Por Daniel Yang
Pressenza, 22 de julio, 2019.- Las Naciones Unidas alertaron que el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) muestra un progreso inadecuado en el cuarto año de su implementación y que se hace necesario un empujón global con carácter inmediato.
Durante el Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible 2019, realizado entre el 9 y el 18 de julio en Nueva York, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lanzó un informe de seguimiento sobre el progreso de los ODS de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en que entre los claros y los oscuros, ganan los segundos.
Hay logros en varias áreas, incluida la reducción de la pobreza y la mejora de la salud a nivel global, pero el mundo necesita una respuesta “más profunda, más rápida y más ambiciosa” para lograr los ODS, reconoció al presentar el informe António Guterres, el secretario general de la ONU.
“Nos estamos moviendo muy lentamente en nuestros esfuerzos por acabar con el sufrimiento humano y crear oportunidades para todos”, se lamentó Guterres. A su juicio, hay que asegurarse de que las medidas políticas estén destinadas a no dejar a nadie atrás, así como que los esfuerzos nacionales “estén respaldados por una cooperación internacional efectiva”.
El informe identifica el cambio climático y la desigualdad como dos de los temas más urgentes. El desastre provocado por el clima afecta de manera desproporcionada a los países de bajos ingresos y empeora la pobreza, el hambre y las enfermedades de los más pobres y vulnerables del mundo.
Cambio Climático y Ambiente
Aunque se han dirigido más recursos financieros para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y desarrollar estrategias para mitigar los riesgos, el mundo está alejado del camino para cumplir el objetivo de reducir el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, por encima de los niveles preindustriales.
La mitigación de los efectos del cambio climático aún requiere “cambios sin precedentes” en todos los aspectos de la sociedad, según el informe.
El objetivo de controlar el incremento de la temperatura en 1,5 grados se estableció para reducir la posibilidad de fenómenos meteorológicos extremos, como sequías, fuertes precipitaciones y ciclones tropicales que pueden causar sufrimiento humano, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU.
Guterres ha reiterado que el cambio climático es una “amenaza existencial” para la sobrevivencia humana, en varios de sus últimos pronunciamientos al respecto.
Liu Zhenmin, el subsecretario general de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU se hizo eco de esta visión al definir al cambio climático como “el principal obstáculo para nuestra prosperidad compartida”, durante la presentación del informe.
“Si no reducimos las emisiones récord de gases de efecto invernadero ahora”, dijo Liu, “los efectos compuestos serán catastróficos e irreversibles… hacen que muchas partes del mundo sean inhabitables, ponen en riesgo la producción de alimentos, lo que lleva a una escasez y un hambre generalizados de alimentos, y puede desplazar hasta 140 millones de personas por 2050”.
Sin embargo, incluso si se implementan completamente el Acuerdo de París sobre cambio climático, es probable que la temperatura global aumente por encima de los 1,5 grados, alertó Virginia Burkett, científica jefe de Recursos Terrestres en el Estudio Geológico de Estados Unidos.
“Con reducciones significativas en las emisiones, el aumento en la temperatura global promedio anual podría limitarse a 2 grados centígrados”, dijo Burkett a IPS.
“Pero esto requeriría una transición rápida hacia la descarbonización de la economía global y las nuevas tecnologías para eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera”, añadió la también presidenta del estadounidense Programa de Investigación del Cambio Global, considerada una de las grandes gurús en materia climática en su país.
Aunque el esfuerzo de coordinación de la investigación climática de la ONU ha sido efectivo, Burkett considera que la falta de una solución política, coordinada internacionalmente, afecta el ritmo del progreso.
También se necesita una respuesta política inminente para preservar y mejorar el ambiente, incluidos los recursos clave, como el agua.
“Dos mil millones de personas viven en países con un alto nivel de estrés hídrico y cerca de 4.000 millones de personas experimentan una grave escasez de agua al menos un mes al año”, señala el documento de la ONU.
El agua, el saneamiento y la higiene inadecuados han sido los “principales contribuyentes” a la enfermedad y la salud, causando enfermedades como la diarrea. Los esfuerzos para mejorar la vida en tierra y debajo del agua “deben acelerarse” para cumplir con la Agenda 2030, según el informe.
Desigualdad global e inequidad de género
El informe pintó un panorama particularmente sombrío en lo que respecta a la igualdad de género.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), casi la mitad de los trabajadores del mundo, cerca de 1.600 millones de personas, ganan un máximo de 200 dólares al mes, y de ese grupo, el 10 por ciento inferior tendría que trabajar 28 años para ganar lo mismo que el 10 por ciento superior.
La disparidad económica también afecta la igualdad de género, con un salario medio por hora de los hombres 12 por ciento más alto que el de las mujeres.
Esta brecha es aún mayor para los puestos gerenciales, debido a las “rígidas normas sociales y las expectativas culturales sobre el papel de las mujeres en la sociedad”, señala el informe.
Las mujeres en todo el mundo también experimentan un nivel persistentemente alto de violencia sexual y con frecuencia encuentran que los marcos legales no protegen sus derechos.
“Las mujeres y niñas de todo el mundo continúan experimentando violencia y prácticas crueles que les quitan su dignidad y erosionan su bienestar”, señala el informe. “Las mujeres y las niñas realizan una parte desproporcionada del trabajo doméstico no remunerado (y) continúan enfrentando barreras con respecto a su salud y derechos sexuales y reproductivos”, asegura el documento.
Pobreza, hambre y salud global
A pesar del progreso extendido en la última década, el hambre vuelve a aumentar debido en gran medida a las condiciones climáticas adversas y los conflictos armados en África subsahariana, lo que refleja una tendencia “preocupante”.
La desnutrición, otro efecto del acceso insuficiente a los alimentos, sigue siendo una condición prevalente que afecta a 49 millones de niños menores de cinco años, a pesar de una disminución notable desde 2000.
“Se necesitan esfuerzos intensificados para implementar y ampliar las intervenciones para mejorar el acceso a alimentos seguros, nutritivos y suficientes para todos”, detalla el informe.
La ONU introdujo el Índice de Pobreza Multidimensional para indicar la pobreza no solo en el ingreso sino también en la subalimentación, vivienda deficiente, la salud y la calidad del trabajo. Según esta norma, unos 1.300 millones de personas, casi una quinta parte de la población mundial, siguen siendo pobres en múltiples dimensiones.
Como resultado, el mundo está lejos de cumplir el objetivo de erradicar la pobreza extrema para 2030.
“Uno de cada cinco niños vive en la pobreza extrema, y los efectos negativos de la pobreza y la privación en los primeros años tienen ramificaciones que pueden durar toda la vida”, señala el informe.
Sin embargo, se han logrado avances sustanciales en la mejora de la salud de millones de personas en todo el mundo, el desarrollo de curas para enfermedades infecciosas y anteriormente mortales y la lucha contra las tasas de mortalidad materna e infantil.
Pero en áreas como África subsahariana, donde la malaria y la tuberculosis continúan afectando a la salud humana y las dificultades financieras impiden el acceso a la inmunización y las intervenciones de rutina, la salud sigue siendo un tema de preocupación urgente.
“Se requieren esfuerzos concertados para lograr la cobertura universal de salud y el financiamiento sostenible para la salud, abordar el creciente peso de enfermedades no transmisibles, incluida la salud mental, y encarar los factores ambientales que contribuyen a la mala salud”, concluye el informe.