Ya no anulará los peajes, sino que los renegociará, aclaró López Aliaga, el ultraderechista que llega a la municipalidad de Lima debiendo a la Sunat S/ 35,9 millones.
Servindi, 3 de enero, 2023.- Aunque en campaña prometió una y otra vez que de llegar al poder anularía los “peajes de la corrupción”, ahora Rafael López Aliaga, flamante alcalde de Lima, aceptó que solo podrá renegociarlos.
De esa manera inicia la gestión municipal del político de ultraderecha que ha estado envuelto en más de una polémica por sus desatinados comentarios y su oposición al Acuerdo de Escazú.
Promesa incumplida
Como se recuerda, López Aliaga fue uno de los más críticos de los peajes, y en campaña, se comprometió a anular sus contratos de no cumplir con pedidos en beneficios de la población.
Así, le venía exigiendo a Rutas de Lima y Línea Expresa (antes Línea Amarilla) a que baje el precio de los peajes y termine las obras para descongestionar el tráfico vehicular.
“O ustedes bajan el peaje al contrato original a 3 soles, me hacen vías alternas (…) o declaramos nulo el contrato”, dijo en Exitosa en octubre.
Foto: Andina
Antes, en junio, había dicho que en su gestión no iba tolerar más peajes corruptos. “Los peajes regresan a Emape por más que les duela. Yo no pacto los corruptos y esto es lo que me libera”, apuntó.
Sin embargo, luego de jurar como alcalde de Lima, el 1 de enero de 2023, López Aliaga se desdijo y señaló que ya no anulará los peajes, sino que los renegociará.
“Nos sentaremos a negociar con los actuales concesionarios que lamentablemente han logrado lauros a nivel internacional en contra de la población de Lima”, expresó el burgomaestre.
Perfil y desatinos
Rafael López Aliaga no es una figura nueva en política. Fue regidor provincial de Lima en 2007, durante la gestión de Luis Castañeda Lossio, de quien heredó el partido Solidaridad Nacional.
Con este partido, y de la mano de integrantes del fujimorismo como Rosa Bartra y Yeni Vilcatoma, tentó curules al Congreso en las elecciones tras la disolución del Parlamento en 2018, pero no tuvo éxito.
Posteriormente, postuló a la presidencia de la República para las elecciones generales del 2021, quedando en tercer lugar, detrás de los que pasaron a segunda vuelta, Pedro Castillo y Keiko Fujimori.
Su perfil conservador y su intento por alejarse de la desprestigiada clase política usando insultos y atacando a sus adversarios y la prensa levantaron su imagen, sobre todo en Lima.
En la capital, quedó segundo, solo detrás de Hernando de Soto, lo que lo animó a postular a la alcaldía de Lima, adonde finalmente llegó con poco más del 26% del respaldo prometiendo convertir a Lima en "potencia mundial".
López Aliaga asumió este 1 de enero la alcaldía de Lima para el periodo 2023-2026. Foto: Composición LR
En los últimos años de su carrera política, López Aliaga, un empresario que le debe a la Sunat más de 35 millones de soles, ha tenido comentarios desatinados sobre diversos temas.
Cuando inició la pandemia de la COVID-19, cuestionó la eficacia de las dosis y anunció que no se las aplicaría; además de llegar a calificar de “genocida” al expresidente Francisco Sagasti.
López Aliaga también indicó que una salida al aborto en mujeres que han sido violadas sería enviarlas por “nueve meses a un hotel cinco estrellas con alimentación y piscina”.
Mientras que, sobre Ana Estrada, activista a favor de la eutanasia que busca la muerte digna, recomendó que se tirase de un edificio si acaso quería morir. Solo tras el rechazo público se disculpó.
Por si fuera poco, López Aliaga también es un férreo opositor del Acuerdo de Escazú, tratado ambiental que busca proteger a los defensores ambientales en América Latina y el Caribe.
En campaña a la presidencia del Perú, llegó a decir “no vamos a firmar ningún acuerdo internacional que ponga en peligro la soberanía nacional”, un argumento desmentido por especialistas y el propio Estado.
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