Servindi, 15 de junio, 2020.- La comunidad Palma Real perteneciente al pueblo Ese Eja, registra el fallecimiento de Lupe Heyaijia Dakitahuaji, la primera víctima indígena del covid 19 en el departamento Madre de Dios.

«Lupe era una reconocida artesana, tejedora de canastas con fibras vegetales que mantenía viva las tradiciones de su pueblo y que con su trabajo apoyaba en el sustento de su familia» indica una nota de la Federación Nativa del río Madre de Dios y afluentes (Fenamad).

Cesar Augusto Jojajé, presidente de la comunidad, pidió a las autoridades brindar auxilio inmediato al pueblo Ese Eja azotado por el COVID-19.

Además de la hermana fallecida otra persona ese eja se debate entre la vida y la muerte en el hospital de Puerto Maldonado, capital del departamento, donde se encuentra en cuidados intensivos.

El dirigente ese eja pidió construir un puesto de salud de emergencia en Palma Real con personal y equipamiento necesario para vigilar la situación del 80 por ciento de la población que debe estar en observación médica.

César Augusto Jojajé. Foto: Servindi

Informó que una brigada de salud solo aplicó 10 pruebas rápidas y 20 moleculares a una población de 430 personas en riesgo, verificándose dos personas contagiadas.

El pueblo Ese Eja registra en su historia diversos sucesos fatales que han dejado cicatrices en su memoria como la explotación de los caucheros y la imposición de la religión católica.

La actual pandemia los abate en circunstancias en que se encuentran en abandono del Estado que no atiende servicios básicos mientras que se territorio ancestral está superpuesto por la Reserva Nacional Tambopata (RNT) y el Parque Nacional Bahuaja Sonene (PNBS).

El pueblo o nación Ese Eja tiene una demanda latente para que el Estado peruano reconozca que dichas áreas protegidas deberían ser consideradas de “ocupación ancestral”, reconocer la existencia legal del territorio Ese Eja lo que les permitiría garantizar la seguridad alimentaria de su población.

Respaldo y solidaridad de la Fenamad

La organización Fenamad, presidida por Julio Cusurichi Palacios, expresó sus condolencias al pueblo ese eja de Palma Real y lamentó que esta pandemia cobre su primera víctima a pesar de las acciones de control asumidas por las comunidades.

Recordó que la demanda de atención de salud ha sido permanente de parte de Fenamad pero «el Estado siempre ha permanecido de espaldas a los reclamos de los pueblos indígenas».

El actual consejo directivo exigió mejorar los servicios de salud y educación al anterior gobernador regional Luis Otsuka y al actual Luis Hidalgo, e incluso se ofreció apoyo técnico de Fenamad para sacar adelante los proyectos sociales.

Sin embargo, a la fecha no se hizo nada y «las consecuencias las pagan nuestros hermanos indígenas que, desde las alturas del Manu hasta la frontera con Brasil y Bolivia, junto a sus organizaciones indígenas, claman por una mejor atención» indica Cusurichi.

«Para nadie es un secreto que las postas médicas en las comunidades nativas están en deplorables condiciones. A esto se suma la falta de medicamentos, equipamiento y de personal médico especializado para atender a pacientes bilingües. Muchas, incluso no tienen energía eléctrica».

«Desde Fenamad hacemos un llamado a los gobiernos central y regional para que se tomen acciones inmediatas para socorrer a los pueblos indígenas» indicó Julio Cusurichi.

«Es urgente que, por ahora, se abastezcan las postas de salud, se envíe equipos sanitarios para evaluar a las poblaciones indígenas y a través de las fuerzas del orden se apoye en el control de las vías de comunicación».

«Que esta pandemia nos sirva como lección y en lo posterior iniciar la implementación de un plan de acción para mejorar la infraestructura en salud en las comunidades nativas. No esperemos que aparezca otra epidemia para recién voltear la mirada a los pueblos indígenas» concluyó el dirigente regional shipibo.

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