Servindi, 8 de julio, 2020.- Néstor Paiva Pinedo, integrante del Comando Matico COVID-19, cuenta cómo surgió la iniciativa liderada por indígenas del pueblo Shipibo Konibo, en el departamento de Ucayali, después de la muerte de algunos indígenas y artistas en medio de la pandemia.

“El Comando Covid Regional solamente servía para recoger fallecidos y nada más. Las poblaciones mestizas periurbanas y de la zona urbana no tenían atención, morían en sus casas, en la calle, en el hospital”, recuerda.

A raíz de ello –comenta Paiva Pinedo– el pueblo Shipibo sintió que la atención por parte de sus autoridades estatales sería peor ya que además la pandemia había mostrado la “discriminación y exclusión de los indígenas en las políticas públicas”.

“Si tenemos un plan, ese plan no tiene presupuesto. También se ha visibilizado que las organizaciones indígenas no han priorizado la salud de sus pobladores. Han priorizado la lucha en favor de los territorios, la defensa de los derechos humanos, la defensa del ambiente”, sostiene.

Asimismo, el integrante del Comando Matico sostiene que como conocedores de los problemas que afectan a los pueblos indígenas intervinieron para solucionar.

“El Comando Matico es un grupo multidisciplinario. Ahora somos 16 voluntarios y hemos atendido un aproximado de 300 pacientes y estamos muy felices de que desde este Comando salgan contentos, sanos y salvos”, confiesa.

Paiva Pinedo también afirma que desde el grupo al que integra usan las plantas medicinales ancestrales que heredaron de sus abuelos.

“Sé que estamos a grandes farmacéuticas. (…) pero vamos a seguir. Con el conocimiento se salva, con el conocimiento se vive y la sabiduría es la que nos va a acompañar en toda nuestra vida para poder defendernos”, relata Paiva.

Con la finalidad de seguir salvando vidas, el Comando Matico está abriendo sus bases en las comunidades y compartiendo sus recetas. Aún no cuentan con una infraestructura, pero admite que su deseo es conseguir más adelante.

Cabe señalar que Voces en Acción es producido por Servindi con el apoyo de la Fundación Friedrich Ebert.

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