20 mujeres de nacionalidades indígenas del Ecuador han participado este fin de semana en las jornadas “Feminismos Comunitarios en Resistencia frente al Extractivismo Petrolero y Minero”, desarrolladas en Quito y Lago Agrio.
Por Alba Crespo Rubio
Teganta, 26 de marzo, 2017.- Han sido 3 días intensos donde mujeres Waorani de Yasuní, Shiwiar de Pastaza, de Saraguro y de la zona de Intag, así como campesinas de Sucumbíos y urbanas, han compartido experiencias de resistencia al extractivismo. Además, se convirtió en un espacio de sororidad y complicidades gracias a la presencia de Lorena Cabnal, feminista comunitaria maya-xinka de Guatemala, que acompañó en el toxitur por las explotaciones petroleras y con rituales y talleres. Fue un encuentro para la sanación, donde se profundizó en las violencias que afectan al territorio-cuerpo de las mujeres.
Recorrido por Lago Agrio, territorio afectado por la extracción de petróleo
La contaminación de la tierra, el agua y el aire con los productos tóxicos desechados en los procesos de extracción del petróleo provocan enfermedades, pérdida de cultivos, destrucción de ecosistemas e intoxicación de peces que hasta ahora servían para la subsistencia de las comunidades en Lago Agrio. Los pozos petrolíferos, que se cuentan por centenares en esa zona, han impedido que las poblaciones de la zona puedan seguir desarrollando su cotidianidad, y eso afecta directamente a las mujeres, que son las que sustentan la vida a través de la pesca y cultivos, el abastecimiento de agua, o la reproducción.
Con base en la Clínica Ambiental de Acción Ecológica, desde donde se hace observación de esta problemática y se trabaja para la recuperación del territorio a través de talleres y proyectos locales, las mujeres participantes visitaron algunos de los bloques donde se desarrolla la actividad extractiva. Gracias a los testimonios de las mujeres afectadas directamente por la explotación, han conocido la situación, y se han podido identificar elementos comunes con la situación en los diversos lugares: Intag, donde se lleva resistiendo a las petroleras durante años, la zona del Yasuní, que ha sufrido el acoso del gobierno para explotar un petróleo de mala calidad a costa de devastar la selva virgen todavía, y también la sierra, donde las compañeras Saraguro están siendo criminalizadas y judicializadas por oponerse a la minería a gran escala , la nueva apuesta productiva del Estado.
Durante el “Toxitour”, se invocó a las ancestras que habitaron esos territorios todavía libres de la violencia extractivista, y se “acuerparon” las resistencias de otras mujeres y comunidades. Así, el recorrido fue también sensorial y ritual, para llevar a aflorar todas las violencias que implica para los cuerpos que son vulnerados con la llegada del capital extractivo.
La defensa del territorio-cuerpo
El domingo fue el día de sanación para todas las mujeres presentes, referentes de lucha y resistencia en sus territorios. Como dice Lorena Cabnal, que las acompañó, la defesa del territorio es inmanente a la defensa de los cuerpos que viven en él, y eso fue lo que guió esa jornada: el autocuidado y reconocimiento del cuerpo de las mujeres como sujeto político, tanto de las presentes, como de las predecesoras que sostuvieron la vida de las generaciones anteriores.
En la mañana se realizó una ceremonia, prendiendo un fuego, y recordando, invocando, las ancestras, defensoras del territorio y los derechos de los pueblos originarios, que preparó a las participantes para la realización del taller. Lorena Cabnal guió ambos espacios, que permitió a las mujeres abrirse, contar y compartir sentires. Se habló de dolor, de rabia, se tejió complicidad y apoyo mutuo ante los diferentes ejes de violencia que las atraviesan. Afloraron historias de agresiones y abusos continuados que se dan dentro de las comunidades, hasta el acoso y criminalización de los pueblos indígenas en resistencia. En el taller se propició un ambiente de cuidado físico y espiritual, partiendo de la noción que para poder hacer frente a todas estas agresiones, es imprescindible un buen estado del cuerpo que va a recibirlas.
Las niñas de Guatemala, presentes
Además, la reciente memoria del feminicidio de las más de 40 niñas en el “hogar seguro” Virgen de la Asunción en Guatemala atravesó el encuentro. Cabnal hizo presentes sus muertes impunes y acuerpó el proceso de duelo de sus compañeras en Guatemala. Eso trajo consigo vínculos con las mujeres presentes en Lago Agrio: la consciencia de lo que implica ser mujer, de exponer los cuerpos en la lucha y las resistencias, de saberse unidas como una forma de sostener ese dolor.
Las jornadas fueron organizadas por la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Sociales y Ambientales, Acción Ecológica, el Instituto de Estudios Ecologistas del Tercer Mundo, el Colectivo Miradas Críticas del Territorio desde el Feminismo, el Colectivo de Investigación y Acción Psicosocial, el grupo de trabajo CLACSO sobre Cuerpos, territorios y feminismos, y contaron con la colaboración de FLACSO- Ecuador.