El 19 de diciembre finalizará la COP15 de Montreal cuyo éxito depende de la aprobación del Marco Global para la Biodiversidad Post-2020. El texto debe recoger los compromisos internacionales para frenar la pérdida de biodiversidad antes de 2030 y lograr, en 2050, “vivir en armonía con la naturaleza”.
Ecologistas en Acción advierte de que los diferentes puntos de vista de algunas delegaciones y la presión de los lobbies empresariales están lastrando las negociaciones. La organización ecologista reclama la necesidad de un compromiso político fuerte para avanzar en el documento, que aún carece de la definición necesaria.
Ecologistas en Acción, 14 de diciembre, 2022.- El pasado 7 de diciembre arrancó la COP15 de biodiversidad, donde delegaciones de las Partes firmantes del Convenio de Diversidad Biológica (CDB) se reúnen con el objetivo de aprobar el Marco Global para la Biodiversidad Post-2020.
El primer borrador se publicó en julio de 2021, con más de un año de retraso. Desde entonces el Grupo de Trabajo se ha reunido periódicamente con el objetivo de lograr avanzar en los acuerdos para llegar a Montreal con un texto sintetizado.
Sin embargo, una semana después del inicio de la COP15 aún se discute un documento que no logra posicionarse en las cuestiones más controvertidas, repleto de sugerencias, textos alternativos y posturas incompatibles.
Ecologistas en Acción ha estado haciendo un seguimiento cercano de la COP15 en coordinación con la CBD Alliance, conglomerado de organizaciones medioambientales que participan en la CDB defendiendo los intereses de la sociedad civil e influyendo en la toma de decisiones. La organización ecologista reconoce que se han producido algunos acercamientos, aunque las divisiones persisten.
Los mayores avances se han producido en los Protocolos de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología y de Nagoya sobre Acceso a los Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los Beneficios que se Deriven de su Utilización.
Especial atención está recibiendo la Información Digital sobre Secuencias de recursos genéticos, o DSI (por sus siglas en inglés), que se utiliza en acciones para la conservación y la utilización sostenible de la biodiversidad, como la taxonomía y la vigilancia de especies invasoras.
Ecologistas en Acción y la CBD Alliance reclaman que para garantizar los derechos de las comunidades indígenas la DSI debe garantizar el Consentimiento Libre e Informado a cualquier uso biotecnológico de los recursos genéticos, y así debe recogerse en el Marco Global Post-2020.
Multitudinarias protestas se han concentrado a las puertas de la COP15, denunciando la absoluta falta de compromiso por parte de los representantes gubernamentales demostrada hasta la fecha. En la ceremonia de apertura el discurso del Primer Ministro de Canadá fue interrumpido por activistas indígenas. La sociedad demanda soluciones contundentes a la crisis ecológica y acción política inmediata.
Los cuatro objetivos para 2050 (Conservación, Usos sostenibles, Reparto de beneficios e Implementación) y 18 de las 22 Metas para 2030 que estructuran el Marco Global Post-2020 siguen demasiado abiertos, lo que puede dar como resultado un tratado internacional sin precedentes o una estrategia insuficiente.
Ecologistas en Acción y la CBD Alliance reclaman que, para garantizar lo primero, el Marco Global Post-2020 debe incorporar los siguientes puntos:
- Poner el foco en atacar las causas subyacentes en lugar de centrarse en la simple declaración de áreas protegidas. La Meta 30×30 (30 % de superficie terrestre bajo figuras de protección y 30 % de marina para 2030) no solucionará la crisis y se está utilizando para desviar la atención de acuerdos más importantes.
- Renunciar a sistemas de compensación tipo “ganancia neta”, “pérdida neta cero” o la inclusión de terminología dudosa como “Soluciones Basadas en la Naturaleza”o “positivo para la naturaleza”. Estos mecanismos están impulsados por los lobbies empresariales y se utilizan para compensar daños irreversibles a la biodiversidad o promover el lavado verde.
- Justicia histórica bajo un enfoque basado en los principios de Equidad y Responsabilidades Comunes Pero Diferenciadas (CBDR). Los países desarrollados deben aportar mayores recursos financieros y tener más responsabilidad en la reducción de la producción y el consumo que los que están en vías de desarrollo.
- Marcos reguladores para alinear los flujos financieros con la conservación de la biodiversidad y eliminación de incentivos perjudiciales. Se deben erradicar los 4,6 billones anuales de subsidios públicos que actualmente están vinculados a prácticas que destruyen biodiversidad.
- Exigir Planes Nacionales Estratégicos que integren la biodiversidad en todas las políticas sectoriales. Es necesario garantizar herramientas de supervisión, control y sanción por su incumplimiento.
- Mecanismos de control y regulación para las empresas. Estos sistemas deben ser ejecutados por los gobiernos, no se debe permitir la autocertificación de las empresas.
- El respeto pleno a los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales. Las políticas de conservación no deben suponer su expulsión o la eliminación de su sustento.
- Aplicar el Principio de Precaución a la biotecnología y descartar la liberación de organismos con impulsores genéticos (OIG). Se deben poner recursos para la prospección, control y evaluación de cualquier nueva técnica de biotecnología.
Nada de esto será efectivo sin un mecanismo de implementación y cumplimiento que permita a Partes y a la sociedad civil tomar medidas sancionadoras por el incumplimiento de la Convención y sus acuerdos.
Ecologistas en Acción reclama la necesidad de herramientas de revisión por pares (comunidad científica, organizaciones sociales y ambientales, otras partes del CDB) sobre las acciones tomadas por cada país. Todos estos planteamientos forman parte de las discusiones que ahora mismo se están teniendo en Montreal. El borrador actual sobre las mesas de negociaciones aún tiene el potencial de formar un Marco Global Post-2020 robusto, efectivo y ambicioso.