A 48 años de la Reforma Agraria la Confederación Nacional Agraria (CNA) rinde un homenaje a las mujeres y hombres campesinos que defienden sus territorios y abastecen de alimentos sanos a los mercados locales. Comparte un especial fotográfico sobre la experiencia de la feria “Juan Velasco Alvarado”, ejemplo de mercado local soberano.
Por Confederación Nacional Agraria (CNA).
24 de junio, 2017.- Muchas veces se cree que hablar de soberanía alimentaria es un asunto abstracto y lejano, que tiene que ver más con una aspiración del movimiento campesino o un proyecto errado del gobierno de Juan Velasco Alvarado. Pero lo cierto es que hay muchas experiencias locales que demuestran lo contrario.
Un ejemplo de ello es lo que ocurre en Huánuco, donde las familias de las comunidades campesinas han logrado que su saludable producción agraria acceda a un circuito de comercio justo, rentable y ético.
Se trata de la Federación Agraria Departamental Illatupa de Huánuco – FADITH, base de la Confederación Nacional Agraria – CNA; cuya labor gremial se ha centrado en la promoción de la Agricultura Sostenible y la Soberanía Alimentaria. Es decir, de generar una producción sana que se obtiene todo el año de modo diversificado, que cuida el agua y que no depreda ni desgasta la fertilidad de los suelos.
Esta producción agraria tiene el primer objetivo de proveer alimentos sanos a las mismas familias, esto tomando en cuenta las alarmantes cifras que dicen que 9 de cada 10 niños sufren de desnutrición crónica en la región, por demás está decir que la mayoría de estos infantes provienen de áreas rurales.
Pero el circuito de distribución campesina aún no termina en el hogar; el excedente de la producción va a parar a los mercados locales de las ciudades y en especial a la Feria “Juan Velasco Alvarado”, que funciona cerca al centro de la ciudad y atiende todos los fines de semana a las familias huanuqueñas.
Los campesinos que comercian sus productos provienen en su mayoría del distrito de Santa María del Valle. Allí comparten sus animales, frutas, legumbres, tubérculos, flores, plantas medicinales, potajes, entre otros. Un festival constante de agrobiodiversidad.
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Como pueblos originarios, estas familias campesinas aún tienen mucho por conquistar para el respeto y cumplimiento de sus derechos colectivos a nivel regional y local; si bien no hay fomento del extractivismo, sí sufren el acecho del narcotráfico. En este sentido, es valiosa y necesaria esta experiencia campesina, que demuestra que están un paso adelante en la defensa de su soberanía alimentaria y el desarrollo de mercados locales. No en vano hay toda una ancestralidad que respalda el quehacer de estos pueblos originarios que son parte del Perú.