Servindi, 24 de enero, 2023.- El drama humanitario y el sufrimiento criminal impuesto a los yanomami en los que hay indicios del delito de genocidio es investigado por la Policía Federal de Brasil desde el lunes 23 de enero.
Así lo informó Flávio Dino, ministro de Justicia y Seguridad Pública, quién ordenó una investigación sobre delito de genocidio y delitos ambientales en la reserva indígena Yanomami, en el estado de Roraima.
En los últimos años, las comunidades sufren la presencia de la minería ilegal, la falta de alimentos, la contaminación del agua y el abandono durante la administración de Jair Bolsonaro.
Según datos oficiales, 99 yanomamis de entre 1 y 4 años de edad murieron en 2022 como consecuencia de la desnutrición, neumonías o diarreas vinculadas con el "avance de la minería ilegal en la región".
El Ministerio de los Pueblos Indígenas también estima que "al menos 570" menores yanomamis murieron en los últimos años "por contaminación de mercurio, desnutrición y hambre".
Las aldeas sufren además brotes de malaria y la violencia de los mineros ilegales, que se estiman en más de 20 000 en la tierra indígena Yanomami, situada entre los estados de Amazonas y Roraima, con una extensión de cerca de 10 millones de hectáreas.
La tierra indígena Yanomami es la más grande del país, en términos de territorio, y la contaminación de la tierra y el agua por el mercurio utilizado por mineros invasores afecta la disponibilidad de alimentos en las comunidades.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva llegó el sábado 21 a Boa Vista, municipio y capital del norteño estado de Roraima, para hacer frente a la crisis sanitaria del pueblo Yanomami, cuya población infantil sufre alto grado de desnutrición.
“Más que una crisis humanitaria, lo que vi en Roraima fue un genocidio. Un crimen premeditado contra los yanomami, cometido por un gobierno insensible al sufrimiento del pueblo brasileño”
“Más que una crisis humanitaria, lo que vi en Roraima fue un genocidio. Un crimen premeditado contra los yanomami, cometido por un gobierno insensible al sufrimiento del pueblo brasileño”, tuiteó Lula el domingo.
El mandatario responsabilizó del "abandono" y el tratamiento "inhumano" a los yanomamis a los cuatro años de gestión del expresidente Jair Bolsonaro, defensor de la minería y la explotación de madera en tierras indígenas.
Culpó a su predecesor de extrema derecha por abandonar a las comunidades indígenas y envalentonar a miles de mineros salvajes que inundaron el enclave yanomami del tamaño de Portugal durante el gobierno de Bolsonaro de 2019-2022.
Previamente, a la visita a Roraima el Gobierno federal creó un grupo de trabajo integrado por varios sectores para actuar frente a la tragedia humanitaria que afecta al pueblo Yanomami.
La denominada Coordinación Nacional para Combatir la Falta de Asistencia Sanitaria a las Poblaciones en Territorio Yanomami se oficializó en una edición extra del Diario Oficial de la Federación y fija 90 días para su trabajo.
Sônia Guajajara, ministra de Pueblos Indígenas, dijo que proteger a los niños yanomami de niveles escandalosos de malaria, verminosis, desnutrición y diarrea era su prioridad absoluta.
“Cada 72 horas muere un niño por una de estas enfermedades, según la información que hemos recibido”, dijo Guajajara, quien pidió la expulsión de los mineros en los próximos tres meses.
Dilma Rousseff, expresidenta de Brasil, dijo que los 570 niños yanomamis que supuestamente habían muerto de hambre o envenenamiento por mercurio desde 2019 eran prueba del “genocidio yanomami”.
“Hay un motivo: la codicia de los mineros que invadieron sus tierras. Y hay un perpetrador: Jair Bolsonaro, quien abanderó esta invasión y negó asistencia médica a los indígenas”, escribió Rousseff en Twitter.
“Todos los responsables, incluido Bolsonaro, deben ser procesados, juzgados y sancionados por genocidio”, agregó Rousseff .
Bolsonaro responde
Jair Bolsonaro negó su responsabilidad en el drama humanitario que vive el pueblo Yanomami y calificó tales acusaciones de “farsa de izquierda”. Afirmó que la atención médica indígena había sido una de las prioridades de su gobierno.
Durante una visita de campaña a Roraima, antes de su elección de 2018, Bolsonaro advirtió a sus partidarios que rivales extranjeros podrían invadir territorios indígenas, a cuya creación se opuso.
“Tarde o temprano, otras potencias podrían convertir estas áreas en otros países”, dijo Bolsonaro sobre las reservas que creía que deberían abrirse al desarrollo comercial, informó The Guardian.
Durante el gobierno de Bolsonaro el número de garimpeiros o mineros a pequeña escala se elevó de 5 000 a 20 000.