En medio de la atmósfera mercantilizada de la política y el clientelismo argollero de los movimientos regionales, Hancco y Ponce son la expresión de una nueva generación de puneños que deben demostrar trabajo y resultados.
Por Eland Vera*
17 de octubre, 2022.- Los resultados electorales en la provincia y región de Puno han llevado al poder a dos políticos que tienen rasgos en común. Y no solo porque detrás de ellos hay una maquinaria ansiosa que ha trabajado arduamente para que llegue su momento. Javier Ponce Roque (45 años) tiene tres postulaciones fallidas a la alcaldía provincial de Puno (2010, 2014 y 2018), pero desde enero de 2023 podrá decir: objetivo cumplido. Richard Hancco Soncco (44 años) quedó segundo en la elección de gobernador regional de 2018 y desde entonces se encargó de montar un movimiento electoral personalista que lleva las iniciales de su nombre (RH) enmarcado en un corazón rojo (soncco en quechua significa corazón).
Dos milenial puneños, cuarentones prágmáticos que pasaron sus años de adolescencia y juventud en el esplendor del fujimorismo neoliberal, alimentados con el bombardeo simbólico del emprendedurismo y el mantra de la inversión privada. No debe sorprender, entonces, su inclinación natural a acoger, estimular y administrar con pericia el apoyo financiero y logístico para sus campañas. Dos muchachones sueltos de huesos que saben muy bien que no asistir a debates resulta más táctico y eficaz que desgastarse exponiendo propuestas a un auditorio reducido y una población desinteresada en planes de gobierno.
La federación y la universidad: dos espacios de aprendizaje
En la previa, Ponce ya nos hizo creer durante mucho tiempo que era profesor del magisterio, pero ¡oh, sorpresa! No lo es y tuvo que disculparse públicamente. Fue un autodidacta hasta hace dos meses (31 de julio) cuando obtuvo su título de administrador con estudios semipresenciales en la Universidad Continental. Su trayectoria pública tiene como punto de partida la entrañable Federación del Folklore y Cultura de Puno, organización que presidió en dos oportunidades (2007 y 2013) y que congrega principalmente a los grupos barriales de danzas que participan en la fiesta de la Candelaria. En el ambiente citadino no faltan las malas lenguas que afirman que ser presidente de la federación es un buen negocio personal y familiar, porque se manejan jugosos fondos a discreción y con poco control. Ponce, además, vio con buenos ojos desde joven la posibilidad laboral y política que ofrece la administración pública: ha tenido cargos en la Municipalidad de Puno y en el Gobierno Regional de Arequipa.
Hancco, por su lado, es un joven azangarino que llegó a Puno a estudiar abogacía en la UNA-Puno. Como muchos jóvenes emergentes, talentosos y aspiracionales fue ganado por la dirigencia estudiantil participando en las luchas propias de la vida universitaria. Y así como Ponce se cultivó en la federación folklórica, Hancco lo hizo en la universidad, políticamente un espacio dinámico, rudo, de negociación y confrontación, donde se aprenden las buenas y las malas artes de la política subnacional. Hancco ha sido fiscal, ha ejercido libremente su profesión de abogado y ha dejado bien claro que no es derecha, ni de izquierda: es pragmático. Es decir, las circunstancias y las condiciones determinarán sus decisiones. Tiene su lado provechoso y de eficiencia, pero también deja abierta la puerta a la conveniencia y la actuación sin ideales.
¿Y el entorno?
Un día antes de las elecciones y de la boca de urna circuló un meme risible, pero sintomático de lo que posiblemente vendrá. El supuesto autor se mantenía en incertidumbre, pues no sabía si a partir de enero entraba a trabajar a la municipalidad o seguía sin trabajo. La imagen revela el verdadero sentido que tiene la política subnacional para muchos ciudadanos que colaboran y/o se fajan en las campañas. Ante la necesidad de trabajo o la situación personal y familiar de ingresos reducidos, la política es una oportunidad. Adherirse a la argolla de los potenciales triunfadores es una decisión estratégica que permitirá obtener ventajas y beneficios.
Desde los desocupados y subempleados, pasando por profesionales y técnicos, hasta los empresarios y financistas que aspiran a licitaciones para adquisiciones de bienes y obras de infraestructura. La fiesta electoral es una oportunidad que se abre para sectores de la ciudadanía ávidos de aprovechar el presupuesto estatal y las ventajas que ofrece el poder. Sabiendo claramente –y este es el lado oscuro– que el trabajo en la administración pública y el manejo de fondos públicos tiene un amplio abanico de posibilidades para sacarle el jugo con poco esfuerzo y bajos niveles de eficiencia.
No todo es gris
En medio de la atmósfera mercantilizada de la política y el clientelismo argollero de los movimientos regionales, Hancco y Ponce son la expresión de una nueva generación de puneños que deben demostrar trabajo y resultados. Son nuestras próximas autoridades. Y han venido marcando distancia con la estridencia rebelde de promociones anteriores. Queremos verlos en acción, conocer sus primeros movimientos como autoridades, ver la inteligencia de maniobra frente a la ansiedad envolvente de sus colaboradores, atestiguar su capacidad de gestión para articular el nivel nacional con las exigencias locales, poner en práctica sus planes y propuestas.
Y sobre todo la transparencia de sus actos, alejados de la fuerza dominante de la corrupción. Puno, el mundo que armoniza a quechuas y aimaras, la región expectante por bienestar y desarrollo, espera que los flamantes y ganosos milenial den la talla. Llegó su hora.
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* Eland Vera es periodista y profesor en la Universidad Nacional del Altiplano de Puno, miembro del Instituto de Estudios de las Culturas Andinas – Perú (IDECA Perú) y de Pluralidades, revista para el debate intercultural.
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Fuente: Publicado el 10 de octubre por el portal Noticias SER: https://www.noticiasser.pe/dos-milenial-punenos-en-el-poder-oportunidades-y-ventajas
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