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Confeniae propone retribuir con equidad aporte climático indígena

Los pueblos indígenas de Ecuador proponen iniciar la transición nacional post extractivista hacia la bioeconomía de Vida Plena o Buen Vivir / Foto: Confeniae

Los pueblos indígenas de la Amazonía ecuatoriana protegen más de 4 millones de hectáreas de bosque, donde se almacena alrededor de 834.2 millones de toneladas de carbono.

Por ello, la Confeniae propone medir y valorar la contribución climática de los territorios indígenas en los proyectos y procesos climáticos.

Servindi, 20 de enero, 2021.- La Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae) presentó su propuesta para la retribución equitativa por la reducción de emisiones desde los territorios de las nacionalidades indígenas.

En este contexto, cuestionó la “incoherencia estatal y la injusticia e inequidad hacia nuestros pueblos en las políticas y financiamiento climático”.

Esta situación –según la organización– se da a pesar de que protegen más de cuatro millones de hectáreas, que representa el 60 por ciento de la Amazonía en la que se almacena 834.2 millones de toneladas de carbono.

Ante ello, la Confeniae demanda la instalación de un espacio resolutivo integrado por el Ministerio del Ambiente y representantes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para explicar sus demandas.

Asimismo, busca que se concrete la Unidad Ejecutora de la Confeniae “y otros mecanismos de gestión operativa directa de las nacionalidades amazónicas, del financiamiento climático, para garantizar eficacia, eficiencia y sostenibilidad”.

Documento presentado por la Confeniae con propuestas para medir y valorar la contribución climática de los territorios indígenas en los proyectos y procesos climáticos

Ambición climática indígena

La Confeniae resalta la visión holística que los pueblos indígenas heredaron de sus ancestros. Se trata de ver a la Amazonía como un espacio integral donde existe reciprocidad entre la naturaleza y quienes la habitan.

En este sentido, exhorta al Estado ecuatoriano a corregir el doble discurso donde por un lado resalta la “defensa de la naturaleza”, mientras criminaliza y persigue a los verdaderos defensores de la Madre Selva, a nivel local y nacional.

Además, señala que abarcan el 60 por ciento de la Amazonía ecuatoriana y “acumulan miles de millones de toneladas de carbono”, con el cual superan “largamente” la meta de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC) de Ecuador de reducción de los gases de efecto invernadero al 2025.

Por ello, advierten que sin el respaldo estatal y social de los derechos colectivos y gestión territorial de los pueblos y nacionalidades indígenas amazónicas Ecuador no podrá cumplir sus compromisos internacionales sobre crisis climática, biodiversidad y desarrollo sostenible.

Propone también “iniciar la transición nacional post extractivista hacia la bioeconomía de Vida Plena o Buen Vivir, con valor agregado del bosque en pie y energías renovables sin dependencia de energía fósil; incluyendo la superación del extractivismo y explotación por terceros de la sabiduría”.

Vida Plena

La Confeniae propone un debate nacional sobre la visión de futuro de la Amazonía y evitar priorizar los “agronegocios verdes” cuando no se tienen certezas sobre sus riesgos.

El debate –de acuerdo con la organización– debe también aplicarse a las políticas e inversiones sectoriales que incluyen a los componentes de los proyectos Pro Amazonía y Pagos por Resultados, ambos canalizados por el PNUD.

Por otra parte, propone incluir la seguridad territorial y el gobierno propio de los pueblos indígenas como “condiciones climáticas habilitantes” para reducir emisiones.

“Ese gobierno propio, incluye la 'gobernanza ambiental y territorial' señalada pero no aplicada, en Socio Bosque, Pro Amazonía, REM y Pago por Resultados”, advierte.

Retribución equitativa

La Confenaie propone medir y valorar la contribución climática de los territorios indígenas mediante la reducción de emisiones, absorción y almacenamiento de carbono, evaporación y transpiración del bosque, este último conocido como “ríos voladores”.

También contribuyen a través del “freno al desplazamiento de agentes de deforestación, rol de cortafuegos natural ante los incendios forestales, regulación hídrica, conectividad y reproducción de biodiversidad, usos culturales y base de identidad y espiritualidad”.

De acuerdo con la organización, en los proyectos y procesos climáticos deberían incluirse de manera integral “la medición, cuantificación y valorización de las funciones ecosistémicas y climáticas” y su correspondiente “retribución climática equitativa y adecuada culturalmente”.

“Retribución equitativa y con adecuación cultural, a través de los Planes de Vida de los pueblos y nacionalidades indígenas elaborados con autonomía, sin intermediaciones ni sustituciones”, señala.

Reducción de emisiones

Para la reducción de emisiones, la Confeniae plantea priorizar la seguridad territorial y bienes naturales de los pueblos indígenas mediante “constitución y saneamiento de territorios pendientes” que garanticen los derechos sobre territorios ancestrales y tradiciones colectivas como pueblos.

Asimismo, propone detener los impulsores de deforestación, degradación y contaminación mediante suspensión de autorizaciones para plantaciones de monocultivos como la palma aceitera.

Según el documento, se debe priorizar –entre otros– “iniciativas económicas de comunidades con valor agregado del bosque en pie referidas a extractos o harinas de plantas y frutos medicinales, nutricionales, cosmetológicas, productos pesqueros, turismo comunitario y arte indígena”.

Accede al documento completo en el siguiente enlace:

 

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