El jueves 10 de diciembre, el mismo día en el que se celebra el Día de los Derechos Humanos, los/as defensores de la Madre Tierra participaron en un taller en la comunidad de Chococal, en el distrito de Cachachi, en la provincia cajamarquina de Cajabamba. Se trata de uno de tantos lugares afectados por la extracción minera de la región.
El comunicador y escritor José Luis Aliaga Pereira acompañó a la comitiva y nos presenta una crónica en el que describe los cambios en los ríos y el campo tras la contaminación minera. Asimismo, recoge los testimonios de quienes han visto de cerca los cambios en la comunidad.
La profesora Elisa R. Vega Bazán, del Frente de Defensa del Valle de Condebamba anunció una marcha para el jueves 17 de diciembre en contra de la contaminación de las plantas de palta y los sembríos de alfalfa, la judicialización de los/as defensores/as.
El escritor celendino es uno de los participantes de la serie de talleres especializados sobre comunicación y periodismo desarrollados por Servindi con el apoyo de la Deutsche Welle - Akademie (DW-A).
Por José Luis Aliaga Pereira*
15 de diciembre, 2020.- Dos días antes del viaje a Cholocal (Cajabamba, Cajamarca) se publicó una noticia en la red social de Facebook que sostenía que en nuestra provincia el contagio por COVID-19 se había disparado en un 400 por ciento, que el 80 por ciento de hospitalizados en Cajamarca eran celendinos y que el mes pasado había aumentado los muertos por la pandemia. Esta información la corroboró el director del Seguro Social y la repitieron los medios de comunicación cajamarquinos.
Las precauciones tenían que ser extremas ya que para viajar desde Celendín a Cajamarca se emplean dos horas y media como mínimo y, pese a lo hermoso del paisaje y a las vías de comunicación asfaltadas, al final, algunos llegan maltratados debido a los vómitos que provocan las curvas de la carretera.
Viajamos para participar en el taller de defensores/as de la Pachamama que programaron para el 10 de diciembre 2020 en la comunidad de Cholocal, distrito de Cachachi, Cajabamba; uno de tantos lugares afectados por la extracción minera en la región.
Al wasap, que compartimos todos/as, llegó un peculiar mensaje de invitación de doña Mirtha Villanueva, coordinadora del evento que demostraba el grado de confianza, compromiso, labor y preocupación, que se viene desarrollando en nuestras comunidades.
"Muy buenos días estimadxs todxs!!!!!"
"Para hacerles recordar que, este Jueves 10 diciembre, en Cholocal Valle de Condebamba tendremos el último Taller de Defensorxs..."
"No olviden sus caretas, cucharas y vasos"
"Lo decimos por el cuidado personal por la pandemia".
Partimos el miércoles 9 de diciembre por la tarde. La cena la compartimos en Cajamarca.
Al día siguiente, al promediar las 5:00 a. m., los participantes celendinos estuvimos puntuales en el lugar indicado. Un ómnibus y dos combis nos esperaban estacionados frente a la iglesia San Francisco. En el vehículo que me tocó ir, los compas viajaban alegres, se notaba en sus actitudes y acatamiento de las instrucciones dadas por la coordinadora. Los tapabocas que usábamos nos cubrían desde la nariz hasta los cachetes.
Un aproximado de cuarenta representantes de diferentes provincias y comunidades enrumbamos a Cholocal. La madrugada no estuvo tan fría. Nos acompañó un cielo nublado. Pasamos Namora y Matara con el mismo cielo. Cerca de San Marcos nos dio la bienvenida una intensa neblina y el frío se acentuó. El único que andaba puesto un polo negro manga corta era el abogado Pablo Abdo, que llegaba desde Puno. Eran las seis con cuarenta minutos.
No es la primera vez que acudimos al llamado, porque en el fondo es eso, de la Madre Tierra. El ataque de los depredadores no cesa, es permanente. Los mineros están destruyendo el valle de Condebamba que alimenta a toda la zona norte de nuestro país. Sus sembríos de paltas, por ejemplo, dieron resultado positivo a la contaminación por arsénico.
Comité de Vigilancia Ambiental recoge muestras del río Chiminero / Foto: José Luis Aliaga
Resultado de muestra del río Chiminero
La diferencia de estos últimos viajes, con los anteriores, es la pandemia a la que se suma el aprovechamiento del confinamiento de la población por parte de los empresarios mineros, y del propio gobierno, para realizar consultas a la comunidad, vía internet, para extender su explotación que contamina el agua de los ríos, el campo, el aire, es decir, de todo el valle.
Desde Cajamarca hasta el valle de Condebamba (Cholocal) el viaje no marea, no existen tantas curvas que hagan dar vueltas y más vueltas a los vehículos. El paisaje es incomparable, como en toda nuestra sierra peruana. El verdor de sus árboles, de sus campos, de sus laderas y cerros se hace notar; mucho más cuando llegas o pasas por la zona en la que la naturaleza yace contaminada, muerta. Los animales pastan a sus anchas en el primer caso, y en el segundo es muy triste, no hay vida y hasta la llegada de la lluvia suena como verdadero llanto de la Mamapacha.
Mientras que algunas zonas se encuentran verdes, otras se encuentran contaminadas, muertas / Foto: José Luis Aliaga
Un caldo de gallina y una taza de cedrón caliente fue nuestro desayuno en la provincia sanmarquina.
Avanzamos. Kilómetros más adelante, el calor del valle se hacía sentir. Pasamos Ichocan, Chancay, La Grama, lugares en los que aún sobresalen las casas de tejas rojas y techos a dos aguas. Luego de cruzar el puente Tabacal, para ingresar a Cholocal, se siente la trocha carrozable. Los campos de este caserío aún no sufren el embate minero. Los sembríos de alfalfa, de maíz, de tunas aún reverdecen el paisaje.
La contaminación se ve clara en el río Chiminero, agua que discurre amarillenta por toda esta zona. Aquí los niños juguetean pintando un panorama de muerte que los comuneros ya no pueden soportar. El cerro de la parte alta del distrito de Cachachi, nos dicen, es un cráter que cada día se agranda más. Del asesinato de la tierra, ni el gobierno, ni sus representantes dicen nada. Se está construyendo, impunemente, en nuestro Cajamarca, otro escenario desolador, como lo es Cerro de Pasco y Hualgayoc. El valle de Condebamba, la despensa de la zona norte de nuestro país, va muriendo de a poco.
El color amarillento caracteriza al río Chiminero / Foto: José Luis Aliaga
Llegamos a Cholocal a las 10:00 a. m. Un grupo de defensores/as queda en la institución educativa de Macas, a varios kilómetros de allí; ellos pintaran un mural de homenaje a la Mamapacha.
El taller es presentado por Milagros y el abogado Pablo Abdo, que entre otras cosas, explicó a los defensores y defensoras acerca de sus derechos:
"No solo voy a ejercer mis derechos colectivos o individuales, sino también los voy a defender y los voy a exigir no solo ante la autoridad sino también tengo que ser consecuente con la exigencia y posición de los derechos entre nosotros mismos". "El defensor no sólo tiene que tener una estrategia, sino organización y estar organizado. Tiene que ser consecuente con los demás, estar informado... ser motivador... Todas las ideas valen... No es uno el defensor, es la comunidad la defensora, es el colectivo... Cajamarca ha sido muy asertiva en la lucha, siempre; nunca dudó en salir a protestar, nunca dudó en defender la vida".
Foto: Jsé Luis Aliaga
Al finalizar el taller, conversamos con la organizadora, la señora Mirtha Villanueva:
"Nosotros recién hemos empezado a salir -nos explicó-, con el protocolo debido, a hacer talleres, nuevamente, con los compañeros; al llamado de los compañeros defensores. Por ejemplo, ahorita nos encontramos en el valle de Condebamba. Dos talleres anteriores hemos hecho acá, con instituciones educativas con jóvenes de tercero y cuarto año de secundaria sobre el tema de educación ambiental para que ellos vayan conociendo su territorio, vayan exigiendo lo suyo. Hemos salido al antes hermoso río Chiminero que ahora es un río anaranjado, es un río que no tiene vida. ¡Qué tristeza más grande! Como en muchos lugares del país, las aguas están contaminadas, regando chacras de todo lo que produce. El valle de Condebamba es el segundo valle en biodiversidad del Perú y, sin embargo, la minería formal e informal está avanzando terriblemente. Es muy, muy triste. Entonces con encerrarnos a los líderes con la pandemia, gracias minas. Las minas agradecen a esta pandemia porque son las únicas que han trabajado, son las únicas que tienen todo lo bueno que el Estado les está dando".
Foto: José Luis Aliaga
Por su parte Antonia Calderón Vera, integrante del Comité de Defensa del río Cajamarquino, manifestó lo siguiente:
"Acá la minería nos está perjudicando mucho, como acá en el cerro Waiter Pauco, la empresa minera Pauco Dorado está maltratando a los campesinos y a los dirigentes. Ya está en denuncias contra varios dirigentes y nosotros no lo vamos a permitir porque en el caserío "El Chirimoyo" se están muriendo las plantas la de palta donde con el agua que escurre de la minera riegan los moradores del río y esas plantas secan pero donde no llega esta agua las plantas están verdecitas".
La profesora Elisa R. Vega Bazán, del Frente de Defensa del Valle de Condebamba, también nos habla de la preocupación de su comunidad:
"El valle de Condebamba se está contaminando cada vez más. Se han detectado muchos casos de contaminación de niños, las plantas de palta, los sembríos de alfalfa. El ganado se está muriendo a raíz de la contaminación que se viene desarrollando en esta zona. No tenemos apoyo de ninguna autoridad, debido a eso es que la gente de acá del valle nos vemos en la obligación de tener que marchar el día 17 de diciembre. Estamos esperándolos. La unión hace la fuerza, lo que nosotros queremos es el agua. Hemos realizado marchas a Cajamarca, hemos hecho muchos reclamos; sin embargo nuestros compañeros que han ido a luchar por nuestro valle están siendo judicializados, están siendo juzgados en la Fiscalía de Cajabamba y en Cajamarca. Nosotros no tenemos temor, vamos a seguir adelante. Pedimos a todos que propaguen nuestra lucha, que se solidaricen con nosotros".
Los esfuerzos que los/as defensores/as de la Mamapacha realizan para salvar la región, en esta ocasión el valle de Condebamba, son ejemplos de sacrificio y entrega que replicarán jóvenes y niños más allá de que los informes acerca del COVID-19 del gobierno, sean ciertos o no, manipulados o no.
Los talleres que se vienen dando son parte de esta defensa. Con máscaras o sin máscaras, como nos dicen, los/as defensores/as gritaron a todo pulmón: ¡Queremos ríos limpios y no contaminados! ¡Vivan los Derechos Humanos!
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* José Luis Aliaga Pereira es comunicador y escritor cajamarquino. Es autor del libro “Grama Arisca, cuentos, relatos y anécdotas” y el cuento largo “El milagroso Taita Ishico”. Próximamente publicará "El cazador de viudas frescas y otros cuentos".
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— Servindi (@Servindi) August 11, 2020