameus), el toche enjalmado (Ramphocefus flamigerus), especie endémica, y la guacamaya verde (Ara militaris) entre otras aves de la zona.

Ríos Vivos Antioquia, movimiento en defensa de los ríos y los afectados por las represas, presentó un informe alterno al Ministerio del Medio Ambiente, el Instituto Humboldt y la Corporación Autónoma Regional de Antioquia (Corantioquia) sobre los impactos de HidroItuango.

El informe del año pasado titulado: Llamado a la razón ambiental en el ecosistema ribereño del Río Cauca en el entorno del proyecto HidroItuango, recogió las preocupaciones de la comunidad, entre ella, el impacto en los ecosistemas, la destrucción de aproximadamente 4 mil hectáreas de bosque seco tropical.

Paradójicamente el conflicto armado en esta área, que impidió el establecimiento de cultivos, permitió su conservación. “Así se constituyó un verdadero corredor biológico y un ecosistema ribereño de gran magnitud que ahora será talado sin que se cuente con las medidas compensatorias necesarias”, señala el informe alterno.

Ríos Vivos ha realizado diversas acciones para reforzar saberes ancestrales entre las personas lo cual permita el auto-reconocimiento del valor intrínseco del bosque en la vida de las comunidades.

Barequeo, esencial para la cultura Nutabe y cañonera

Ríos Vivos Antioquia acompañó a las comunidades en el proceso por su reconocimiento como comunidad indígena y también en la postulación del barequeo como patrimonio cultural inmaterial por parte del Ministerio de Cultura, el cual fue negado en diciembre del año 2014.

En esa solicitud y postulación se describió en profundidad las relaciones entre los cañoneros y su hábitat, las plantas que usan para separar el oro. La comunidad dedicada al barequeo no utiliza químicos para separar el oro, aclara la socióloga Isabel Zuleta, las personas más hábiles en esto, las mujeres, lo separan sin utilizar nada, solo con el movimiento de la batea, otros con la orina.

“Otros utilizan el cedro playero, la cáscara del árbol Achi y el aguacatillo (Persea caerulea), los cuales permiten la separación del oro de manera ancestral. Primero en un molino artesanal de madera separan las arenas más pesadas, de las liviana y queda el jagua*, una especie de “harina” más negra. Luego maceran las hojas de estos árboles y esto hace que se separe el oro, sin utilizar químicos contaminantes” , aclara Zuleta.

La postulación del barequeo para su inclusión en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial (LRPCI) no prosperó. la Resolución 2636 del 7 de septiembre de 2015 del Ministerio de Cultura negó la inclusión.

La resolución del Ministerio de Cultura explica la antropóloga Neyla Castillo no es tan clara. “Al decir que es una manifestación aparentemente están aceptando su carácter cultural pero no su valor patrimonial, lo cual es un contrasentido (….)

Las contradicciones son mayores, continúa Castillo, al examinar la documentación del proceso pues el Ministerio de Cultura desconoció el concepto de la Comisión de verificación que nombró para evaluar la solicitud. La Comisión sostuvo que era una manifestación cultural de carácter patrimonial que debía ser protegida e incluida en la LRPCI.

Castillo, antropóloga de la Universidad Nacional, señala que luego de la negativa por parte del Ministerio de Cultura a incluir el barequeo como patrimonio cultural inmaterial en la LRPCI, han utilizado los recursos jurídicos procedentes.

Presentaron un recurso de reposición contra la resolución que negó incluir el barequeo como patrimonio inmaterial. Solicitaron a la Alcaldía de Sabanalarga iniciar el trámite de postulación pero se negaron dos veces, la más reciente el 8 de noviembre de 2016, argumentando que es competencia del Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia.

Pese a que el Ministerio contrató en su momento una comisión de verificación, este no tomó en consideración el concepto de la comisión y negó la postulación. El Ministerio de Cultura, respondiendo a un derecho de petición para este reportaje respondió: “Aunque el Ministerio de Cultura no recomendó la inclusión de “El barequero como forma tradicional de producción en el cañón del río Cauca” en la LRPCI del ámbito nacional, sí adelantó acciones para establecer un convenio marco con las Empresas Públicas de Medellín (EPM).

“Con el objeto de adelantar acciones de salvaguardia de la cultura inmaterial de la población relacionada con la manifestación. Se ha instado al Instituto de Patrimonio y Cultura de Antioquia a realizar un acompañamiento a la empresa Hidroeléctrica Ituango en el relacionamiento con estas comunidades. El ministerio no tiene acciones concretas más allá de brindar la asesoría y el acompañamiento necesario en estos procesos”.

Y añadió: “El Ministerio de Cultura no ha hecho ningún reconocimiento como patrimonio cultural inmaterial de prácticas de extracción de minerales. De acuerdo con la legislación sobre patrimonio cultural, dicha actividad no está contemplada en los campos de alcance del patrimonio inmaterial”.

Sin embargo, este reciente reconocimiento de los Nutabes como comunidad indígena, con sus prácticas ancestrales podría cambiar esa situación.

Por ello este reconocimiento oficial de los Nutabes como comunidad indígena es importante porque dos de sus principales prácticas son la pesca y el barequeo. “Creo que el impacto está fundamentalmente en el reconocimiento jurídico de unos derechos que los agentes del proyecto y los gobiernos en distintas instancias les han negado permanentemente. Por otra parte, abre una puerta para que se reconozca el valor patrimonial del barequeo en todo el Cañón. Es un asunto que aún no está resuelto”, añade Castillo.

El movimiento Ríos Vivos Antioquia reivindica que todos los cañoneros y cañoneras, los habitantes de ese territorio, son descendientes de los Nutabes.

Por ello, el pasado lunes 5 de junio interpusieron un recurso de reposición contra la resolución 0071 de 2017.

Isabel Zuleta explica los argumentos del recurso contra la resolución del pasado 19 de mayo:

Por su parte, el antropólogo Jorge David Higuita estima que hay aproximadamente 1.500 Nutabes, este antropólogo escribió un libro de relatos titulado: Crónicas de un inminente etnocidio en el Cañón del Río Cauca.

Entre tanto, el Movimiento Ríos Vivos seguirá Ahora esperan que se pronuncien el Ministerio del Interior y la ANLA mientras siguen trabajando en el tema de la identidad.

“Además una tutela fue presentada ante el Tribunal Administrativo de Antioquia por parte del Cabildo de Orobajo para que amparen su derecho fundamental a la consulta previa en el marco del proyecto de Hidroituango”, señala Isabel Zuleta.

Las comunidades del Cañón del Río Cauca “El patrón mono”, como llaman al río Cauca, esperan el desenlace de esta situación, que afecta la continuidad de su cultura. Ellos han resistido pacíficamente desde la conquista y ahora en medio de este gigante proyecto hidroeléctrico en Colombia.

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Fuente: Revista Claves21: http://claves21.com.ar/colombia-nutabe-represa-hidroituango/
Fotos: Cortesía Jorge David Higuita y Neyla Castillo
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