Servindi, 24 de octubre, 2021.- “Hay quienes creen o consideran que escribir sobre lo que sucede en nuestras provincias, distritos o comunidades del interior, es un esfuerzo vano, insignificante, que no tiene relevancia y no ataca el problema principal como la corrupción en la que, por ejemplo, están metidos los delincuentes o dizque políticos de cuello y corbata”.
“No estamos tan de acuerdo con esta posición” nos dice nuestro colaborador José Luis Aliaga Pereira en el siguiente relato en el que se pinta de manera irónica y hasta podría decirse satírica el comportamiento vergonzante de algunos candidatos a ocupar el sillón municipal de nuestros pueblos.
Ellos remedan actitudes de los jerarcas de sus partidos políticos tratando a la ciudadanía como si fuera gente mendiga, a la que creen capaz de vender su voto por un plato de lentejas.
El relato fue publicado en julio de 2010 en la revista Fuscán N ° 17.
ELECCIONES: Plato suculento
Por José Luis Aliaga Pereira *
En las justas electorales, los candidatos a ocupar el sillón municipal, pueden participar en un concurso de "platos típicos" como los que organizan en las ferias. El ajetreo y estos poca vergüenza que muestran señores y sus acólitos por convencer a los votantes, sin proyectos, planes, ni programas por intermedio de exquisitos potajes, es realmente patético.
El mismo día del acto electoral, los postulantes al primer cargo político del distrito, llaman a ingresar a sus casas o locales partidarios cuadrándose cual verdaderos mozos de restaurantes cinco estrellas.
Los votantes que por primera vez participan y muchos de los que llegan de las zonas rurales, obedecen sumisos, como si fuera de una orden, y apuran la cuchara mirando de reojo a la futura autoridad municipal; pero aquellos que ya pasan de los tres escrutinios, lo hacen saludando muy atentos: -Hola don Julito! ¿Cómo estás Manuelito?
Muy desenvueltos y frescos actúan los que ya tienen "cancha" e incluso se toman la libertad de hacer comentarios: Hoy ganamos don Julito, ese del Apra es un grajo! -hablan muy seguros.
Luego del desayuno o almuerzo, cuya calidad depende de la solvencia económica que tenga el candidato (a), este raro anfitrión despide a sus, podríamos decir, comensales, con las siguientes palabras:
—Paisitas, regresan a las cinco pa 'celebrar —mientras sus ayayeros hacen todo lo posible, con mandiles y manteles incluidos, por demostrar que la fiesta del triunfador será la envidia de toda la ciudad.
Casi al llegar al centro de votación y hasta en la misma cola, la mayoría de votantes contradicen lo que los entendidos llaman <encuesta a boca de urna> ya que al ser interrogados por quién votarán, contestan de acuerdo al gusto del curioso preguntón -Bah , por el Isauro pue ', ¿por quién más vaser?
Sin embargo, el ciudadano elector está más "curao" de estos vivamos, al final votan por quien desean aunque almuercen dos o tres veces, cuidándose, eso sí, que no se percaten de ello los nada cándidos candidatos que ven en el sillón municipal un plato suculento.
----
* José Luis Aliaga Pereira (1959) nació en Sucre, provincia de Celendín, región Cajamarca, y escribe con el seudónimo literario Palujo. Tiene publicados un libro de cuentos titulado «Grama Arisca» y «El milagroso Taita Ishico» (cuento largo). Fue coautor con Olindo Aliaga, un historiador sucreño de Celendin, del vocero Karuacushma. También es uno de los editores de las revistas Fuscán y Resistencia Celendina. Prepara su segundo libro titulado: «Amagos de amor y de lucha».
Te puede interesar:
El general no se hace laberinto, por Aliaga Pereira
Servindi, 5 de setiembre, 2021.- El nuevo relato del escritor cajamarquino José Luis Aliaga Pereira que compartimos este fin de semana explora la doble moral de los miembros de las fuerzas del orden. El sugerente relato fue publicado hace algunos años en la revista Labrador del distrito de Sucre, provincia de Celendín y en su brevedad comparte el sentir de pueblo y la mirada con ironía, sin perder profundidad. Seguir leyendo...