La cancelación de las cumbres de la COP25 y de APEC 2019 repercutirán en el prestigio de Chile. Mientras tanto, el movimiento social chileno sigue reclamando un nuevo pacto social. Madrid será la nueva sede del evento ambiental donde se discutirá la implementación del Acuerdo de París, obligatorio a partir del 2020.
Por José Díaz
Servindi, 4 de noviembre, 2019.- Han pasado más de dos semanas desde que en Chile comenzó el estallido social más grande de su historia moderna y la calma aún no parece estar cerca. Sin embargo, a la crisis política y social interna que vive el país, se le suma el desprestigio internacional que impacta contra el mismo luego de las cancelaciones de las cumbres COP25 y las del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
Encerrado en la Casa de la Moneda, y con un reducido círculo de asesores políticos a su alrededor, el presidente Sebastián Piñera solo ha optado por cambiar su gabinete de ministros y por realizar algunas reformas sociales en su país. Mientras tanto, la protesta que rechaza al sistema económico y político de Chile, sigue reclamando la salida del propio mandatario.
“Nuestro Gobierno, con profundo dolor porque este es un dolor para Chile, ha resuelto no realizar la cumbre de APEC que estaba programada para el mes de noviembre y tampoco la COP25, que estaba programada para el mes de diciembre”, declaró hace unos días Sebastián Piñera.
Las desigualdades sociales, que son el principal reclamo del movimiento social chileno que continúa sus protestas de manera sostenida, aún no han sido atendidas. Desde el Parlamento de Chile, en Valparaíso, se discute una acusación política contra Sebastián Piñera, quien se niega a abrir la discusión sobre una nueva constitución.
Mientras esto ocurre, el prestigio ganado por Chile bajo un modelo neoliberal que alimentó desigualdades se descalabra. La caída de la COP25 retira a este país de la élite de decisores en términos de políticas ambientales globales. Mientras que la cancelación de APEC, despierta dudas sobre la estabilidad chilena en la mayoría de sus socios comerciales.
COP será en Madrid
Quien recogió rápidamente la posta caída de manos chilenas, fue España quien propuso y consiguió en tiempo récord la sede de la realización de la COP25 en Madrid. Aunque las cosas no estén del todo calmadas en la Península Ibérica, las protestas independentistas en Cataluña continúan, la sede de Madrid es un premio a un gobierno español que ha venido realizando medidas ambientales positivas en los últimos años.
La relevancia de la COP25 este año es mayúscula, pues nos encontramos a un año del plazo máximo para que los países adscritos confirmen e implementen los compromisos asumidos en 2015. Por el momento, varios países han dado signos de retraso: Estados Unidos, Brasil, Australia, etc. Por lo que la incertidumbre en torno al desarrollo de este evento no ayuda a consolidar el Acuerdo de París.
Por otro lado, queda pendiente ver qué enfoque se dará a las acciones políticas de recuperación y reforestación de la Amazonía, luego del histórico incendio que acabó con gran parte de su biomasa hace unos pocos meses. Entre la inestabilidad social, económica y políticas, el terreno ambiental global se debate por encontrar una luz al final del tunel de cara al 2020.
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— Servindi (@Servindi) November 4, 2019
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