Por Ángel Bilches González*
4 de octubre, 2017.- Yeiner Ojeda Amaya, mientras con los pies pedalea su bicicleta, con su boca esparce el wayuunaiki, para afirmar que es miembro de una generación de wayuu-hablantes. El wayuunaiki es idioma oficial del Departamento de la Guajira, es la lengua materna de los indígenas wayuu, el pueblo más numeroso de Colombia.
Pedalea la bicicleta, su piel morena aun va mojada por el reciente baño del jagüey, en el rostro lleva impregnada su particular sonrisa, tiene cabello negro y rizado, con su apariencia de alijuna va al colegio. Es un niño indígena que habita en Wepiapa, la única comunidad wayuu del Municipio de Dibulla, Departamento de La Guajira.
Son las seis y treinta de la mañana, Yeiner Ojeda Amaya, en su bicicleta recorre 4 minutos desde su casa hasta la Escuela Wepiapa, trayecto que repite de lunes a viernes. A sus 10 años cursa el cuarto grado. Con fluidez habla wayuunaiki, español a la perfección y un poco de inglés. Es un niño wayuu trilingüe.
En la escuela aprende a hablar español, gracias a su profesora Luisa, que él reconoce como una guía, también aprende a sumar, a conocer el mapamundi, a leer cuentos y otras actividades que desarrolla con sus compañeros. Siempre tiene ganas de aprender cosas nuevas.
Al medio día, regresa a casa para reunirse con su familia, aquí el wayuunaiki es el idioma oficial. Sus vivencias le permiten pensar que es necesario aprender varios idiomas para tener más conocimientos, “cuando sea grande seré un gran profesional pero sin dejar de hablar mi propia lengua, el wayuunaiki”. Tiene la seguridad de que si se aprende varios idiomas ejercerá una gran ventaja que lo hará crecer y promover un futuro con grandes oportunidades, hablar el wayuunaiki le garantiza la permanencia de su identidad wayuu.
Yeiner, es el reflejo de la resistencia de su comunidad y familia. Dibulla es un municipio donde conviven mayoritariamente alijunas y otros grupos indígenas como los Wiwas, Arhuacos y Koguis que tienen sus asentamientos en la Sierra Nevada de Santa Marta, al sur del Departamento de la Guajira.
En esta parte de La Guajira es escasa la presencia de los wayuu, por su cercanía al magdalena. Yeiner a su corta edad y con una seriedad admirable, reconoce la presencia de otros pueblos indígenas, sabe que vive en un país multiétnico, “Hay Arhuacos que vienen acá, desde la sierra, ellos hablan su idioma, también quiero aprenderlo, pero no doy. Eso no significa que no quiero ser wayuu”.
Su familia, está marcada por el desplazamiento forzoso por grupos paramilitares. Obligados se desplazaron para asentarse en Wepiapa donde comienzan una nueva vida hace 11 años, “Si me dan la oportunidad de estudiar en otra parte lejos de mi tierra, de mi gente, seguiré hablando con orgullo mi wayuunaiki en medio de personas desconocidas”.
Rechaza algunos casos de niños y jóvenes que se avergüenzan de hablar su idioma y no comparte esa idea. “A los niños que no hablan wayuunaiki digo que son creídos, solo los ignoro”. Tiene bien definido su posición frente a esta situación que se ha venido presentando en la cultura Wayuu, no solo en su territorio.
Un enfoque diferencial en el sistema de educación es la exigencia de esta comunidad, para fortalecer su idioma el Wayuunaiki y su identidad étnica a través de la escuela. Su exigencia la complementan con el ejercicio de su derecho a recibir una educación propia.
No debería representar una lucha si reconocieran sus derechos colectivos, amparado por la constitución de la Republica de Colombia que manifiesta la existencia de la educación intercultural bilingüe y los programas de etnoeducación en los territorios indígenas, de igual manera expresados en la ordenanza número 01 de 1992, que declara el wayuunaiki lengua oficial del departamento de La Guajira.
Muy contrariamente a la realidad de Yeiner, las nuevas generaciones wayuu evidencian un debilitamiento en el habla del wayuunaiki. El 60% de los jóvenes, emigran de sus territorios ancestrales a las ciudades, por lo que dejan el wayuunaiki y comienzan a usar el español, un gran porcentaje de ellos manifiestan vergüenza étnica. Mazula Torres, lingüista wayuu originaria del sector Walerü, afirma que sólo quedan 2 generaciones wayuuhablantes y que hay una extinción lingüística.
Cuando la tarde se asoma entre los cerros de Wepiapa, las abuelas de esta comunidad continúan enseñando el wayuunaiki y exigiendo la oportunidad de ser wayuu para sus nietos. Según datos estadísticos la población total wayuu es de aproximadamente 400.000 individuos, de los cuales el 75% habla wayuunaiki.
El wayuunaiki, tal como la bicicleta de Yeiner necesita ser pedaleada, para mantenerse en el camino de la cultura y la identidad wayuu.
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*Por Ángel Bilches González, Wayuu Wouliyuu /Escuela de comunicaciones del pueblo wayuu.
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