Durante encuentro virtual, se intercambiaron saberes en torno a la defensa territorial y sobre la experiencia de las guardias comunitarias del Cauca.
Servindi, 9 de abril, 2022.- Los pueblos indígenas de Latinoamérica pueden implementar guardias comunitarias como mecanismos de protección ante las amenazas que afectan a sus territorios.
Así coincidieron representantes de guardias de comunidades colombianas en el conversatorio “¿Cómo enfrentar la violencia desde el Cauca? Experiencias desde los pueblos indígenas, campesinos y cimarrones”.
En el evento, se intercambiaron saberes y se abordó el contexto de violencia que enfrentan las guardias de estos pueblos. Asimismo se compartieron las respuestas que desarrollan las comunidades ante esta problemática.
Debido a las similitudes en la situación de violencia y desigualdad en comunidades de la región, la formación de estos grupos de defensa territorial se presenta como una salida que también debe considerar las particulares necesidades y contextos.
Realizado el 8 de abril, el encuentro virtual contó con la participación de Óscar Vivero, Olga Pechené, Jairo Narváez y Harold Secue; representantes de las guardias campesina, cimarrona e indígena del Cauca, respectivamente.
El espacio fue organizado por el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) y Servindi, en el marco de la alianza Ríos Voladores que promueve la DW Akademie, con el apoyo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ).
#EnVivo | Ya puedes sintonizar el #conversatorio "¿Cómo enfrentar la violencia desde el Cauca? Experiencias desde los pueblos indígenas, campesinos y cimarrones”, aquí https://t.co/FDoHVogKdh
Con @CRIC_Cauca, en marco de la alianza Ríos Voladores de @DW_Akademie_es pic.twitter.com/BRUTyf4q8U
— Servindi (@Servindi) April 8, 2022
Políticas ineficaces
Como una de las causas de la escalada de la violencia en el Cauca, Óscar Vivero, miembro de la Comisión Política del Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano (Pupsoc), primero enfatizó en el fracaso de la política antidroga del gobierno del país.
Basada en la erradicación de cultivos, esta forma de combatir el negocio ilícito solo ha servido para criminalizar a las personas campesinas, quienes viven en condiciones complejas, indicó Vivero.
Además, subrayó que quien se termina beneficiando de esta política antidroga es una clase tradicional que se afianza en los espacios de poder gracias a esta industria que, a pesar de ilícita, se mantiene estable.
Un segundo factor en el que hizo énfasis fue la ubicación estratégica del Cauca en el país, ya que es un territorio donde se conectan el Pacífico con el Amazonas.
Sumado a los factores anteriores, señaló a la no implementación del Acuerdo de Paz como una de las razones del espiral de violencia que atraviesa esta región colombiana.
“Tenemos que recordar que el actual gobierno colombiano, en su campaña presidencial hace cuatro años, prometía hacer trizas ese documento”, sostuvo.
Como agregó, este objetivo se logró en algunos aspectos, situación con la que se desmontó lo que se vislumbraba como una posibilidad de cambio.
Así, el incumplimiento se dio no solo con los actores armados, sino también con las comunidades, quienes no pudieron avanzar en puntos claves como la reforma rural integral, un aspecto determinante.
“Todas las luchas históricas que se han desarrollado en Colombia y Latinoamérica han sido alrededor del uso, de la tenencia de la tierra, sobre la construcción de territorio”, indicó Vivero.
“En la medida que esta tierra siga siendo utilizada para la gran industria, para los megaproyectos minero energéticos, y no para el desarrollo de las comunidades y su ejercicio del buen vivir, la violencia va a seguir permaneciendo”, agregó.
Óscar Vivero, miembro de la Comisión Política del Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano (Pupsoc)
Poblaciones amenazadas
A su vez, Jairo Narváez, Coordinador Político de la Guardia Indígena del CRIC, se refirió al papel que desarrollan los actores armados en los hechos de violencia desatados en los territorios de pueblos originarios.
De la mano de disputas territoriales, la expansión de cultivos ilícitos ubica a la Guardia Indígena del CRIC en una situación de especial vulnerabilidad por su resistencia, indicó Narváez.
Ello se manifiesta en amenazas y diversos tipos de intimidaciones que reciben miembros de la guardia.
Además, señaló que esta problemática también se focaliza en jóvenes, quienes corren el riesgo de ser reclutados por grupos armados, tanto voluntaria como forzosamente.
“Esa es un arma que ellos han tomado”, indicó Narváez en referencia al involucramiento de la población juvenil en la violencia.
Jairo Narváez, Coordinador Político de la Guardia Indígena del CRIC
Violencia económica y abandono estatal
Olga Pechené, coordinadora de la Guardia Cimarrona Chechelo Ri Tielo Prieto, apuntó al componente económico como otra arista a tomar en cuenta en la problemática de la violencia en las comunidades del Cauca.
“La violencia económica también es una vulneración de derechos. Esto se viene suscitando porque el mismo Estado ha jugado con los recursos que iban para el fortalecimiento del agro”, manifestó.
Como parte de un abandono estatal, Pechené aludió a los programas inconclusos del gobierno, situación que pasó por desapercibida entre las organizaciones.
Como recalcó, con ello se afectó económicamente a los sectores afrocampesinos con programas cuyos fondos fueron desviados a sectores empresariales.
Asimismo, teniendo en cuenta la riqueza del territorio del Cauca, incidió en cómo el Estado colombiano ha concedido permisos a foráneos para que extraigan recursos en sus territorios.
“La vulneración de todos estos derechos surge a raíz del mismo Estado […]. Todo se debe a esta mala administración, a esta mala política de Estado”, manifestó.
De igual forma, coincidió en que los incumplimientos del gobierno al Acuerdo de Paz es una de las razones que han contribuido a la violencia en la región.
“El gobierno hizo trizas los acuerdos de paz, los ha dejado a un lado. Por eso la violencia y la crisis humanitaria se dispara, especialmente en el Norte del Cauca”, sostuvo Olga Pechené.
“Este gobierno está empecinado en fortalecer la guerra. Los más desfavorecidos somos nosotros, las poblaciones afro, indígenas, campesinas”, agregó.
Olga Pechené, coordinadora de la guardia Regional Cimarrona
Guardias comunitarias: una respuesta pacífica
En medio de este contexto de violencia, la respuesta que se elabora desde los pueblos indígenas están vinculadas a la defensa del territorio y el trabajo con las comunidades, expresó Harold Secue, Coordinador de la Guardia Indígena del CRIC.
Como parte de un trabajo de defensa de la vida, el territorio y los derechos, el coordinador detalló las acciones de la guardia a la que pertenece.
“La guardia no impone. La guardia ayuda a coordinar, ayuda a ordenar y ayuda a orientar políticamente a las comunidades”, afirmó.
A pesar de que la defensa de las comunidades es un trabajo de riesgo, el papel de la Guardia Indígena ha estado marcado por la el acompañamiento y el diálogo.
“La experiencia nos ha enseñado que la defensa al territorio es sin armas”, señaló Secue.
“La única arma que tenemos es la palabra, la fuerza de voluntad y la claridad política que nos han enseñado nuestros mayores para enfrentar un conflicto que no es nuestro”.
Esta forma de resistencia se ha desarrollado en medio de la imposibilidad del Estado para garantizar una estrategia de defensa a las comunidades, labor de la que se ha distanciado.
“Lo que ha hecho el Estado es militarizar la zona. Que las mismas fuerzas militares atropellen a los civiles que exigen su justo derecho”, cuestionó.
Harold Secue, Coordinador de la Guardia Indígena del CRIC.
Propuestas de solución
A su vez, Olga Pechené de la Guardia Cimarrona Chechelo Ri Tielo Prieto apuntó hacia el deber del gobierno de reconocer las autonomías, reglas internas y formas de organización de los grupos étnicos.
En la misma línea, Óscar Vivero del Pupsoc enfatizó el fortalecimiento organizativo de las guardias; un objetivo que debe de ir de la mano del fortalecimiento de la identidad cultural indígena, afro y campesina, y de la posibilidad de ocupar espacios de gobierno.
Como otro punto relevante, recalcó la necesidad de avanzar en la implementación de los Acuerdos de Paz y de retomar espacios de diálogo con otros actores armados, para alcanzar un cese bilateral de la violencia.
Sumado a todo ello, Vivero también señaló la urgencia de la implementación del Acuerdo de Escazú, por ser una herramienta para que las comunidades puedan seguir defendiendo sus territorios y derechos.
Datos
Como una respuesta al contexto de violencia, las guardias comunitarias del Cauca son mecanismos humanitarios y de resistencia que buscan defender la vida, el territorio, los derechos y la autonomía de los pueblos de esta región de Colombia.
Los 11 pueblos del Cauca tienen sus propios procesos de guardia según sus propias dinámicas organizativas.
Ubicado al suroccidente de Colombia, el Cauca cuenta con una significativa población indígena, la que se ha visto afectada por hechos de violencia que se han intensificado en los últimos años.
En 2020, con la llegada de la pandemia, la situación se agravó. Así lo demuestra el Reporte Anual 2020 del Programa Defensa de la Vida y los Derechos Humanos del CRIC.
Fuente: Reporte Anual 2020 del Programa Defensa de la Vida y los Derechos Humanos del CRIC
En medio de la agudización de la violencia en el Cauca, las guardias comunitarias se han afianzado como iniciativas de resistencia desde pueblos indígenas, campesinos y afros.
Además, constituyen una experiencia que podría ser replicada en otras realidades de América Latina.