Villacurí, una de las zonas emblemáticas del “milagro agroexportador”, tiene 139 empresas agroexportadoras que requieren 83 millones de metros cúbicos de agua al año.
Servindi, 23 de mayo, 2018.- Las Pampas de Villacurí de Ica, una región en estado de emergencia hídrica desde el 2005, tiene un pronóstico desolador ya que “sus tierras dejarán de servir para la agricultura este año debido a que el agua subterránea ya no se recarga de forma natural”.
Así lo revela una reciente investigación de Ojo Público denominada Los acuatenientes. En ella, también confirmaron que, según un registro de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) elaborado hace un año, por lo menos 314 de los 474 pozos identificados en Villacurí funcionan sin licencia.
Villacurí, una de las zonas emblemáticas del “milagro agroexportador”, tiene 139 empresas agroexportadoras que requieren 83 millones de metros cúbicos de agua al año, lo que equivale a 33 mil 190 piscinas olímpicas llenas, para regar sus cultivos.
Sin embargo, dicha cifra podría ser mayor ya que esta se basa en reportes oficiales y no incluyen los volúmenes extraídos de los pozos informales.
De acuerdo con Renato Ceccarelli, inspector de la Autoridad Local del Agua de Río Seco, que controla este recurso en las pampas de Lanchas y Villacurí, la mayoría de empresas no permiten su fiscalización.
Ojo Púbico también indica que a pesar de que se prohíbe abrir nuevos pozos en Ica desde hace trece años, la medida no se cumple porque la propia ANA “aprobó normas extraordinarias e hizo concesiones especiales a favor de las empresas del ‘boom’ agroexportador para que exploten el agua subterránea”.
Dichas normas se encuentran en las resoluciones emitidas entre 2008 y el 2017. Además, durante la gestión de siete ministros de Agricultura, de los cuales dos son empresarios agroexportadores como Ismael Benavides (2007 – 2008) y Rafael Quevedo (2010 – 2011).
Por ejemplo, Ismael Benavides Ferreyros es propietario de agroexportadoras de uvas y espárragos en Ica, quien además se vio involucrado en un episodio que refleja la presión sobre inspectores de la ANA.
Según la investigación, las empresas y las autoridades están ahora en la búsqueda de nuevas formas de abastecimiento de agua para enfrentar sequías a corto plazo, ya que en el 2012, la ANA pronosticó “las tierras de Villacurí solo servirían para la agricultura hasta este año”.
Sin embargo, de acuerdo a algunos agricultores, los huaicos ocurridos entre febrero y marzo del año pasado, permitieron filtraciones de agua que postergaron este desenlace.
Lea la investigación completa en el siguiente enlace: Poder e impunidad: las empresas que controlan el agua en el desierto