Finalizado el Encuentro Internacional de Comunicación Indígena, comunciadores tuvieron la oportunidad de visitar el Valle Sagrado de los Incas. La Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo del Cusco aotorgó entradas gratuitas a fin de que los participantes conozcan la riqueza cultural y arqueológica del Cusco.
Por Donofré Chuco Castro
Servindi, 5 de noviembre, 2019.- Después de arduos días de trabajo —del 10 al 12 de octubre— en la ciudad del Cusco, los participantes del Encuentro Internacional de Comunicación Indígena (EICI), entre ellos, comunicadores de Estados Unidos, México, Guatemala, Panamá, Colombia, Ecuador, Bolivia, Chile, Paraguay, Argentina, España, Alemania, Canadá y las distintas regiones de Perú, fueron acreedores de pases gratuitos a zonas turísticas del Valle Sagrado de los Incas, otorgados por la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo Cusco (DIRCETUR).
La mañana del 13 de octubre, a partir de las ocho, se iban reuniendo de a pocos las/los comunicadores en la Plaza Túpac Amaru para abordar el bus que nos llevaría a Písac, Ollantaytambo y Moray. Un grupo que llegamos minutos antes que las unidades móviles, aprovechamos la esquina del Pasaje Diego Cristóbal Túpac Amaru y el Jr. Tomasa Tito Condemayta para tomar desayuno al paso, consistente en maca, quinua o avena con leche, acompañados de panes con palta, huevo o queso.
Una mediana espera, hasta que dos unidades de buses llegaron a nuestro encuentro. ¡Las delegaciones abordaron con emoción para empezar nuestro viaje!
El plan fue llegar primero a Písac, luego a Ollantaytambo y terminar nuestro recorrido en Moray. Serafina Huamán, acompañada por Hugo Mamani, abordaron el bus donde nos encontramos la delegación de Servindi (Lourdes, Indira, Roger y Donofré), nos informaron entonces que teníamos que asumir un costo módico para pagar el transporte, porque lo que Mincetur apoya es las entradas a los centros arqueológicos y turísticos. Luego de recabar el aporte se bajaron para subir a la otra unidad. En seguida emprendimos el recorrido.
Juan Mario de México, llamando a la gente para abordar el bus. / Foto: Donofré Chuco / Servindi
En hora y media aproximadamente llegamos al parque arqueológico Písac, ubicado en el distrito del mismo nombre, de la provincia de Calca, en la cordillera de Vilcabamba. Al llegar, vimos una larga fila de buses de diferente tamaño, con muchos turistas, aparentemente de distintas nacionalidades por el color de piel y cabello. El chofer nos dio entonces algunas indicaciones: no demoren más de 40 minutos en el recorrido; además nos dijo que fotografiemos al vehículo y anotemos la placa para que al retorno no nos confundamos, ya que al ser domingo, había gran cantidad de unidades y muchas con el mismo modelo y hasta color.
Vista panorámica del complejo arqueológico Písac. / Foto: Donofré Chuco / Servindi
Empezamos la caminata por la maravilla del Complejo Arqueológico Písac, la colosal andenería impactó nuestras miradas. La construcción es impresionante, la arquitectura de las edificiones, algunos con fino acabado. En las paredes rocosas de la montaña contigua, se notan aún las cámaras funerarias en pleno acantilado, con vestigios de haber sido destruidas o saqueadas.
En el acantilado una parte de las cámaras funerarias. / Foto: Donofré Chuco / Servindi.
Mentalmente intentaba imaginar a los incas realizando los trabajos agrícolas en ese majestuoso lugar. Es probable que el resto de las y los compañeros también hayan imaginado mientras admiraban la majestuosa técnica agrícola. Todo el mundo registraba el momento con fotos, se toman selfies o fotos grupales. Caminaban junto a nosotros los compañeros de la REDCIP Ayacucho, los del colectivo indígena, también Juan Mario Pérez, Braulio Vásquez, ambos de México. Nilo Cayuqueo de Argentina, Paulina Acevedo de Chile, María Angelita Chalán Chalán de Ecuador, todos muy contentos. El longevo comunicador Ángel Soria no se perdió este recorrido. Asimismo el grupo de las/os comunicadores de Puno acompañaban nuestro caminar contentos junto a demás compañeros.
Shipibo Ángel Soria, subiendo la cuesta del complejo Písac. / Foto: Donofré Chuco / Servindi.
Así dejamos Písac para continuar hacia Ollantaytambo. Ya los buses casi con todos los pasajeros, faltan algunos solamente, esperamos a que lleguen todos. Judith Páucar muy preocupada y desesperada a su vez, reclamaba: “¿quienes son los que faltan!”, finalmente llegan algunas compañeras que se demoraron impresionadas por el encantador paisaje del complejo arqueológico.
¡A continuar se dijo!, volvimos a emprender nuestro viaje, ahora rumbo a Ollantaytambo, la demora nos perjudicó un plan colectivo. Se tenía que entrar hacia el mercado para almorzar, pero optamos por comer solo en la carretera los exquisitos choclos con queso que ofrecen los pobladores agricultores del Valle Sagrado.
Siendo un poco más del medio día, llegamos al distrito de Ollantaytambo, ubicado en la provincia de Urubamba, nos dirigimos de inmediato al ingreso del complejo arqueológico, otrora centro militar, religioso y agrícola Ollantaytambo. El ingreso se hizo un poco tenso, pues los encargados de la caseta de control y venta de tickets, incrédulos, verificaron que los los cupos gratuitos que otorgó el DIRCETUR fueran ciertos y lo cotejaron finalmente con una lista. Todo aquel que portaba su DNI y vivía en Cusco pasó sin ningún problema encabezando el grupo. Luego de varias llamadas telefónicas de consulta, finalmente nos dieron luz verde para el ingreso de toda la delegación del EICI.
Comitiva esperando ser atendidos por los encargados del ingreso al complejo Ollantaytambo. Foto: Donofré Chuco / Servindi.
¡Una maravilla, sinceramente, apreciar Ollantaytambo! Avanzamos paso a paso hacia la cumbre, hasta llegar al Templo del Sol, colosal construcción de piedra labrada con simbología de la chacana grabada sobre ella. Ya desde arriba pudimos contemplar al frente los tambos donde se almacenaban alimentos, también la andenería y la fuente de agua o lugar del culto al agua en la parte baja.
Templo del Sol, con chacana grabada sobre la piedra. Foto: Donofré Chuco / Servindi.
Foto: Donofré Chuco /Servindi.
Continuaban las fotos para el recuerdo, aprovechábamos cada detalle encontrado y el amplio panorama que nos ofrecía la ciudad imperial. Esta travesía duró un poco más de 2 horas, lo que nos hizo presagiar que no terminaríamos visitando la ruta completa planificada, que incluía las salieras de Maras al final.
Compañeros de México, Argentina y Chile tomándose una selfie para el recuerdo: Foto: Donofré Chuco / Servindi.
Cerca a las cuatro de la tarde continuamos hacia Moray (centro de investigación agrícola incaica), ubicado en el distrito de Maras, provincia de Urubamba. En el trayecto se fueron quedando algunos compañeros/as, ya que debían viajar esa noche, entre ellos Dennys Ramos de Bolivia y una delegación de compañeros de Ayacucho.
Con suerte llegamos y alcanzamos el ingreso al complejo de andenería circular Moray, el primer anden que encontramos tiene un impresionante acabado, continuamos caminando y encontramos otro con regular acabado y uno tercero no tan acabado, al parecer estuvo en proceso de construcción.
Según los estudios, Moray fue un centro de investigación agrícola, cada peldaño de andenería que emerge desde el círculo interno, generaba microclimas desde cálidos hasta un frígidos en la parte más externa. Sin emabargo, la explicación no fue suficiente, siempre queda algo enigmático de estas majestuosas obras de tecnología incaica.
Foto: Donofré Chuco. / Servindi.
Se iba terminando la luz del día y con ella terminábamos también nuestro recorrido. Y, a pesar que no fue posible llegar a las salineras de Maras, la travesía fue muy gratificante. Fue una buena culminación del Encuentro de Comunicación Indígena, que de paso nos fortificó aún más con los sabios conocimientos incas que hasta el día de hoy existen, aunque quedaron como grandes interrogantes muchos de ellos con respecto a la capacidad tecnológica y científica ejercida en aquellos tiempos.