Servindi, 15 de marzo, 2022.- El flamante presidente de Chile, Gabriel Boric Font, ha dado singulares muestras de un cambio de actitud durante la asunción de su mandato como jefe de Estado.
Su gabinete está conformado por 14 mujeres y 10 varones, algo inusual en la región. Y su primera actividad al día siguiente de asumir el mandato fue participar de una ceremonia espiritual con representantes de los pueblos indigenas de Chile.
Los medios han destacado otros gestos del joven presidente que no son menores y poseen mucha carga simbólica.
Por ejemplo, la banda presidencial no fue encargada a un sastre sino al Sindicato Revolucionario Textil donde dieciséis mujeres lo confeccionaron por cariño al presidente electo y sin cobrar un centavo.
Otro gesto fue que el autómovil descubierto en el que se desplazó estuvo conducido por una mujer.
Pero sin duda, el mensaje presidencial fue sustancial. “El pueblo de Chile es protagónico en este proceso. No estaríamos aquí sin sus movilizaciones”, dijo Boric, quien proviene de las canteras del movimiento social.
Exdirigente estudiantil Boric expresó un gran respeto por los pueblos originarios:
“Este Chile hecho de diversos pueblos y naciones, instalado en una cornisa del continente entre las cordilleras imponentes y su océano mágico, entre el desierto de vida y los hielos antárticos, enriquecido y transformado por el trabajo de su pueblo”.
Y agregó:
“algunos decían el conflicto mapuche, no señores, no es el conflicto mapuche, es el conflicto entre el Estado chileno y un pueblo que tiene derecho a existir. Y allí la solución no es ni será la violencia”
Proveniente de la izquierda socialista, Boric lleva en su equipo a una coalición progresista y democrática en la que no está ausente el Partido Comunista, que tuvo la virtud de renovarse con cuadros jóvenes y femeninos como Camila Vallejo.
La mención expresa al expresidente Salvador Allende –defenestrado por la dictadura de Pinochet en contubernio con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos– no podía estar ausente:
“Como pronosticara hace casi 50 años Salvador Allende, estamos de nuevo (…) abriendo las grandes alamedas por donde pase el hombre y la mujer libre, para construir una sociedad mejor”.
Si bien Boric remarca que el solo representa un movimiento social que se gestó con protestas en las calles contra un modelo neoliberal que solo ha traído desigualdad e injusticias el es conciente que representa a toda la ciudadanía chilena.
De algún modo los individuos juegan un rol en la historia al encarnar multiples determinaciones que resultan del azar en la historia, pero bajo ciertas condiciones sociohistóricas.
Boric culminó su mensaje con un llamado muy humano: “Tenemos que abrazarnos como sociedad, volver a querernos, volver a sonreír”. Sin duda, Boric encarna hoy la esperanza en Chile.
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