Servindi, 25 de noviembre, 20021.- La pandemia de COVID-19 ha agudizado la violencia contra las mujeres tanto en sus hogares como en los espacios públicos, alertó un nuevo informe de ONU Mujeres.
El estudio publicado en vísperas del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer destaca el impacto negativo de esta falta de seguridad en la salud mental y emocional de la población femenina.
Casi una de cada dos mujeres había experimentado alguna forma de violencia desde el inicio de la pandemia. Las mujeres que denunciaron estos datos tenían 1,3 veces más probabilidades de presentar un aumento del estrés mental y emocional que las mujeres que no lo hicieron.
Las conclusiones del documento se basan en datos de encuestas realizadas en trece países de las diversas regiones del mundo.
Muestran además que cerca del 25% de las mujeres se siente menos segura en el hogar y que los conflictos familiares han aumentado desde el inicio de la emergencia sanitaria.
El 21% de las encuestadas explicó que se siente insegura en casa debido al maltrato físico.
Algunas mujeres comunicaron específicamente que habían sufrido daños a manos de otros miembros de la familia (21 %) o que otras mujeres del hogar estaban sufriendo daños (19 %).
La publicación del informe da inicio a los 16 Días de activismo contra la violencia de género, que son parte de la campaña global ÚNETE del Secretario General de las Naciones Unidas y que culminarán el 10 de diciembre.
El lema de la iniciativa es: “Pinta el mundo de naranja: ¡Pongamos fin a la violencia contra las mujeres YA!”.
Pinta el mundo de naranja, una campaña para poner fin a la violencia contra las mujeres. UNTF
Las encuestas indicaron que fuera de sus hogares, las mujeres también se sienten más expuestas a la violencia: el 40 % de las participantes afirmó que desde que empezó la pandemia se siente menos segura caminando sola por la noche.
Además, tres de cada cinco piensan que el acoso sexual en espacios públicos ha empeorado durante la contingencia.
Entre los factores socioeconómicos que han influido en la inseguridad o violencia contra las mujeres, así como en su bienestar general, se cuentan las presiones financieras, la falta de empleo, la inseguridad alimentaria y las relaciones familiares.
Crisis mundial
La directora ejecutiva de ONU Mujeres aseveró que los nuevos datos “subrayan la urgencia de llevar a cabo esfuerzos concertados para poner fin a esta situación”
“La violencia contra las mujeres es una crisis mundial que crece en conjunto con otras crisis. Los conflictos, los desastres relacionados con el clima, la inseguridad alimentaria y las violaciones de los derechos humanos contribuyen a que las mujeres y las niñas vivan con sensación de peligro, incluso en sus propios hogares, vecindarios o comunidades”, lamentó Sima Bahous.
La funcionaria añadió que al exigir medidas de aislamiento y distanciamiento social, la pandemia de COVID-19 dio lugar a una segunda pandemia de violencia en la sombra contra mujeres y niñas, que a menudo se vieron confinadas junto con sus maltratadores.
El cambio es posible
A pesar de la crítica situación, la ONU sostiene que hay evidencias de que se puede poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas.
António Guterres, secretario general de la ONU asegura que ese lastre se puede evitar con políticas y programas adecuados.
“Esto implica que haya estrategias exhaustivas y de largo plazo que aborden las causas profundas de la violencia, protejan los derechos de las mujeres y las niñas, y promuevan movimientos fuertes y autónomos a favor de los derechos de las mujeres”.
“El cambio es posible, y ahora es el momento de redoblar nuestros esfuerzos para que entre todas y todos podamos eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas de aquí a 2030”, dijo António Guterres.
En Kirguistán, las mujeres acuden a centros especializados que las protegen de la violencia doméstica. Foto: Sezim social center, Kyrgyzstan.
Formas múltiples de violencia
Por otra parte, un nutrido grupo de expertos de la ONU en derechos humanos* recordó que las mujeres y las niñas de todo el mundo siguen siendo sometidas a múltiples formas de violencia de género, incluidos el feminicidio, la violencia en línea y la violencia doméstica.
“Aunque representan más de la mitad de la población mundial, las mujeres y niñas de todo el mundo todavía corren el riesgo de ser asesinadas y sujetas a violencia, intimidación y acoso cuando hablan, por el simple hecho de ser mujeres y niñas”.
“La violencia contra las mujeres y las niñas es el resultado de la discriminación social, política, económica, racial, de casta y cultural que se perpetra a diario contra las mujeres y las niñas en toda su diversidad, incluso en el contexto de los conflictos armados”, apuntaron los relatores en un comunicado conjunto.
Obligación de los Estados
De acuerdo con el derecho internacional, los Estados y la comunidad internacional tienen la obligación de abordar esta violencia, recalcaron, y advirtieron que, sumadas, estas formas de discriminación “no sólo agravan la intensidad y frecuencia de la violencia, sino que también agudizan la impunidad que existe contra ella y aumentan la disposición social e individual para permitirla”.
Consideraron especialmente preocupantes los nuevos espacios de violencia de género, que se suman a los tradicionales, como ocurre con el ciberespacio, incluidas las redes sociales.
En este renglón, los relatores enfatizaron que aunque los gobiernos, las empresas privadas y otros traten de ocultar sus responsabilidades detrás de la naturaleza aparentemente "sin fronteras" del internet.
Los derechos humanos son universales y, por lo mismo, existe un régimen que protege las garantías de las mujeres y las niñas tanto en línea como fuera de línea, y que exige tolerancia cero con la violencia contra ellas en el espacio digital.
Niñas tanzanas participan en una marcha contra la violencia de género en Dar es Salaam. Foto: Deepika Nath / ONU Mujeres Tanzania.
“La violencia contra las mujeres y las niñas florece porque no hay impedimentos ni se exige una rendición de cuentas de quienes buscan silenciarlas y facilitar su explotación, abuso, mutilación y asesinato”, apuntaron.
En su declaración, los expertos puntualizaron que los derechos de la mujer son derechos humanos y, como tales, los Estados deben garantizar su ejercicio y crear un entorno propicio para que las mujeres gocen sus libertades fundamentales de expresión, asociación, reunión pacífica y participación pública libres de intimidación y ataques.
“Si queremos evaluar la salud, la seguridad y la prosperidad subyacentes de una sociedad, todos debemos cumplir con nuestro deber de participar en el respeto y la promoción de los derechos de las mujeres y las niñas. No habrá prosperidad sin poner fin a la violencia que las asola en el ámbito público y privado”, concluyeron los relatores.
Nota:
(1) Los relatores especiales forman parte de lo que se conoce como Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos. Los Procedimientos Especiales, el mayor órgano de expertos independientes del sistema de derechos humanos de la ONU, es el nombre general de los mecanismos independientes de investigación y supervisión del Consejo que se ocupan de situaciones específicas de países o de cuestiones temáticas en todo el mundo. Los expertos de los Procedimientos Especiales trabajan de forma voluntaria; no son personal de la ONU y no reciben un salario por su trabajo. Son independientes de cualquier gobierno u organización y prestan sus servicios a título individual.
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Fuente: ONU Noticias: https://news.un.org/es/story/2021/11/1500422