Un tema acuciante es el futuro que deberán afrontar las familias que tienen la pesca o la agricultura como principal fuente de ingresos.
Servindi, 12 de mayo, 2016.- Cientos de familias de El Salvador y Guatemala en la frontera entre ambos países aguardan los resultados de los estudios que se vayan a realizar a los ríos que les sirven de fuente de agua y alimento. Esto luego de que se registrara el derrame de más de 900 mil galones de melaza al río La Magdalena en el distrito salvadoreño de Chalchuapa.
El hecho se reportó el jueves 5 de mayo a través de una llamada al Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) que informó como punto de origen los almacenes del ingenio La Magdalena. Dicho portafolio hizo el cálculo de lo vertido al río.
No obstante, Ernesto Allwood, director del ingenio, expresó que la cantidad no sobrepasó los 250 mil galones y solo 9 mil llegaron al afluente, el resto fue contenido por bordas.
Según información recogida por el sitio web Elsalvador.com, Allwood llegó a señalar que la melaza -residuo de la fabricación del azúcar de caña- no es tóxica, aseveración que a la luz de las evidencias no sería del todo cierta.
Tras el derrame, que solo en El Salvador perjudica a más de 450 familias, la sustancia siguió su curso llegando al río Paz, que desemboca en el océano Pacífico y que sirve de línea divisoria entre El Salvador y Guatemala.
Imágenes difundidas esta semana dan cuenta de la muerte de un número importante de peces producto, todo indica, del derrame. Ante ello, autoridades de Salud de Guatemala han advertido a las personas no utilizar el agua del río mientras realizan algunos estudios para establecer el grado de afectación y si el agua es apta o no para el consumo humano.
Los pueblos afectados en este país son Jerez, Comapa, Conguaco, y Moyuta, ubicados a orillas del río Paz.
De acuerdo a información del periódico Prensa Libre, de Guatemala, en Jerez se han reportado malos olores producto de la acumulación de peces muertos. Señala incluso que algunas familias los recogieron y, posteriormente, los consumieron a pesar de haberlos encontrarlos en circunstancias extrañas.
Peces muertos en el río Paz, frontera entre El Salvador y Guatemala. Foto: Prensa Libre / Óscar González
Ante ello, las autoridades de Guatemala se encuentran preocupadas por los efectos secundarios que podrían traer a la salud de los pobladores.
Cabe precisar que en El Salvador el Ministerio de Medio Ambiente decretó el “estado de emergencia ambiental” durante tres meses. El decreto abarca un tramo de 16 mil 400 metros cuadrados en el cantón La Magdalena, y en el cauce del río del mismo nombre, sus riberas y los cuerpos de agua, precisó la citada cartera.
El vicetitular del MARN, Ángel Ibarra, aseguró el miércoles que el derrame de melaza en el río La Magdalena está bajo investigación exhaustiva.
Según su reporte técnico, el incidente tuvo lugar luego de que los encargados del ingenio detectaran que la melaza acumulada, tenía una temperatura mucho mayor a la habitual, por lo que procedieron a mezclar agua y cal para disminuir la temperatura, acción que generó una reacción química similar a la efervescencia que provocó el desbordamiento del líquido.
No obstante, un tema acuciante es el futuro que deberán afrontar las familias que tienen la pesca o la agricultura como principal fuente de ingresos. En Guatemala surge la misma preocupación.
De momento, Protección Civil de El Salvador indicó que, junto a otras autoridades municipales y nacionales, trabaja para detener el avance del derrame y recolectar la melaza.
"La melaza puede despedir dióxido de carbono y es importante medir las concentraciones para evaluar las medidas que se requiera tomar" con las personas afectadas, sostuvo en un comunicado emitido el 6 de mayo.
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