Por Marco Avilés
9 de octubre, 2018.- En Lima la gente es tan culta y preparada que ganó Jorge Muñoz Wells.
En Puno la gente es tan inculta y maleducada que ganó Walter Aduviri Calisaya.
En Lima la gente es tan evolucionada que es liberal.
En Puno la gente es tan retrasada que no es liberal.
En Lima estamos tan bien que políticamente casi somos Suiza.
En Puno están tan mal que siguen siendo Puno.
Interesante.
¿Es difícil entender que los ciudadanos de Puno tienen problemas distintos a los de Lima, y que uno de esos problemas es la minería? Que la minería sea un problema para los puneños no quiere decir que los ciudadanos sean antimineros. La minería es un problema por la importancia que tiene en su economía y por las condiciones extremas en que esta se desarrolla. Lo mismo: que el tránsito sea un problema en Lima no quiere decir que los limeños seamos antivehículos. Solo que por el caos que lo caracteriza, el tránsito ocupa parte de nuestros pensamientos y nos devora semáforo a semáforo. Los limeños queremos que regulen este tráfico de los quinientos mil demonios para que sea más ordenado. ¿Es posible que en Puno los ciudadanos quieran algo parecido en relación a la minería?
Las agendas distintas, los dramas particulares, las preocupaciones diferentes de un país diverso se traducen en candidaturas diversas. A veces ganan unos, a veces ganan otros.
Que en Puno gane Aduviri no tiene relación con el estado educativo ni la evolución cerebral de los puneños. Ni menos que sean antidesarrollo, esa idea que en el Perú se agita como un látigo señorial.
De la misma manera: haber tenido a Castañeda Lossio como alcalde de Lima durante 12 años no significa que los limeños seamos estafadores o que nos encante robar o que queramos que la ciudad se autodestruya.
Es importante mantener la perspectiva. Trata a los puneños como tratas a los limeños. ¿En Lima ganó la lampa y en el Perú hay mucho por hacer? No. En todo el Perú hay mucho por hacer, y que en Lima haya ganado la lampa solo quiere decir que por poco no gana un xenófobo, un topo fujimorista, un exmilitar acusado de violación y asesinato, un par de fanáticos religiosos. Nada más que eso.
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Fuente: Cuenta de Facebook de Marco Avilés.
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