Las palabras pueden tener un efecto conservador del estado de las cosas o pueden tener un profundo impacto liberador y transformador. La capacidad de pensar distinto y la capacidad de expresarse genuinamente pueden ser grandes herramientas de liberación y transformación.
El papel de las palabras en el mundo del desarrollo
Por Rodrigo Arce Rojas
Las ficciones nuestras de cada día:
Muchas de nuestras más firmes convicciones, nuestras verdades inamovibles, son ficciones que nos hemos creado para darle un sentido a la vida, un sentimiento de control y dominio de la incertidumbre. Así una ficción da pie a otras ficciones que completan nuestra cadena de significados y un sistema interrelacionado de creencias que devotamente consideramos objetivas. De esta manera construimos un mundo de metaficciones que terminan por configurar nuestra querida realidad. Así defendemos espartanamente nuestras ficciones con el escudo del desarrollo, la ciencia o la economía que a su vez están basados en otras ficciones. Las ficciones nos pueden dar seguridad psicológica, consuelo o auto justificación, pueden hacernos parecer como sapiens sapientísimos o como los más obtusos defensores de lo indefendible. Aunque no puedo negar que hay ficciones bellas, que más allá que no sean genuinamente objetivas, llevan mi subjetividad hacia un estado excelso.
31 de marzo, 2019.- Llamamos “mundo del desarrollo” al conjunto de instituciones - asociado con sus lenguajes, sus normas, sus reglas, sus normas y procedimientos – que están involucradas en generar condiciones objetivas y subjetivas para que los pueblos puedan desarrollarse, es decir alcanzar niveles superiores de bienestar considerando el respeto a los derechos humanos y al ambiente.
El mundo del desarrollado por tanto puede clasificarse en dos grandes grupos uno formado por los transferencistas (recursos, capacidades, tecnologías, ideas) y el otro formado por los receptores (llamados generalmente beneficiarios, clientes).
La transferencia puede manifestarse como donaciones, asistencia técnica o financiera, préstamos, entre otros. Los receptores pueden ser organizaciones públicas o privadas de diferente nivel desde organismos nacionales hasta comunidades rurales o urbanas.
Como en todo proceso humano la comunicación es fundamental en el mundo del desarrollo. Comunicación que, como ya sabemos, es total tanto desde el punto de vista tangible como intangible, pues como dicen los comunicadores y las comunicadoras “todo comunica”. Es en este marco que en este artículo queremos referirnos específicamente al rol de las palabras en el mundo en desarrollo. Las palabras, así como todo el lenguaje, no sólo describen realidades sino que también modelan y generan realidades.
Las palabras, así como todo el lenguaje, no sólo describen realidades sino que también modelan y generan realidades.
Antes de proseguir queremos dejar explícito que las palabras cobran vida en boca de los usuarios (voz en vivo o voz grabada) o también podríamos decir en los textos físicos que se producen y se diseminan a través de una multiplicidad de modos (publicaciones físicas) y plataformas virtuales. Por lo tanto las palabras por sí mismas quedan eximidas de cualquier responsabilidad. En el fenómeno comunicativo no sólo cuenta la interpretación del receptor sino también la intencionalidad del emisor.
Un elemento que marca el sentido de las palabras es el hecho que las palabras se ubican en un contexto en donde las diversas entidades participantes desarrollan relaciones de poder que tienen un vigoroso efecto semántico. Así, podemos estar hablando de un poder institucional, relacional, poder económico, poder informacional, poder académico, poder comunitario, entre otros. Estos poderes pueden ser otorgados o ganados, legítimos o impuestos.
Ahora bien, hay actores que pueden tener dos o más tipos de poder o pueden tener atributos intercambiables de poder según el tiempo y las circunstancias. Así como el poder puede ganarse también el poder puede perderse. Así es que podemos apreciar poderes temporales o ilusorios.
En el mundo del desarrollo se usa una infinidad de palabras y frases que forman el repertorio comunicacional de los actores. Así, entre otros, podemos mencionar: desarrollo, desarrollo sostenible, eficacia, eficiencia, efectividad, competitividad, crecimiento económico, género, derechos, científico, objetivo, estratégico, lógico, funciones, competencias. Estas palabras pueden cumplir diferentes funciones:
Palabras de estandarización o normalización: tienen el objetivo de eliminar la diversidad de significados y sentidos con el propósito de alejar significados ilegítimos para el código comunicacional establecido. Son palabras que disciplinan y domestican.
Palabras consagradas: tienen el objetivo de favorecer la comunicación a partir de conceptos acabados o lo que es lo mismo, palabras que ya no necesitan mayor profundización y menos su revisión. Muchas veces se apela a la base científica o académica para sustentar su fortaleza.
Palabras de prestigio: son aquellas que debes mencionar de todas maneras para ser considerado parte de la comunidad del desarrollo, sirven para dar cuenta que estás actualizado y que estás al corriente de las últimas tendencias. Su uso es independiente de las prácticas que puedas tener en el ámbito público o privado. Son palabras que funcionan como pasaporte, con ellas puedes viajar libremente en el mundo del desarrollo, de manera literal o figurada.
Palabras comodín: son aquellas que cobran significado según el lugar y la circunstancia. Apelan a la plasticidad semántica para ajustarse según el interlocutor o auditorio. Como dice el dicho mexicano: son palabras que nunca pierden.
Palabras consuelo: se presentan como inclusivas o tiernas. A veces cumplen el papel de adormecimiento o de fe de un futuro mejor. Total, se dice, el desarrollo es para todos y todos tenemos derecho a alcanzarlo.
La clasificación presentada, seguramente perfectible, da cuenta que los significados de las palabras son de extrema importancia y tiene repercusión innegable en la sostenibilidad. Las palabras pueden tener un efecto conservador del estado de las cosas o pueden tener un profundo impacto liberador y transformador. Por eso es importante que los actores locales estemos muy al tanto del significado y sentido de las palabras con la que interactuamos en el mundo en desarrollo. Las palabras son percibidas en la superficie pero a modo de un gigantesco témpano de hielo, tienen una gran masa en la que aparecen inscritos los intereses, las intenciones, los verdaderos objetivos, las agendas ocultas.
La capacidad de pensar distinto y la capacidad de expresarse genuinamente pueden ser grandes herramientas de liberación y transformación.
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*Rodrigo Arce Rojas es Doctor en Pensamiento complejo por la Multiversidad Mundo Real Edgar Morin. Correo electrónico: [email protected]