En la actualidad las poblaciones indígenas no cuentan con la atención médica necesaria para enfrentar la propagación del la COVID-19 y son víctimas de la invasión de delincuentes que buscan beneficiarse de la destrucción de los bosques.
Solo una coalición nacional y internacional de protección sanitaria podrá salva a los pueblos indígenas de la Amazonía
Por Marcos Colón*
16 de junio, 2020.- La poca información que nos llega de la Amazonía indica que la atención médica a los pueblos indígenas está al borde del colapso. Se necesita con urgencia una coalición nacional e internacional para la protección médica de los pueblos y territorios indígenas, de lo contrario tendremos el primer genocidio panamazónico de este milenio.
Esta coalición, nacional e internacional, debe tener como objetivos principales la lucha contra las causas que agravan la vulnerabilidad de los pueblos originarios.
Esta coalición, nacional e internacional, debe tener como objetivos principales la lucha contra las causas que agravan la vulnerabilidad de los pueblos originarios. Como las invasiones de tierras indígenas, responsables de la muerte biológica, económica y cultural de los pueblos del bosque y las comunidades ribereñas.
También es necesario formular pautas para una política de salud indígena que reevalúe las condiciones materiales de los distritos de salud y sus relaciones con las agencias de salud en los departamentos, municipios y del Estado.
Todos los niveles de gobierno deben comprometerse a proteger las vidas indígenas y los empleados de la salud que atienden a estas poblaciones.
Es urgente repensar las prácticas indígenas de atención médica que tienen en cuenta los contextos culturales, sociales y económicos de los pueblos del bosque.
Es urgente repensar las prácticas indígenas de atención médica que tienen en cuenta los contextos culturales, sociales y económicos de los pueblos del bosque. Estas pautas deben guiar las políticas de salud para que, con base a la atención durante la pandemia, se formen y se fortalezcan centros de acopio de salud dentro de los territorios indígenas.
Tal causa no puede tener límites nacionales o estar sujeta a disputas locales. La movilización proviene de líderes indígenas en sus diferentes niveles de representación y articulación interna y externa.
Y aborda los poderes constituidos, pasando por el Poder Judicial, Ejecutivo y Legislativo, al mismo tiempo que incluye instituciones religiosas, académicas, científicas y de las asociaciones civiles. Todos deben clamar por justicia, derechos y protección de la vida de los pueblos nativos.
Hoy en día, las poblaciones indígenas están sin acceso a la atención médica adecuada y son víctimas de la invasión de delincuentes.
Hoy en día, las poblaciones indígenas están sin acceso a la atención médica adecuada y son víctimas de la invasión de delincuentes que siempre se benefician de la destrucción del bosque y los pueblos, por consiguiente, enfrentan el riesgo de genocidio.
Esta situación requiere una escalada del alcance local para denunciar y pedir justicia a nivel internacional.
La coalición ahora presentada por la Coordinación de Organizaciones Indígenas de la Amazonía Brasileña (Coiab), organizaciones indígenas de base, organizaciones indígenas como el Consejo Misionero Indígena (CIMI), instituciones científicas como la Fundación Oswaldo Cruz y universidades brasileñas, revela el abandono y condición precaria de vidas indígenas entregadas a su propio destino.
Además de pedir protección para la vida y justicia para los que se han ido. Recordamos a las organizaciones internacionales, misiones e instituciones humanitarias que el apoyo técnico y político de los organismos multilaterales es esencial.
Nos referimos a recursos, mecanismos, condiciones materiales, asistencia médica especializada y logística para enfrentar las estrategias de silenciar y marginar las políticas de exterminio que la pandemia de Covid-19 ha incrementado.
Es necesario reclamar (...) prevenir ataques por explotación depredadora y el flagelo impuesto a las poblaciones indígenas debido a la contaminación por el coronavirus.
Es necesario reclamar reparaciones por las vidas perdidas y prevenir ataques por explotación depredadora y el flagelo impuesto a las poblaciones indígenas debido a la contaminación por el coronavirus.
En otras palabras, pedimos apoyo político para la supervivencia presente y futura de la organización de la vida social y las condiciones necesarias para la protección de la salud y la reproducción demográfica de los grupos étnicos y sus pueblos.
Como ejemplo, recordamos la protección multilateral que arbitra la relación del Waimiri Atroari con la sociedad brasileña, desde la masacre promovida por el estado para la construcción de la carretera BR-179 y la central hidroeléctrica Balbina.
El desprecio gubernamental por la salud de la población amazónica ejemplifica las relaciones espurias entre los gobiernos centrales y la Amazonía
El desprecio gubernamental por la salud de la población amazónica ejemplifica las relaciones espurias entre los gobiernos centrales y la Amazonía, la región más afectada de los países amazónicos en términos proporcionales.
Para empeorar las cosas, también existe el problema del subregistro y la vulnerabilidad de las comunidades indígenas locales al coronavirus. Coiab, que lleva a cabo un recuento independiente de la Secretaría Especial de Salud Indígena (Sesai), dice que, hasta el 12 de junio, se registraron 244 muertes por Covid-19 y 3,443 casos confirmados de la enfermedad entre las personas de la región amazónica del Brasil — Sesai cuenta oficialmente 97 muertes y 2,894 infecciones durante el mismo período.
La política actual no sólo prevé la reducción de la vida, sino también la reducción sus derechos.
La política actual no sólo prevé la reducción de la vida, sino también la reducción sus derechos.
La pandemia también afecta la vida cotidiana de las personas no indígenas, quienes, en algunos casos, migran a las comunidades ribereñas que buscan seguridad sanitaria en aldeas más pequeñas con menos circulación y hacinamiento.
Además, el transporte irregular por los ríos ha sido identificado como uno de los factores para la transmisión del Covid-19.
La propagación dentro de las comunidades indígenas lleva la enfermedad al Valle de Javarí, a pesar de las advertencias. Es la región con la mayor densidad de pueblos aislados del planeta, y tiene más de 2 mil kilómetros cuadrados, con más de 6 mil habitantes.
La mayoría de ellos en aislamiento voluntario. Tenemos el deber moral de proteger la salud y su derecho de vivir sin contacto con nuestra sociedad. El riesgo para el Valle del Javarí es gravísimo!
Solo una coalición que alcance este nivel de conmoción nacional y poder multilateral internacional puede interrumpir las necropolíticas que amenazan a los pueblos indígenas. No hay tiempo que perder!
El enlace contiene 37 iniciativas sobre cómo ayudar a los pueblos bosquesinos en su lucha contra Covid-19.
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* Marcos Colón tiene un doctorado en estudios culturales de la Universidad de Wisconsin-Madison, y enseña en el Departamento de Lenguas y Linguística Modernas de la Florida State University y director del documental "Más allá de Fordlândia".
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Traducción: Fred Spinoza
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