El estado de conservación actual de la reserva administrada de manera conjunta por el Estado y los pueblos indígenas es de 98.56%, un logro a destacar pese a las amenazas que enfrenta.
Servindi, 9 de mayo, 2023.- Un 9 de mayo como hoy del año 2002 el Estado peruano estableció la creación de la Reserva Comunal Amarakaeri (RCA), un área natural en Madre de Dios protegida por el Estado y los pueblos indígenas.
Conversamos con dirigentes nativos involucrados en la cogestión de esta área para conocer cuál es su estado a 21 de su existencia, así como los desafíos y amenazas que enfrenta a la fecha.
Los entrevistados destacaron la consolidación de la gestión de la reserva bajo un modelo de gobernanza intercultural, pero también advirtieron algunos riesgos de amenaza a los que vale la pena prestar atención.
Historia de la reserva
La Reserva Comunal Amarakaeri (RCA) cuenta con una extensión de 402 335.62 hectáreas y fue establecida sobre un espacio del territorio ancestral del pueblo Harakbut, en la región San Martín.
Fue creada con el objetivo de conservar un centro de gran diversidad biológica, por ser refugio de variadísimas especies de flora y fauna, así como de los valores culturales de las comunidades.
El establecimiento del área responde a las demandas e iniciativas de los líderes de diferentes comunidades indígenas desde 1986, que alcanzó un reconocimiento tras años de lucha, el 9 de mayo de 2002.
Ese día se estableció la creación de la reserva, acordándose posteriormente en un contrato que su administración sería compartida, por tiempo indefinido, entre las comunidades indígenas y el Estado, mediante un modelo de cogestión.
Mapa de comunidades nativas de la Reserva Comunal Amarakaeri. Foto: Amarakaeri.org
Se trata de un modelo en donde ambas partes comparten responsabilidades con el objetivo de alcanzar las metas de conservación de la reserva, así como el desarrollo sostenible de las poblaciones aledañas.
En este modelo, el Estado es representado por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), mientras que las comunidades por el ECA Amarakaeri.
El ECA Amarakeri (Ejecutor del Contrato de Administración de la Reserva Comunal Amarakaeri) representa a 10 comunidades indígenas socias: 8 del pueblo Harakbut, una del pueblo Yine y otra del pueblo Matsiguenka.
Dichas comunidades son base de la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (Fenamad), que junto a su Consejo Harakbut, Yine y Matsiguenga (Coharyima) impulsó la creación de la RCA.
La RCA ingresó a la Lista Verde de Áreas Protegidas y Conservadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), por constituir un modelo de gestión participativa y de desarrollo sostenible. Foto: Andina
Logros de cogestión
A 21 años de creación de la RCA, contactamos con representantes indígenas involucrados en la cogestión para conocer el estado actual de la reserva y los logros alcanzados en este tiempo.
Así, Walter Quertehuari, indígena harakbut y presidente del ECA Amarakaeri, destacó para empezar el proceso de consolidación de la gestión de la reserva implementando un modelo de gobernanza intercultural.
“Se ha ido consolidando este ejercicio de cogestión intercultural en la que ambos tomamos decisiones de forma conjunta entre el Estado y pueblos indígenas que tienen participación directa y efectiva”, señaló.
Quertehuari también resaltó la construcción de diversos documentos que garantizan un trabajo organizado en la reserva, como el Plan Maestro de la RCA y el Plan de Vida Institucional del ECA, actualizados ya hasta el 2028.
Walter Quertehuari, indígena harakbut y presidente del ECA Amarakaeri. Foto: Amarakaeri.org
Bajo estos parámetros, el trabajo que realizan está enfocado en cuatro líneas: la ambiental, la económica, la social y la cultural, sobre las cuáles se han dado diversos avances, explicó.
En lo ambiental, destacó como resultado de las acciones de vigilancia y monitoreo con la participación de indígenas que el estado de conservación actual de la reserva es de 98.56%.
En lo económico, habló de la promoción de actividades económicas sostenibles en las comunidades y de un proceso encaminado de sostenibilidad financiera a partir del ofrecimiento de servicios ecosistémicos (REDD+ Indígena Amazónico).
Esto último es en concreto la venta de carbono que esperan realizar de las más de 400 mil hectáreas de las comunidades con el fin de invertir los ingresos en los planes de vida de las comunidades.
“No es un fondo de cooperación internacional, sino un pago de servicios por resultados. Estamos trabajando para que todo salga bien. El fin es reemplazar las actividades extractivas por las ambientales”, dijo.
En tanto, en lo social y cultural, destacó la capacitación de las comunidades en temas de gestión y los trabajos para que en algún momento la reserva se convierta en un destino turístico, respectivamente.
Rostro sagrado de los harakbut, ubicado dentro de la RCA, fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 2021. Es parte de los esfuerzos por volver "turística" a la reserva. Foto: Solo para viajeros
Desafíos y amenazas
Por su parte, el presidente de Fenamad, Alfredo Vargas, también resaltó que “la cogestión hasta el momento ha ido avanzando” y destacó la inclusión de las comunidades como “actores directos”.
“Lo que más destaco es la inclusión de las comunidades, de los actores directos [en la cogestión]. Ahora tienen una inclusión muy buena, y creo que así se debe trabajar con el Estado”.
“Este es un ejemplo de que se puede trabajar entre el Estado y las comunidades, porque muchas veces se ha satanizado a las comunidades diciendo que no saben manejar fondos”, dijo.
No obstante, el presidente de Fenamad también mencionó que existe un desafío pendiente vinculado al reconocimiento “como tal” del derecho las comunidades sobre sus propios territorios.
“El desafío y reto es empoderar a estas comunidades adyacentes a la reserva para que en algún momento manejen su propio espacio. Quien mejor que el dueño del área para que conserve su territorio”, señaló.
Por otro lado, advirtió también de algunas amenazas que podrían poner en riesgo la conservación de la RCA y de las propias comunidades indígenas si no se les prestara atención oportunamente.
Alfredo Vargas, presidente de la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (Fenamad). Foto: Fenamad
Una de ellas es el tema de gas que existe dentro del espacio de conservación. “Según se ha identificado, en la reserva habría el triple del gas de Camisea”, dice preocupado Vargas.
Aunque el tema aún no ha sido abordado con mayor detalle, el temor de las comunidades es que en algún momento esto puede motivar alguna intervención al territorio para la extracción de dicho recurso.
Otras amenazas latentes son las actividades ilícitas (minería ilegal y narcotráfico) que ejercen presión en ciertos sectores, así como la construcción de una carretera que podría poner en riesgo a indígenas no contactados asentados alrededor de la reserva.
“La carretera ya está en curso, llega hasta la comunidad nativa Diamante, pero se pretende seguir avanzando. Nosotros no nos oponemos al desarrollo, pero queremos que se haga respetando la titularidad de los espacios de las comunidades. Lo que se quiere es hacer la carretera y después titular. Eso no es viable”, señala Vargas.
Vargas espera que estos temas no pasen desapercibidos por las autoridades; mientras tanto, asegura que seguirán trabajando por la conservación y el desarrollo de las comunidades de la RCA.
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