Servindi, 19 de marzo, 2019.- Corría el año 2004 cuando el asesinato del alcalde de Ilave, Cirilo Robles Callomamani, desencadenó un nuevo debate público en la sociedad peruana: la existencia de la “nación aymara”.
Este término irrumpió nuevamente en los análisis políticos y sociales con el ‘Aymarazo’ del 2011 —huelga que paralizó Puno por varios días— y el discurso identitario aymara de su líder Walter Aduviri Calisaya.
Ahora el tema de la “nación aymara” vuelve al entorno mediático gracias a la reciente elección de este dirigente indígena como gobernador de la región Puno para el periodo 2019 - 2022.
Para entender cómo se desenvuelve este concepto, bajo la imagen de Aduviri Calisaya, la investigadora de las culturas andinas, Ana Pino Jordán, analiza la nueva faceta política del puneño.
Ana Pino Jordán. Foto: Servindi.
Aduviri y su ciudadanía aymara
En diálogo con Servindi, Pino Jordán sostiene que el entendimiento de la “nación aymara” desde el caso de Walter Aduviri parte por entender la “ciudadanía” desde la cosmovisión andina.
Para ello, se deja atrás el concepto de ciudadanía desde el sentido occidental para comprender la existencia de ciudadanías complejas, y con espíritu colectivo, en una sociedad con diversidad.
Esta práctica es necesaria porque, por lo general, no se reconoce la existencia de "ciudadanía" en los pueblos indígenas.
"Cada pueblo en la medida que tiene territorio, que tiene autoridades, formas de gobierno, formas de hacer justicia, conforman o configuran una ciudadanía”, explica Pino Jordán.
Dicho esto, la ciudadanía en el mundo aymara implica una serie de deberes y derechos con la comunidad que representa.
"El hecho de ser aymara significa que tienes que cumplir cargos, compromisos, responsabilidades para representar a la comunidad, para hacerla quedar bien”, agrega.
En el ejercicio de la ciudadanía aymara, Walter Aduviri se encuentra involucrado formalmente con su pueblo, pero se advierte su interés político personal, característica ajena a los aymaras, quienes son más colectivos y no individuales.
"Sí está involucrado. Por ejemplo, cuando él participa en el ‘Aymarazo’ es porque tiene mandato de su comunidad, es porque un grupo de comunidades entonces le encarga ese rol. ‘Te hemos elegido, tú tienes mandato’", detalla Jordán.
"Pero para ser gobernador, fue enteramente su decisión”, recalca.
Una de las protestas en el ‘Aymarazo’ de 2011. Foto: La República.
¿Gobierno regional a favor de la nación aymara?
Con la llegada de Walter Aduviri al poder, diversas voces coincidieron que la nación aymara sería beneficiada con el nuevo panorama político. Por su parte, Pino Jordán toma distancia de este optimismo.
"No tiene posibilidades de hacer algo a favor, fuera de darles presupuestos participativos, o las tareas que le asigne el Estado, es lo que puede financiar”, enfatiza.
"Pero en Puno también hay quechuas y mestizos. Y también amazónicos que no se presentan como tales, sino son aymaras que están mezclados con la gente que estuvo allí”, adiciona Pino Jordán.
La investigadora explicó que esto se debe a la estructura colonial del gobierno regional. “[Aduviri] tiene que jugar con las reglas del Estado, no puede ‘sacarle la vuelta’ porque hay toda una estructura cognitiva”.
Un ejemplo es la prohibición del nepotismo en el Estado, lo cual colisiona con una práctica política muy comun en la tradición aymara y que cocierne al involucramiento de la familia y la comunidad.
"En el mundo aymara, cuando te eligen, la comunidad no solo te escoge como persona individual, es también a tu familia”, afirma.
"En el mundo aymara, cuando te eligen, la comunidad no solo te escoge como persona individual, es también a tu familia”, afirma.
Desde allí, Pino observa las contradicciones de gobernabilidad que afrontará Walter Aduviri. “Si fuera la tradición aymara, su familia estaría cercana a él para fiscalizar su desempeño. Pero está la ley del nepotismo que impide eso”.
A manera de anécdota, Pino Jordán relató que lo más aymara que ha escuchado sobre la nueva faceta política de Aduviri es la advertencia de su padre de castigarlo con latigazos en caso defraude a las expectativas del pueblo.
"Ceremonia Espiritual-Ancestral" entre líneas
Por último, según Ana Pino, la ceremonia de asunción al cargo de Walter Aduviri, si bien no fue muy rigurosa desde la espiritualidad aymara, esto se debería al interés principal del líder aymara por enviar otro mensaje subliminal dirigido hacia Lima.
Con la llegada de embajadores y funcionarios de Bolivia, Cuba, China Venezuela, Walter Aduviri hizo evidente “su poder de convocatoria”. “El mensaje está para el poder central, no es para el pueblo aymara”.
Para la investigadora, el gobernador puneño buscó así reafirmar rápidamente su poder, tras una persecución politica y judicial que le impidió hacer una normal campaña electoral, a la cual se sobrepuso con un holgado triunfo en primera vuelta.
Sin embargo, Aduviri carece de "un respaldo de partido, no tiene tanto un grupo ideológico que le brinde un aporte crítico a lo que él vaya a desarrollar, como en el caso de Bolivia", concluye la investigadora.