Servindi, 8 de marzo, 2019.- El control monopólico de semillas y semillas transgénicas, así como los proyectos de monocultivos industriales y las leyes que buscan su privatización y control de su producción, uso y comercialización son algunas amenazas que enfrentan las semillas nativas.
Los programas gubernamentales de fomento agrícola que obliguen a los agricultores a la utilización de semillas certificadas y registradas, como requisito para acceder a los créditos financieros también constituyen amenazas para las semillas nativas
Así lo describe una reciente infografía publicada por Comunicaciones Aliadas. En este sentido, propone que las organizaciones sociales y locales, entre sus estrategias para la defensa de las semillas nativas, implementen la declaratoria de territorios libres de cultivos y alimentos transgénicos.
Asimismo, sugiere promover “iniciativas locales para recuperar y conservar, intercambiar semillas, buscando fortalecer los sistemas productivos locales y la autonomía alimentaria” y bancos de semillas comunitarias y registros comunitarios de semillas.
La publicación también propone proteger las semillas campesinas locales y tradicionales de la biopiratería y la contaminación genética, así como “exigir al Estado el respeto de los derechos de los campesinos a sembrar, conservar, vender e intercambiar las semillas”.
¿Por qué defenderlas?
En Latinoamérica, donde se cultivan cerca de 220 variedades de maíz, Bolivia es centro de origen de 77 variedades y México de 64. Mientras que en 19 regiones del Perú se cultivan 3 mil variedades de papa nativa.
Frente a esta realidad, señala Comunicaciones Aliadas, es importante defender las semillas nativas porque reducen la dependencia de agroquímicos y del comercio de las semillas certificadas, además amplían la diversidad alimentaria de las comunidades.
“[Las semillas]están adaptadas a las condiciones locales del agua, clima, suelo, otras especies y la cultura de las comunidades. Por eso consumen menos agua, toleran sequías e inundaciones, son capaces de soportar plagas y enfermedades”, refiere la infografía.