ELN denuncia nuevo caso de ejecuciones extrajudiciales en Colombia contra dos indígenas

Sputniks, 25 de enero, 2018.- La guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN) denunció la muerte de dos hermanos indígenas por parte de militares en otro presunto caso de asesinatos extrajudiciales, conocidos como "falsos positivos".

"Dos dirigentes indígenas del Pueblo Betoye, hermanos, fueron asesinados por el Ejército Nacional y pasados por guerrilleros del ELN, la noche del viernes; el Ejército Nacional, en su afán por presentar resultados al Gobierno central, cometen hechos fuera de sus funciones", escribió en redes sociales la última guerrilla activa en el país.

De acuerdo con la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), el asesinato de los dos hermanos, Luis y Miller López Díaz, se produjo el pasado jueves hacia la medianoche en una zona rural del municipio de Tame (este) por parte de militares, quienes intentaron hacerlos pasar como guerrilleros muertos en combate.

Los dos hermanos "fueron interceptados (a 400 metros del caserío) por miembros del Ejército Nacional, quienes les disparados de manera indiscriminada, quitándoles la vida en el acto", señaló ONIC.

Por su parte, la emisora local Contagio Radio publicó que algunas personas de la comunidad manifestaron "que al otro lado de la carretera estaba un grupo armado, no se sabe si son de los disidentes u otro grupo armado al margen de la ley", y que los dos hermanos "quedaron en medio del fuego cruzado".

Sin embargo, en un comunicado, el Ejército señaló que no se presentó ningún combate y que sus tropas "evitaron el pago de una extorsión terrorista" y "recuperaron un vehículo", tras aducir que los dos hermanos eran extorsionistas que fueron "neutralizados".

Los "falsos positivos" fueron una práctica implementada en Colombia durante el Gobierno del derechista Álvaro Uribe (2002-2010) y con ellos los militares buscaban hacerse con prebendas y beneficios mientras hacían pasar a civiles como guerrilleros muertos en combate.

Los tribunales colombianos han condenado a más de 800 miembros del Ejército por ejecuciones extrajudiciales, en su mayoría soldados y suboficiales, mientras que las autoridades no han llevado a cabo investigaciones exhaustivas sobre los altos mandos del Ejército colombiano y, por el contrario, han ascendido de rango a militares presuntamente implicados en esos hechos.