Por Renzo Anselmo
Servindi, 20 de noviembre, 2019.- ¿Por qué termina siendo tan importante que un empresario como Dionisio Romero Paoletti haya revelado que aportó económicamente —mediante el grupo financiero Credicorp— a las campañas presidenciales (2011 y 2016) de Keiko Fujimori?
Ocurre que Dionisio Romero, además de ser el presidente del directorio de Credicorp, sostiene el mismo cargo en uno de los grupos empresariales más importantes del Perú: el Grupo Romero, uno de los principales grupos de poder económico en el Perú.
Ahora, solo el 5% de los US$ 4 millones 250 mil donados en total por el Grupo Romero a los partidos de Keiko Fujimori y de Pedro Pablo Kuczynski fueron declarados ante la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), en las dos últimas elecciones generales.
¿Qué es el Grupo Romero?
El Grupo Romero es un conglomerado empresarial que integra a diversas compañías peruanas, siendo sus afiliadas en consumo masivo (Alicorp), servicios financieros y seguros (Banco de Crédito del Perú o Pacífico Seguros), las que más reconocimiento han alcanzado a nivel nacional.
La historia del Grupo Romero es por esencia familiar ya que desde su aparición en el mercado registrada —según su propio portal web— en 1874, ha mantenido en el directorio a miembros de su propia familia: Calixto Romero (1888), Feliciano del Campo Romero (1917), Dionisio Romero Seminario (1965) y Dionisio Romero Paoletti (2001).
En el año 2016, una publicación de OjoPúblico daba cuenta de que el Grupo Romero formaba parte de los doce principales grupos económicos del país. Asimismo, señalaba que su consolidación —como la mayoría de conglomerados que integraban la lista— empezó a fines de 1990 e inicios del 2000.
«Desde entonces se han mantenido inamovibles en el ranking de los primeros lugares de facturación del país», señalaba el portal periodístico.
¿Qué empresas integran el Grupo Romero?
Según su propio portal web, el Grupo Romero sostiene 14 empresas abocadas a diversos sectores que pasan por el consumo masivo, la producción agrícola, el servicio de energía, la industria, los servicios logísticos, marítimos y portuarios y el sector empresarial.
Entre sus principales compañías destacan por su reconocida cobertura de mercado la empresa Alicorp que gestiona con más de 125 marcas de consumo masivo y que lidera la industria alimentaria en el Perú con un 27.7% del mercado; la empresa Ransa que opera desde hace 78 años en temas de logística; y la red de estaciones Primax que brinda el servicio de venta de combustibles en el Perú y Ecuador.
Sin duda, cuando se hace referencia al Grupo Romero también salta a la vista su principal afiliado, el Grupo Credicorp, holding financiero más grande del Perú que opera en el sector bancario a través del Banco de Crédito del Perú (BCP); el sector de seguros, mediante Pacífico Peruano Suiza (PPS) o Pacífico Seguros; y en el mercado de asesoría financiera en la administración de fondos e inversiones por medio de Prima AFP.
Además de estas compañías, el Grupo Credicorp cuenta con subsidiarias en Colombia y Chile como parte de una plataforma regional dedicada a brindar servicios de asesoría financiera; además del Atlantic Security Bank (ASB) que fue constituida en 1981.
Aportes que importan
Con todo un soporte empresarial como el que administra el Grupo Romero, cabe la pregunta de rigor: ¿por qué un grupo económico tan importante decidiría mantener en reserva durante años el aporte a la campaña presidencial? ¿Qué está en juego?
En un comunicado que Romero Paoletti compartió —luego de su declaración ante el Ministerio Público— con los trabajadores de Credicorp, explica que su decisión fue «responsable» al enmarcarse en un contexto de «amenaza como la que representaba el chavismo para los peruanos y la economía del Perú», indica en alusión a la entonces candidatura de Ollanta Humala.
«Tengo la convicción de que teníamos una responsabilidad con el país, así como con los accionistas, las decenas de miles de colaboradores de las compañías que represento y con los clientes, ahorristas, pensionistas y proveedores que dependen de la solidez de nuestras empresas», precisa Romero Paoletti.
Si bien, la reserva de los cuantiosos aportes económicos son cuestionados en el Perú, cabe preguntarse por las implicancias legales y delictivas de un grupo de poder fáctico al imponer condiciones subrepticias que desnaturalizan un sistema electoral que pretende ser democrático.
Te puede interesar:
La política capturada por el poder económico. Un artículo sobre lo que sucede en #Cajamarca. Por Milton Sánchez → https://t.co/xxOZLQbmiL pic.twitter.com/GVqvKRqBCL
— Servindi (@Servindi) June 8, 2017
Añadir nuevo comentario