15 de junio, 2017.- “Estoy triste, tanto así que tengo ganas de llorar, la contaminación ambiental que vive el pueblo de Lamas, lo viven muchos pueblos más en el mundo”, reveló Jhanmarco (13) delegado de ABA Ayacucho, en su discurso de la primera plenaria del VIII Foro Social Panamazónico (FOSPA), realizado entre 28 de abril y 1 de mayo en Tarapoto, departamento amazónico de San Martín – Perú. Sus palabras lograron remover el corazón de más de uno/a. Después de la apertura oficial del FOSPA, Jhanmarco participó de la Mesa de Juventud. El liderazgo para la implementación de esta Mesa es asumido por la Red Infanto Juvenil por el Buen Vivir de terre des hommes Alemania, que tiene como uno de sus objetivos promover los derechos ecológicos de las futuras generaciones.
En otro momento, invitó a todos los presentes a unirse en la lucha por los Derechos Ecológicos y por un país sin violencia ambiental, bajo el fragmento de su canción “Levántate hermano, ven a luchar con nosotros, la Madre Tierra sufre, Juventud Panamazónica presente en el VIII Foro Social Panamazónico 2017″. Escudado en su lengua materna, quechua, conmovió a representantes indígenas, organizaciones de la sociedad civil, académicos y activistas de los nueve países latinoamericanos reunidos bajo una carpa de circo que albergó a más de 1000 personas durante el evento.
“En mi pueblo también contaminan, yo estoy aquí para defender a nuestra Madre Tierra que se está vendiendo por pedazos a las mineras”, proclamó Luz Marina (24), vocera de SUMA YAPU, de Puno.
La Mesa de Juventud se desplazó por 8 comunidades lamistas. La primera salida de campo se denominó la ruta del “Toxi Tour” y la segunda, la ruta del “Buen Vivir”. En el trayecto se visitaron comunidades asentadas alrededor de la quebrada del Shupishiña, la misma que sufre desde hace más de 20 años la contaminación de sus quebradas.
Alrededor de 200 jóvenes entre líderes nacionales y de países vecinos como Bolivia y Chile, recorrieron los caminos hacia Shucshuyaco, Shapumba, Naranjal y Rumicallpa, poblaciones que sufren problemas de contaminación del agua y aire a raíz del vertimiento de residuos líquidos a los ríos y quebradas por parte de la empresa Don Pollo y el sistema sanitario de la ciudad de Lamas.
A la segunda salida de campo, denominada la ruta del “Buen Vivir”, de la Mesa de Juventud, se sumaron líderes de organizaciones internacionales provenientes de Israel, Francia, Italia, España, Canadá, Chile, Bolivia y Brasil para compartir con los pobladores lamistas sus costumbres y saberes.
“Estoy muy impresionada de lo que he visto, pienso que Buen Vivir es compartir. Dicen que los personas que viven aquí son pobres, pero no es así, los verdaderos ricos están aquí porque tienen a la naturaleza de su lado”, enfatiza Raghda Hami Awwad de 24 años, vocera de Caritas Francia que llegó desde Palestina para participar en el VIII Foro Social Panamazónico y defender los derechos de la Madre Tierra.
“Buen Vivir es compartir, todos como hermanos, aquí somos felices: se duerme rico, se come rico, la chacra es el mercado”, revela Rodil Cachique Sangama de 29 años, poblador de la comunidad de Alto Pucallpillo en la provincia de Lamas. Para los comuneros de esta zona, el dinero no importa, la Madre Tierra te provee de alimentos y jamás te abandona.
“Los habitantes de este lugar, tienen una energía acogedora. Estoy impresionado por el conocimiento de esta gente, cada planta, animal, tierra y agua a su alrededor tiene un motivo y un lugar especial”, aseveró Luciano Gallo de 37 años, participante italiano del FOSPA, quien participó en el recorrido por la comunidad de Alto Pucallpillo atraído por la naturaleza, los colores de las vestimentas y los sabores de los platos típicos, que son característicos del pueblo kichwa de Lamas.
Tras realizar ambos recorridos por las comunidades lamistas, los jóvenes que respondieron al llamado del bosque, concluyeron destacando la necesidad de proteger a la infancia y la adolescencia de la contaminación y el cambio climático, ya que son ellos los más afectados por los problemas ambientales. Pero hicieron énfasis en que prevalezcan los pueblos con sus propias culturas originarias y formas de vida.
“No importa de dónde seamos, hay que mantener nuestra cultura y fortalecer lo que somos”, declaró Héctor Zumba Canayo de 22 años, delegado de la Juventud Obrera Cristiana (JOC-PERÚ), quien comenta estar sorprendido por la tribuna que alcanzaron los jóvenes en el VIII FOSPA.
“Los Derechos Ecológicos surgen en respuesta a la violencia ambiental que se vive día a día, donde los principales afectados son los niños y niñas del país”, reflexionó Jeremy Acaro, delegado de la Escuela de Formación Ciudadana (EFC).
En el mundo, 3 millones de niños y niñas mueren al año a causa de problemas ambientales. En el Perú en los últimos 10 años se han presentado casos de niños y niñas afectados por la contaminación ambiental, tales como el derrame de petróleo en la Amazonía, niños con plomo en la sangre a causa de la fundición de metales en La Oroya y las bajas temperaturas en Puno, que ha ocasionado la muerte de 16 niños.
“La violencia ambiental ocurre cuando tratamos a la naturaleza como un recurso y no como parte de nosotros mismos, entonces no existe un lazo de respeto entre hombre y naturaleza”, enfatizó Olenka Magayanes, de Arenas y Esteras.
Puede ver el siguiente vídeo relacionado a Derechos Ecológicos.
Para saber más: FOSPA Carta de Tarapoto, página web del FOSPA, Comunicaciones Aliadas