Por Angelo Talavera
MIRevista Cultural, 15 de febrero, 2018.- El mensaje que se transmite a través de la televisión y su poco control siempre ha sido materia de debate para las personas que se ven relacionadas de algún modo con este rubro. Muchos apelan a la responsabilidad que tiene el medio como formador indirecto del individuo, pues el ser humano está expuesto desde temprana edad a sus mensajes.
Otros afirman que el medio no tiene responsabilidad sobre la formación de la persona, sino que por el contrario su función es entretener o dar el mensaje que el programa quiere dar teniendo en cuenta que no es más que una plataforma que está a disponibilidad de todos, bajo la premisa de que el receptor es el que selecciona lo que quiere ver.
Giovanni Sartori (1924 – 2017) fue un importante investigador italiano en el campo de la ciencia política y gran estudiador de las ciencias sociales. Promovía la premisa de que la televisión tiene un deber que no se puede pasar por alto dado el nivel de difusión que ostenta. No solo se está hablando de las regulaciones del mensaje sino también de la responsabilidad social que debe tener.
Según cita textual de Sartori:
“La televisión no es sólo instrumento de comunicación; es también, a la vez, paideía (cultura recogida durante su formación), un instrumento antropogenético (cambio suscitado en un entorno gracias a la intervención humana), un medium que genera un nuevo ánthropos, un nuevo tipo de ser humano”.
De este modo, el intelectual nacido en Florencia acuña el termino Homovidens, el siguiente peldaño en la escala de la evolución del hombre y que se rige por una construcción de perspectiva basada en lo que nos da la televisión. Es decir, el ser humano se encuentra expuesto ante los mensajes audiovisuales desde que nace, en muchos casos como un receptor pasivo, y toma toda la información como un reflejo de lo que sucede en su mundo exterior.
Es entonces la televisión un suplantador, ha desplazado a los padres y ahora se encarga de formar la conducta del niño y lo hace hasta que éste alcance su etapa de madurez. Sin embargo estar tanto tiempo expuesto ante tal aparato le ha quitado la facultad de cuestionar el mensaje recibido y crear una percepción de la realidad con la poca y dudosa información que se le pueda dar.
Para la siguiente premisa se debe tener en cuenta que el cerebro es un órgano del cuerpo que requiere ejercitarse para poder desarrollarse con capacidad, y para ello se necesita hacer diferentes actividades constantemente para que ese desarrollo no se suspenda. “La nueva cultura audiovisual” que no es más que un retroceso en la escala evolutiva se está encargando, con éxito, de desplazar a la educación.
Aunque parezca una idea exagerada, en la costa se ve más televisión (97%) que en la selva (83%) y la sierra (71%) según datos del INEI. Es casi inexistente la idea de que en una casa no haya un televisor, es más importante tener un televisor que un libro. Por otro lado, se ha tomado la formación, educación y lectura como hábitos elitistas que están altamente apartados de las zonas más pobres y rurales.
¿Es la televisión una herramienta peligrosa?
¿Es la televisión una herramienta peligrosa? Si bien es cierto no se puede decir que la televisión es buena o mala porque al ser un objeto carece de personalidad, sí se puede decir que la televisión es una herramienta con gran repercusión que puede ser usada (por no decir que se usa) por personas con finalidades egoístas y lucrativas. Al ser el televisor una herramienta masiva cambia la manera de formar la opinión pública. Un político puede agradar o desagradar a la población según quiera el medio, ya que son expertos en el manejo del mensaje semiótico.
Una de las estrategias más usadas por el medio para crear una falsa opinión pública sobre política es el sondeo. Pero se queja Sartori diciendo que las agencias se dedican a preguntar a la gente qué opinan sobre determinado tema sin preguntarles antes qué saben del tema en cuestión y si está en la capacidad de responder el sondeo.
El medio transmite aparentemente realidad, sin embargo puede mentir a través de la descontextualización o transmisión de imágenes reales con mensajes engañosos. Pero ¿dónde queda la democracia? Para Giovanni Sartori, la democracia se ve afectada a través de la circunstancia electoral y la incidencia en la manera de gobernar. En primer lugar porque la política que se ve por el televisor es altamente cuestionable debido a que prima más el “¿cómo se ve?” que el “¿qué proponen?”. Los políticos se condicionan al medio y hacen de todo para adaptar su mensaje, llegar a más personas y crear aceptación.
El libro “homovidens la sociedad teledirigida” por una parte critica a la televisión y los mensajes que da; y por otro es un juicio a los receptores diciendo que “nos ahogamos en la ignorancia”. Para algunos este libro puede ser fatalista, pero para otros es una señal sobre lo que está sucediendo. Los temas que toca pueden ser muy polémicos si se tiene en cuenta el tipo de lenguaje que usa Sartori, siempre retador y sin dudar en usar con dureza términos para calificar al medio o al tipo de gobierno “sin cultura” que tenemos.
El libro da para mucho más, pueden salir diferentes tipos de debates sobre lo que es plantea, pero sobre todo es un buen punto de partida para pasar de ser un receptor pasivo a ser uno activo que cuestione y analice lo que los medios quieren que se crea.
Añadir nuevo comentario