Eco América, 23 de mayo, 2017.- “Varios grupos civiles y ambientalistas han presentado dos escritos a la Corte Suprema de Estados Unidos, acusando a Chevron y a su firma de abogados Gibson Dunn & Crutcher por falsificar pruebas y corromper testigos con el fin de evadir el pago de más de 9 millones de dólares, por daños ambientales en Ecuador.”
Daños casi irreversibles
Las comunidades ecuatorianas afectadas por la contaminación presentaron originalmente su caso contra Chevron en un tribunal federal estadounidense en 1993, pero éste fue remitido a Ecuador para su juicio por insistencia de la compañía. En ese momento, Chevron accedió a la jurisdicción en Ecuador y prometió cumplir con cualquier juicio adverso, pero traicionó esa promesa una vez que perdió el caso.
La condena ambiental contra Chevron emitida en Ecuador en 2011 después de un juicio de ocho años, encontró que el gigante del petróleo deliberadamente dejó miles de millones de litros de desechos tóxicos en el bosque tropical de Ecuador, diezmando a grupos indígenas y causando un brote de cáncer.
La sentencia fue confirmada por unanimidad de los miembros del Tribunal Supremo del Ecuador. Un segundo Tribunal Supremo, esta vez de Canadá, también confirmó gran parte de la decisión en un fallo de 2015, después de que los indígenas presentaran una acción coercitiva en ese país.
Solicitud de apelación
Un informe legal presentado por los grupos ambientalistas Amazon Watch y Rainforest Action Network acusa al gigante petrolero y a sus abogados de "fingir un escándalo de soborno" y pagar a un testigo corrupto más de 2 millones de dólares para mentir al juez federal estadounidense Lewis A. Kaplan.
El escrito legal fue presentado en apoyo de una apelación que pide a la Corte Suprema que rechace una decisión civil muy controvertida por parte de Kaplan en 2014 de que la sentencia de Ecuador contra Chevron era parte de un esquema de "chantaje" y no podía ser ejecutada en los Estados Unidos.
Sobornos y corrupción
En él se acusa a Chevron de manipular las evidencias de contaminación, mentir a la corte ecuatoriana, pagar millones de dólares para conseguir testigos falsos y tratar de inculpar a un juez en un escándalo de soborno fabricado, creando una apariencia de corrupción, con el único fin de salir indemne y no tener que pagar.
Kaplan falló por Chevron tras admitir como válido el testimonio de Alberto Guerra, el principal testigo de la compañía. Después de que los funcionarios de Chevron pagaron 38.000 dólares en efectivo a Guerra y le prometieron al menos $ 2 millones más en pagos y beneficios, Guerra testificó ante Kaplan, su participación en una reunión, donde los demandantes acordaron pagar un soborno al juez ecuatoriano.
Guerra no ofreció pruebas y más tarde admitió que mintió repetidamente en el estrado sobre partes clave de su testimonio. Guerra también admitió haber aceptado sobornos repetidas veces, cuando practicaba como abogado o presidía casos, como juez de primera instancia.