Servindi, 1 de diciembre, 2022.- En el Día Mundial del Sida y bajo el lema «Igualdad Ya» el programa conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) insta a abordar las desigualdades que frenan el progreso para poner fin al Sida.
Los nuevos datos de ONUSIDA revelan que durante los dos últimos años de la COVID-19 y otras crisis mundiales, el progreso contra la pandemia del VIH ha decaído, los recursos se han reducido y, como resultado, hay millones de vidas en riesgo.
Tras cuatro décadas de respuesta al VIH, las desigualdades persisten en los servicios más básicos, como el acceso a las pruebas de detección, el tratamiento y los preservativos, y son aún mayores en el caso de las nuevas tecnologías.
ONUSIDA hace un llamado a la acción en base a cuatro compromisos:
- Aumentar la disponibilidad, la calidad y la idoneidad de los servicios para el tratamiento, las pruebas y la prevención del VIH, para que todas las personas reciban la atención que precisan.
- Reformar las leyes, políticas y prácticas para abordar el estigma y la exclusión a los que se enfrentan las personas que viven con el VIH, los grupos de población clave y las poblaciones marginadas, de modo que todo el mundo sea respetado y bienvenido.
- Garantizar el intercambio de tecnología para permitir un acceso igualitario a la mejor ciencia para el VIH, tanto entre las comunidades como entre el sur y el norte del mundo.
- Las comunidades podrán utilizar y adaptar el mensaje «Igualdad Ya» para resaltar las desigualdades particulares a las que se enfrentan y promover las acciones necesarias para abordarlas.
Las mujeres jóvenes africanas siguen siendo desproporcionadamente las más afectadas por el VIH, mientras que la cobertura de los programas específicos dirigidos a ellas se mantiene demasiado baja.
En 19 países africanos muy afectados, los programas específicos de prevención combinada para chicas adolescentes y mujeres jóvenes están activos solo en el 40 % de los lugares de alta incidencia del VIH.
Los grupos de población clave se enfrentan a importantes barreras legales, como la criminalización, la discriminación y el estigma.
Ya solo se tiene por delante ocho años para alcanzar el objetivo de 2030 de poner fin al sida como amenaza para la salud mundial. Por esto, las desigualdades económicas, sociales, culturales y legales deben abordarse con urgencia.
El fin del sida solo puede lograrse si plantamos cara a las desigualdades que lo impulsan. Los líderes mundiales deben actuar con un liderazgo audaz y responsable.
«Claro que podemos poner fin al sida, pero debemos acabar con las desigualdades que lo perpetúan. En este Día Mundial del Sida necesitamos que todos hagan suyo el mensaje de que absolutamente todas las personas saldremos beneficiadas del fin de las desigualdades» Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA.
Descarga el resumen ejecutivo del informe de actualización sobre el Sida en el mundo en el siguiente enlace:
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