Botes con energía solar en ríos de la Amazonía

Por Leoncio Robles*

13 de agosto, 2017.- Se desliza sobre la superficie del agua con sorprendente facilidad y el ruido de sus dos motores eléctricos es apenas audible, como el que producen en el agua los remos de un bote de pequeño tamaño, muy alejado del escandaloso tableteo del motor a gasolina de pequepeques y lanchas que navegan por los ríos amazónicos. Se trata de una canoa que funciona gracias a la electricidad producida por paneles solares alineados en el techo de la nave. Es autosuficiente para cubrir recorridos de hasta 60 kilómetros.

El primer modelo ha sido probado con éxito en el río Aguarico, afluente del Napo, y este a su vez del Amazonas. La “botadura” del Tapiatpia (“pez eléctrico”, en lengua achuar), se hizo en el mencionado río, en la región indígena achuar, cuyo territorio se extiende a ambos lados de la frontera entre Ecuador y Perú, según publica La Croix, un periódico católico francés.

El proyecto del bote alimentado por paneles solares es fruto de la alianza de varias instituciones, entre ellas la Comunidad Achuar de Ecuador, la ONG Aldea y los técnicos ingenieros de la empresa social Kara Solar, responsables estos últimos además del diseño de la nave. El proyecto se inició el año 2012, y por su beneficio socio-ambiental la alianza tiene voluntad de extenderlo a otras comunidades indígenas amazónicas.

Los técnicos de Kara Solar que diseñaron el casco tienen larga experiencia de trabajo con comunidades amazónicas. Por ello tomaron el vocablo achuar kara (sueño premonitorio/sueño convertido en realidad) para dar nombre a su empresa cuya actividad está centrada en el aprovechamiento de la energía solar con fines sociales.

Todo el transporte fluvial actual depende de motores que funcionan con carburantes fósiles cuyos precios y disponibilidad no siempre están al alcance de poblaciones indígenas remotas y con limitado acceso al dinero. Por eso la posibilidad de navegar con energía que proviene del sol significaría para ellas la solución a su inveterado aislamiento y poder acceder a centros de salud y educación.

El diseño del bote resultó bastante complejo, según Oliver Utne, que supervisó los trabajos de cálculo. Había que tener en cuenta la capacidad de resistencia de los paneles a choques y golpes por caída de ramas. Había que calcular también el número de paneles necesarios que alimentarían los motores eléctricos y las baterías de reserva. El diseño del casco se construyó siguiendo el modelo tradicional de los botes amazónicos, “que es el mejor adaptado para la navegación fluvial”, en opinión de Oliver Utne.      

El bote solar como proyecto está llamado a convertirse en alternativa para romper la dependencia de los combustibles fósiles, con la ventaja de ser una energía limpia y ecológica, y sostenible en el tiempo. La mayoría de sus componentes, aparte de paneles y motores, son asequibles en cualquiera de las ciudades amazónicas. Con el tiempo paneles y motores podrían reducir sus costes, así como el servicio técnico de instalación. Este primer bote solar en la Amazonía tiene todavía costes que no son bajos. No obstante, el proyecto “ha recibido solicitudes semioficiales individuales y de comunidades de la región amazónica”, declara Michel Laforge, otro de los técnicos de Kara Solar, según hace público la ONG Aldea.

El Tapiatpia tendrá capacidad para transportar a 18 personas y más de dos toneladas de carga. En su recorrido unirá a nueve comunidades a lo largo de 60 km del río Pastaza; es decir, a “nueve escuelas, una clínica y tres localidades de chamanes”, declara Oliver Utne. Según los líderes de las comunidades que han participado en el proyecto, más que un medio de transporte ecológico, será parte de un proceso global de desarrollo de la región.

“No basta con decir no a la extracción de petróleo, es necesario desarrollar alternativas”, sostiene Marlon Vargas, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana. “El Tapiatpia es un mensaje para el mundo de que es posible otro tipo de desarrollo”.

El plan apoyado por la comunidad achuar está en fase de entrenamiento de jóvenes para pilotar el bote solar, así como la programación de las paradas y el precio de los pasajes.

Entre otras cosas, el proyecto contempla un horizonte más ambicioso: evitar la construcción de carreteras en la región achuar. “Cuando alguien menciona la palabra carretera, quiere decir colonización”, comenta Celia Salazar, de la empresa social Plan Junto, otra participante en la organización del aspecto social del proyecto.

Para la Amazonía el desarrollo de la tecnología basada en la energía solar abre las puertas de un futuro menos dependiente de combustibles fósiles, de evitar la contaminación de los ríos gracias a la utilización de un recurso renovable, silencioso y limpio. Un transporte fluvial público y autosuficiente. Debemos augurar que la rentabilidad del proyecto lo haga posible más pronto que tarde y haga honor a la palabra achuar kara: “presagiar, presentir, predecir” mejores tiempos para las aisladas poblaciones indígenas amazónicas. Por su viabilidad y conveniencia es de desear que los gobiernos regionales y el propio Gobierno central se impliquen en un vasto proyecto de red de transporte fluvial sostenible. Siguiendo las pautas del modelo del Tapiatpia no requeriría destinar grandes presupuestos para la financiación de botes similares en alianza con las organizaciones indígenas, y su participación en la autogestión. El desarrollo de este proyecto extensivo traería insospechadas posibilidades de comunicación e integración en el sistema económico y social de la región de innumerables poblaciones amazónicas.

Vídeo Kara Solar: https://vimeo.com/192710386

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*Leoncio Robles es autor de la novela Bajo el cielo amazónico.