«Muchas de las cosas feas que se dicen es porque no se perdonó, ni se va a perdonar que un “cholo”, un “campesino” y “rondero” se haya atrevido a ser Presidente de la República».
Qué podríamos entender por democracia hoy: la cuestión del poder y el derecho
Por José Ramiro Llatas Pérez*
22 de diciembre, 2022.- Cuando el derecho está en cuestión, hay que recurrir a los principios democráticos y me quisiera referir a tres de ellos: poder dividido y controlado, participación de todos y de todas y garantía plena del cumplimiento de los derechos humanos.
Parafraseando a Pérez (2019), no se puede entender un Estado sin su vinculación con los derechos humanos y podemos añadir en modo más concreto sin su entendimiento desde la dignidad humana.
La cuestión del poder
Hemos estado asistiendo y seguiremos viviendo cómo los poderes más importantes están enfrentándose: poder legislativo y poder ejecutivo. Este último terminó con el fallido autogolpe de Estado que no prosperó.
El expresidente Castillo, responderá ante la Justicia por los posibles delitos que haya podido cometer. No estoy seguro que sea rebelión o sedición porque para eso se requiere levantamiento en armas, hecho que no se ha dado.
Ojalá el Poder Judicial esté a la altura de las circunstancias para poder decidir el derecho que corresponde y no se haga del proceso judicial una mera instrumentalización para la venganza política.
Sin embargo, no podemos decir lo mismo del otro poder del Estado que es el Ministerio Público. Lamentablemente, la sensación que tenemos es que estarían instrumentalizado las investigaciones que les corresponde de acuerdo a la Constitución para acusar motivados por cuestiones que van más allá del derecho. Todo parece ser una venganza política y el acuerdo que tienen con otros poderes como el Congreso es para vengarse del “cholo”, del “campesino” que se atrevió a ser Presidente gracias al voto popular.
El cuestionamiento viene, sobre todo, por el hecho de que la principal representante del Ministerio Público está con fuertes denuncias por separar del cargo de Fiscal a quien estaba investigando las presuntas denuncias por corrupción en contra de sus hermanas que son juezas.
Está también en este juego del poder el Tribunal Constitucional que ha ordenado –haciendo caso al pedido del Congreso– que el Ejecutivo se abstenga de plantear cualquier cuestión de confianza mientras ellos resuelven el pedido de fondo que es pronunciarse sobre si tiene o no competencia el ejecutivo para plantear cuestiones de confianza y de ese modo dejar abierto la posibilidad de disolver el Congreso.
El hecho es que el Congreso de la República a través de sus representantes durante el periodo de Castillo ha mostrado una actitud dictatorial, en el sentido, que quisieran hacerse del poder absoluto, tal vez añorando los tiempos de Fujimori–Montesinos, en el que podían hacer lo que quieren, incluso mandar a matar estudiantes y niños como lo que sucedió con el caso de la Cantuta y el de Barrio Altos, sin que reciban reproche alguno porque ninguna instancia de control funcionaba debidamente.
Eso es lo que hemos estado viviendo estos últimos tiempos “una actitud dictatorial” manifestado en el desprecio al Presidente con palabras discriminatorias y con eso a todos los que nos hemos sentido ofendidos e indignados por tanto racismo. No sólo ofendían al Presidente.
También en cuestionar el poder del Presidente que lo obtuvo por voto popular, sin razón alguna. No les interesa, ni les interesaba gobernar para el bien común, pero sí para sus apetitos personales y para mantenerse en el poder, muchas veces con total impunidad frente a graves denuncias de corrupción, incluso en un caso, de presunta violación sexual, etc.
Las cuestiones de fondo nunca se trataron debidamente y con la complicidad de los grandes medios de comunicación. Temas como la crisis económica, la crisis del agro, el calentamiento global, la garantía de tener agua, para esta y las futuras generaciones, los derechos de los pueblos originarios, la lucha contra la corrupción, la reforma de sectores claves del Estado, la Asamblea Constituyente, detener la deforestación, entre otros, nunca se trataron seriamente. Se comportaron como si cada una de estas cosas no fuesen importantes.
Lo único importante para el Congreso fue la vacancia presidencial y eso pone en cuestión ahora el tema del ejercicio del poder porque se está ejerciendo en modo arbitrario, despreciando a los demás y buscando hacerse del poder, el que vulnera el principio de la separación de poderes y que ningún poder este exento o liberado de control.
La cuestión del derecho y la participación de la población en la vida democrática del país
El sentir de muchas personas, de la señora que me vendió el regalo para mi ahijado, de la señora que vende sus salchipapas todos los días para sobrevivir, de la señora que vende la alfalfa o la hierba para los cuyes o conejos, etc. es que lo que hizo Castillo con el autogolpe era responder a una necesidad de la población: que se vayan los congresistas y por lo tanto Castillo hizo bien y no debería ir a la cárcel o más precisamente sometido a un proceso penal.
Lo que en el fondo esta en cuestión es este derecho que nos rige. Qué lamentable que frente a una situación que es percibido por una buena parte de la población como injusta, el derecho les sirva a quienes están en el poder para que no les pase nada. Incluso mandar a las fuerzas del orden a reprimir las justas demandas.
Frente a esa situación ese derecho “oficial” tiene que responder a las necesidades de la gente. Y, un modo de hacerlo es garantizar que la población pueda decidir y un modo de decidir es a través del voto universal donde todos y todas participan, pero increíblemente tal como está la ley, ese derecho se nos ha quitado “legalmente” porque para ir a referéndum, por ejemplo, necesitamos de la aprobación del Congreso y obviamente ellos no lo van a dar, al menos este Congreso tan cuestionado no lo va a hacer.
Entonces es lógico que la población salga a las calles a protestar, cuando no funcionan las instituciones del Estado, pueden hacerlo. Cuando las instituciones del Estado o los poderes no cumplen con su función de garantizar la plena participación de todos y todas, entonces quedan las calles para poder ejercer nuestros derechos como ciudadanos y ciudadanas de este país.
Ese es el mas profundo sentido democrático. Sin excluir a nadie y respetándonos nuestras diferencias. En términos de lo que plantea Nolberto Bobbio buscar en el mayor consenso posible, pero si eso no es posible llegar a acuerdos a través de la regla de las mayorías, pero con el requisito de la participación de todos, todas y todes.
El mensaje lamentable que se da es que Castillo es procesado y corre el riesgo de ser sentenciado tanto por el golpe como las denuncias por corrupción, pero, los congresistas, no. Esto es injusto, esto es un trato desigualitario que lo permite el derecho y de esto sacan ventaja actual esos que deberían estar fuera del Congreso y respondiendo por sus delitos ante el Poder Judicial.
Nuestro derecho esta errado y deberá ser corregido, no sólo para garantizar la plena participación ciudadana, sino también para garantizar que los corruptos sean sancionados, que los que se quieren hacer del poder, sean severamente sancionados, para que se cumpla con ese principio fundamental, de ser tratados como iguales ante la Ley.
La cuestión de los derechos humanos
Salir a las calles es el ejercicio de un derecho fundamental que es la protesta social y se deberá realizar por medios no violentos, es decir, sin armas. Y, esto tiene que ver con la concreción de otros derechos: la libertad de reunión, de asociación, de expresión, de participación en la vida democrática del país.
Qué difícil garantizar los derechos humanos cuando la mayor parte del tiempo el Congreso ejerce sus facultades para vacar a un Presidente de la República y se alía con sectores importantes de los medios de comunicación y con grandes lobbies que buscan sus intereses del sector y en contra de la población.
Qué difícil garantizar los derechos humanos cuando se “tolera” la muerte de defensores ambientales o de los derechos humanos por defender su territorio y sus recursos naturales de frente a grandes empresas multinacionales que lo que quieren es hacerse de ese territorio para explotar recursos como el petróleo, los minerales poniendo en riesgo el derecho a vivir en un ambiente sano y la vida de los pobladores de esos territorios.
Qué difícil garantizar los derechos humanos cuando son sólo algunos los que son sometidos a procesos judiciales por probables delitos que hayan cometido. Cuando nuestra justicia es selectiva y no se aplica de manera igualitaria para todos y todas.
Qué difícil garantizar los derechos humanos frente a tantos problemas de corrupción y la gran impunidad que existe para los corruptos, sólo unos cuantos son sancionados. Los más fuertes no.
Qué difícil garantizar los derechos humanos cuando se da tantas expresiones de racismo y de desprecio hacia un buen sector de la población. Vivimos todavía en tiempos que unos se creen superiores y por lo tanto quisieran seguir tratando a los demás con desprecio por ser supuestamente inferiores. Muchas de las cosas feas que se dicen es porque no se perdonó, ni se va a perdonar que un “cholo”, un “campesino” y “rondero” se haya atrevido a ser Presidente de la República.
Qué difícil garantizar los derechos humanos cuando hay tantas situaciones de impunidad frente a las violaciones a los derechos humanos.
A modo de conclusión
Nuestro derecho está errado y necesita ser cambiado. Nuestro derecho deberá tomar en cuenta estas justas reivindicaciones y crear los mecanismos necesarios para que los reclamos de la gente sean atendidos y a esto se debe acompañar instituciones que sepan canalizar en modo eficiente estos reclamos.
Se trata en definitiva de garantizar que nadie se haga del poder absoluto, que se cumpla con la plena participación de todos, todas y todes en la vida democrática del país y que se garantice en modo pleno y eficaz el cumplimiento de cada uno de los derechos humanos.
Santos (p 304, 2018) nos planteaba que:
“En otras palabras, no se puede reconfigurar el derecho sin una reconfiguración profunda de las relaciones de poder en un sentido más equitativo y democrático. De este modo, el llamamiento no se dirige, como es habitual, a la legislación constitucional, sino más bien a una democracia radical y a una profunda reforma del Estado impulsada desde abajo hacia arriba a través de un proceso político, participativo, en el que el 99% ejerza un fuerte poder constituyente.
Bibliografía
- Perez, Magaly (2009) Los Derechos Humanos en la definición de la política democrática.
- Santos, Boaventura de Souza (2018). Construyendo Las Epistemologías del Sur. Antología Esencial. Volumen II. compilado por María Paula Meneses ... [et al.]. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires. http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20181203040448/Antologia_Boaventura_Vol2.pdf
- Bobbio, Nolberto (1985). El concepto de la democracia: https://www.youtube.com/watch?v=Z1Ri1dTnTc0
---
*José Ramiro Llatas Pérez es abogado litigante, docente de la Escuela Profesional de Derecho de la Universidad Continental y de cursos de derechos humanos en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), especialista en Derechos Humanos y Derechos Colectivos, con estudios de Maestría en Migración y Cooperación Internacional.