Unas 114 personas murieron en medio una nueva manifestación registrada el 27 de marzo contra el golpe de Estado perpetrado por los militares hace casi dos meses.
Servindi, 29 de marzo. 2021.- Una condena internacional vienen recibiendo los militares de Myanmar que gestaron una nueva masacre dejando 114 manifestantes muertos en el día “más sangriento” desde el golpe de Estado.
Los jefes de seguridad de 12 países, la delegación de la Unión Europea para Myanmar y la ONU rechazaron la nueva masacre registrada el 27 de marzo.
Con esto, suman ya más de 400 personas muertas en las protestas que se iniciaron desde que los militares dieron un golpe de Estado el 1 de febrero.
Mientras la población continúa exigiendo el retorno a la democracia, un relator especial de las Naciones Unidas afirma que ya es hora de que la comunidad internacional realice “acciones sólidas”.
Masacre repudiable
Un reporte de la agencia inglesa BBC señala que la represión mortal contra civiles, incluidos niños, se registró el 27 de marzo cuando los manifestantes volvieron a tomar las calles.
La población volvió a exigir el retorno a la democracia en el país que fue interrumpida por un golpe de Estado perpetrado por los militares el 1 de febrero.
Desde entonces, la población no ha dejado de salir a las calles a pesar de la violenta represión que vienen ejecutando las fuerzas de seguridad de Myanmar.
El saldo, en esta ocasión, ha sido de 114 manifestaciones muertos, un hecho que ha vuelto a generar la indignación de la comunidad internacional.
El funeral de una de las víctimas de la manifestación del 27 de marzo. Foto: Vatican News
Por un lado, los jefes de defensa de 12 países —incluidos Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Corea del Sur, entre otros— emitieron una declaración conjunta.
Allí condenaron “el uso de fuerza letal contra personas desarmadas por parte de las fuerzas armadas de Myanmar y los servicios de seguridad asociados”.
Y los invocaron a que “cesen la violencia y trabajen para restaurar el respeto y la credibilidad con el pueblo de Myanmar que ha perdido con sus acciones”.
En tanto, el secretario de Estado de Estados Unidos Antony Blinken dijo que se sentían “horrorizados” por el derramamiento de sangre en Myanmar.
Añadiendo que esto demostraba “que la junta sacrificará la vida de la gente para servir a unos pocos”.
Exigen acciones ya
Con esta nueva masacre, informa France 24, Myanmar registra más de 420 personas muertas en las protestas contra el golpe de Estado, que se realizó hace casi dos meses.
Entre los fallecidos se encuentran al menos 20 menores de edad, según la organización Asociación de Asistencia a Presos Políticos (AAPP, por sus siglas en inglés).
La Delegación de la Unión Europea (UE) en Myanmar indicó a través de su cuenta de Twitter que muchas de estas personas murieron por disparos de armas de fuego, a mano de las autoridades.
Por ello, calificaron estos actos de “indefendibles” y le expresaron su apoyo al pueblo de Myanmar pidiendo también “el fin inmediato de la violencia y el restablecimiento de la democracia”.
Por su parte, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, dijo que es “inaceptable” que continúe la “represión militar” en Myanmar.
Y reiteró su llamado a “una respuesta internacional firme, unificada y resuelta”.
I am deeply shocked by the killing of dozens of civilians, including children & young people, by security forces in Myanmar today.
The continuing military crackdown is unacceptable and demands a firm, unified & resolute international response. https://t.co/qtnQaH5jvN
— António Guterres (@antonioguterres) March 27, 2021
En esa línea también opinó Tom Andrews, relator especial de la ONU para la situación de derechos humanos en Myanmar.
A través de un escrito, el relator fue muy crítico con las palabras de solidaridad de la comunidad internacional ya que estas no se están concretizando en acciones.
“Las palabras de condena o preocupación suenan francamente huecas para el pueblo de Myanmar mientras la junta militar comete asesinatos en masa contra ellos”, denunció.
Por ello, refiriéndose al Consejo de Seguridad, el máximo organismo de las Naciones Unidas, dijo que era el “lugar apropiado para examinar una crisis de esta magnitud y tomas las medidas adecuadas”.
El problema con esto es que dos de los cinco países que tienen un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU son Rusia y China.
Ambos países hasta el momento no han cuestionado lo que viene ocurriendo en Myanmar; y, por el contrario, han mantenido su relación con el país de lo más normal.
En una clara alusión a ello, el relator Tom Andrews dijo que, si el Consejo no responde, debe organizarse y convocarse inmediatamente a una cumbre internacional de emergencia sobre Myanmar.
“El pueblo de Myanmar necesita el apoyo del mundo. Las palabras no son suficientes. Desde hace tiempo fue el momento de emprender acciones sólidas y coordinadas”, apuntó.
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