Tras conocer que algunos países están usando la pandemia del COVID-19 para relajar sus políticas de protección al medioambiente, un experto en derechos humanos las califica de irracionales, irresponsables y peligrosas.
Servindi, 18 de abril, 2020.- La pandemia del coronavirus COVID-19 no ha de usarse como excusa para reducir la protección sobre el medio ambiente, indicó David Boyd, relator especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos y el medio ambiente.
Las declaraciones del relator se efectuaron el miércoles 15 de abril, tras conocerse el anuncio de varios gobiernos en el que indican que disminuirán sus normativas ambientales.
"A la luz de la crisis ambiental mundial que precede al COVID-19, estas acciones son irracionales, irresponsables y ponen en peligro los derechos de las personas vulnerables", manifestó Boyd.
La deforestación, la agricultura industrial, el comercio ilegal de vida silvestre, el cambio climático aumentan el riesgo de futuras pandemias.
Varios gobiernos informaron que están reduciendo sus exigencias medioambientales, suspendiendo los requisitos de vigilancia ambiental, disminuyendo la aplicación de las normas ecológicas y limitando la participación pública.
"Es probable que estas decisiones políticas den lugar a un deterioro acelerado del medio ambiente y repercutan negativamente en una amplia gama de derechos humanos" afirmó Boy.
Entre ellos, "el derecho a la vida, la salud, el agua, la cultura y la alimentación, así como el derecho a vivir en un entorno saludable", enumeró.
Boyd señaló que, tal y como nos indican las evidencias científicas, las personas que habitan en zonas con mayores niveles de contaminación atmosférica, sufren un mayor riesgo de muerte prematura a causa del COVID-19.
"Del mismo modo, el acceso al agua limpia es esencial para evitar que las personas contraigan y propaguen el virus", dijo.
Según el relator, una de las lecciones que podemos extraer de la pandemia del coronavirus es que nos demuestra la vital importancia de conservar "un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible".
Lecciones aprendidas
El relator destacó que tres cuartas partes de las enfermedades infecciosas emergentes son por "zoonosis", o sea que se transmiten de los animales salvajes o domesticados a los humanos. Asi ha sucedido, por ejemplo, con el ébola, el SARS, el MERS, y ahora con el COVID-19.
"Los científicos nos advierten que la deforestación, la agricultura industrial, el comercio ilegal de vida silvestre, el cambio climático y otros tipos de degradación ambiental aumentan el riesgo de futuras pandemias".
Ello eleva "la probabilidad de graves violaciones de los derechos humanos", denunció el relator.
Una decisión "miope" como la de debilitar o interrumpir las regulaciones ambientales solo servirá para empeorar aún más la situación.
Lo que deben hacer los Gobiernos es "acelerar los esfuerzos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2030", ya que conseguir "un medio ambiente sano es una forma eficaz de prevenir pandemias y proteger los derechos humanos".