Servindi, 14 de mayo, 2023.- Alice Wairimu Nderitu, alta funcionaria de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pidió investigar el genocidio contra las poblaciones indígenas de Brasil y que se castigue a los responsables.
La exhortación la efectuò luego de concluir su misión en Brasil tras 11 días en los que investigó casos de violencia cometidos contra indígenas, afrodescendientes y otros grupos vulnerables.
La Secretaria General Adjunta de la ONU y Asesora Especial para la Prevención del Genocidio visitó las comunidades Yanomami y Guaraní Kaiowá y se reunió con comunidades indígenas y quilombolas.
También dialogó con miembros de la sociedad civil y autoridades gubernamentales. Un quilombola es un afrobrasileño residente en un quilombo, un asentamiento de antiguos esclavos huidos en Brasil.
La funcionaria afirmó que sólo los tribunales nacionales e internacionales pueden calificar de genocidio las violaciones cometidas contra estos grupos y que su misión pretendía trazar un mapa de los hechos y sugerir formas de prevenir y contener los problemas detectados.
“El delito de genocidio debe ser investigado. Mi papel es señalar los problemas relacionados con el genocidio. Tenemos varios factores de riesgo. Pero las decisiones sobre las investigaciones corresponden a Brasil” dijo Wairimu.
Cabe destacar que Brasil firmó la Convención para la Prevención y la Represión del Delito de Genocidio.
Wairimu entiende que la vida de las comunidades indígenas y quilombolas empeoró en los últimos cuatro años, cuando el país estuvo bajo el gobierno del expresidente Jair Bolsonaro.
Pero prefirió enfocar el tema desde un punto de vista más amplio al señalar que esas poblaciones son históricamente víctimas de violencia y abandono.
”Sé que en el último gobierno se aceleraron algunas políticas. Y la vida de las poblaciones indígenas se ha vuelto más precaria que antes. Pero no olvidemos lo estructural y profundo que es este problema” manifestó Wairimu.
“Brasil debe ocuparse de los problemas de las poblaciones indígenas y afrodescendientes. Y encontrar un liderazgo que pueda garantizar a estas personas una vida más digna.”
Durante su visita a Brasil, Alice Wairimu se reunió con representantes de instituciones federales, como el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama), y el Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Asimismo, con la Procuraduría General de la Unión (AGU), la Procuraduría General de la República (PGR) y el Ministerio Público Federal (MPF).
También se reunió con las ministras Sônia Guajajara (Pueblos Indígenas), Anielle Franco (Igualdad Racial) y Ana Moser (Deportes).
La enviada de la ONU visitó los territorios yanomami, en Roraima, y guaraní kaiowá, en Mato Grosso do Sul, y se reunió con los gobernadores de ambos estados.
Sobre el pueblo Yanomami, dijo que escuchó testimonios de abusos y violaciones. Enfatizó que los principales agresores están implicados en la minería ilegal.
Asimismo, constató que las poblaciones locales se han visto afectadas en sus derechos de acceso y uso de la tierra, salud y educación.
Además, ha habido asesinatos de líderes locales y defensores de los derechos humanos y del medio ambiente. Se registraron impactos en la contaminación del agua, la diseminación de la malaria y enfermedades agravadas por la desnutrición infantil.
También se citaron informes de violaciones de mujeres y niñas y otras formas de violencia de género.
Sobre el pueblo Guaraní Kaiowá, la subsecretaria dijo estar conmocionada por la extrema pobreza. Destacó los problemas de demarcación de los territorios indígenas y los conflictos con los grandes agricultores.
Citó la expulsión violenta de indígenas de sus tierras y el hecho de que muchos viven al margen de las carreteras en condiciones degradantes.
Recordó la discriminación en el acceso a bienes y servicios básicos, como agua potable, alimentos, salud y educación para sus hijos, y dijo que el uso de la fuerza por parte de los organismos de seguridad del Estado contra civiles desarmados es excesivo, lo que se traduce en asesinatos y detenciones arbitrarias.
La subsecretaria exigió que se investigaran las denuncias recibidas.
Alice Nderitu dijo que se había reunido con líderes de comunidades afrodescendientes y quilombolas en Brasilia, Mato Grosso do Sul y Río de Janeiro.
Al respecto, destacó las historias de violencia policial, motivadas por el racismo estructural, y dijo que estos grupos son víctimas de la inseguridad y la violencia generalizada, que obstaculiza el derecho a la educación, e impacta en la salud, la nutrición y las oportunidades de empleo.
La subsecretaria afirmó que el Estado brasileño viene fallando en garantizar la asistencia a la salud sexual y reproductiva de las niñas y mujeres negras. Y se mostró preocupada por los datos de encarcelamiento en el país, que afectan sobre todo a los hombres negros.