Servindi, 29 de agosto, 2019.- En entrevista con el diario La República, el presidente de la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (Fenamad), Julio Cusurichi, habló sobre la minería ilegal, la desnutrición y las invasiones que afectan a los pueblos indígenas.
El dirigente shipibo denunció que en algunas zonas de Madre de Dios no hay presencia del Estado y que “hay comunidades pobres y abandonadas a pesar de sus riquezas”.
La comunidad Santa Teresita de Tambopata, de acuerdo con su vicepresidenta Sandra Rodríguez Zumaeta, es una de ellas. Recuerda que durante el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, el Ministerio de Educación (Minedu) se comprometió a construir un colegio en la comunidad.
“Dejaron las bases y nunca más volvieron. Esto parece un cementerio”, declaró Rodríguez Zumaeta.
Por su parte, Rudil Laureano Gómez, director del “colegio”, denunció que “hay trece niños de inicial y 25 de primaria que estudian como pueden. Tampoco tenemos un centro médico y el agua del río que tomamos está contaminada”.
Minería ilegal
El presidente de Fenamad también refirió que la destrucción de la Amazonía de Madre de Dios se aceleró en el 2017, donde más de 25 mil hectáreas –equivalentes a 30 mil campos de fútbol– fueron devastadas.
“La destrucción de esta parte de la Amazonía se aceleró en el 2017. Son más de 25 mil hectáreas devastadas equivalentes a 30 mil campos de fútbol”, explicó.
Asimismo, denunció que los mineros ilegales y taladores “invaden territorios de las comunidades nativas y ponen en riesgo la vida de los pueblos indígenas en aislamiento porque estas actividades están entrando a sus bosques”.
En este sentido, instó al Gobierno a actuar ya que “el oxígeno de la selva no nos sirve solo a nosotros, sirve para el mundo entero”.
“Necesitamos ser atendidos por el Gobierno central, regional y de los municipios. La inclusión social no ha llegado, existen pueblos donde hay desnutrición y otras enfermedades”, exhortó el dirigente shipibo.
Además, aunque destacó las operaciones que realizó el Gobierno para erradicar la minería ilegal de La Pampa, recordó que hay otras áreas como la comunidad nativa Kotsimba, en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Bahuaja Sonene, que a pesar de operativos contra la minería ilegal y la tala “todo sigue igual”.
Por ello, señala que “mientras haya ‘Pampas’ y otros territorios indígenas anegados por la sangre y las lágrimas de nuestra gente, poco se podrá hacer” para preservar los bosques y evitar la extinción de especies.
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— Servindi (@Servindi) 27 de agosto de 2019