Servindi, 26 de diciembre, 2022.- Con motivo de aproximarnos al fin del 2022 –según el calendario gregoriano– surgen muchos anhelos o ilusiones por desear cambios para el año venidero. Estos deseos pueden ser personales, familiares, comunales o más universales.
Este es el caso de José Ignacio López Vigil, comunicador y capacitador radiofónico quién fue sacerdote jesuita, estudió teología bíblica y coordina el centro Radialistas Apasionadas y Apasionados, con sede en Quito.
Los deseos para el 2023 de José Ignacio trascienden porque se refieren a muchos problemas acuciantes para la humanidad en diversos lugares del planeta, sin excluir a Perú.
Se puedan o no cumplir los deseos marcan una agenda y un norte de aspiraciones colectivas hacia los cuales avanzar.
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